martes, 25 de noviembre de 2014

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Juan Goytisolo: “Sigue vigente el canon nacionalcatólico” | Cultura | EL PAÍS




El escritor Juan Goytisolo en su casa de Marrakech. / BERNARDO PÉREZ (EL PAÍS)

Juan Goytisolo: “Sigue vigente el canon nacionalcatólico”

El autor de ‘Señas de identidad’ obtiene el máximo galardón de las letras españolas tras una reñida deliberación. En esta entrevista, un día antes del fallo, repasa su visión heterodoxa de la literatura

Expatriación y mestizaje intelectual

Se ve la plenitud creadora de un autor con la fuerza de las ideas y del estilo para desquiciar los prejuicios de unas clases medias acobardadas

Contra las pestes que asuelan nuestra lengua

La historia de sus libros bien podría ser otra historia de la lectura en español, esa biografía que la novela nos ha construido para mejorarnos la conversación


Juan Goytisolo: “Sigue vigente el canon nacionalcatólico”

El autor de ‘Señas de identidad’ obtiene el máximo galardón de las letras españolas tras varios años en las quinielas y una reñida deliberación

En esta entrevista con EL PAÍS, un día antes del fallo, repasa su visión heterodoxa de la literatura





El escritor Juan Goytisolo en su casa de Marrakech. / BERNARDO PÉREZ (EL PAÍS)


“Esta casa es un desconcierto”, decía Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) el domingo pasado en el patio de su riadde Marrakech mientras sonaba el timbre y tardaban en abrir. Allí recibió ayer la llamada que, tras una reñida deliberación, le anunciaba el premio Cervantes, el más importante de las letras en español, dotado con 125.000 euros. ¿Las razones del jurado? “Su capacidad indagatoria en el lenguaje” y su “apuesta permanente por el diálogo intercultural”.
A unos pasos de la bulliciosa plaza de Xemaá-el-Fná, el escritor recordaba el domingo que llegó a esta ciudad por primera vez en 1976 para aprender árabe dialectal, la lengua en la que se dirige a los vecinos que le saludan durante su paseo entre el Café de France de la plaza y su casa. La compró en 1981 —“cuando nadie quería vivir en la medina”— y se instaló definitivamente en ella en 1997 tras cuatro décadas en París. Meses antes había muerto su esposa, la novelista francesa Monique Lange, destinataria de algunas de las páginas más delicadamente descarnadas de En los reinos de taifa (1986), el volumen de memorias en el que Goytisolo analizaba su cambio de registro literario —del realismo crítico a la experimentación con una suerte de “verso libre narrativo”— al tiempo que asumía públicamente su homosexualidad.
El escritor convive ahora con la familia de su amigo Abdelhadi —“mi tribu”, dice él— en ese “desconcierto” con patio donde el domingo repasaba su trayectoria y ayer declaraba haber recibido la noticia del galardón con una mezcla de depresión —“no sé por qué”— y alivio —“por asegurar con el dinero del premio la educación de los chicos de la casa”—.
Pregunta. Su última obra, de hace dos años, es un libro de poemas, ¿era la consecuencia natural de su evolución o siempre había escrito versos y nunca los había publicado?
Respuesta. La novela es un género omnívoro, puede incluir la poesía, pero la poesía no puede incluir la novela. Lo que he escrito a partir del último capítulo de Señas de identidad es a la vez prosa y poesía. Libros como MakbaraPaisajes después de la batalla o Las virtudes del pájaro solitario están escritos para ser leídos en voz alta. La prosodia y el ritmo son un elemento fundamental.
P. ¿Por qué entonces un libro de poemas tradicional?
R. Bueno, me jubilé de novelista. En realidad la última obra debería haber sido Telón de boca. El exiliado de aquí y allá es una prolongación tal vez innecesaria de Paisajes… Cuando uno no tiene nada nuevo que decir, se calla. He escrito poesía en los últimos años, ensayos, los artículos de EL PAÍS… Tengo algún material nuevo escrito pero no tengo ninguna prisa en publicarlo.
P. ¿Ha releído sus primeras novelas, las realistas?
R. Las leo como si fueran de otro. Tal vez era necesario pasar esta etapa. Durante el franquismo escribíamos para decir lo que la prensa no decía. Había una voluntad de testimoniar y de registrar el habla popular. En mi caso, en Campos de Níjar y La Chanca, el de Almería. Fue gracias a la mili en una compañía llena de reclutas almerienses.
P. ¿Cuándo volvió por última vez?
R. ¿A Almería? Hará 10 años.
P. Primero lo declararon hijo predilecto, luego persona non grata…
R. Primero, durante el franquismo, me declararon persona non grata por Campos de Níjar, luego hijo predilecto en agradecimiento; luego, otra vez persona non grata por tomar partido por los inmigrantes en El Ejido.
P. ¿Qué es más sospechoso: que te ten un honor oficial o que te lo quiten?
R. Cuando me dan un premio siempre sospecho de mí mismo. Cuando me nombran persona non grata sé que tengo razón.
P. ¿Nunca pensó en volver a España cuando murió Franco?
R. Tanto en París como cuando daba clases en Nueva York me había acostumbrado a una sociedad heterogénea. El barrio del Sentier me procuró una educación que ninguna universidad me podía proporcionar: el contacto con inmigrantes de todas las partes del mundo. Cuando llegué a España en el año 76 solo había españoles, y me pareció terrible.
P. ¿Cómo ve la evolución de España? Se ha abierto un debate sobre la Transición.
R. Es lógico que haya un hartazgo por parte de la gente joven respecto a la crisis, el paro, la corrupción, pero hay que articular alternativas creíbles. Tengo mucha simpatía por la gente de Podemos aunque por el momento no tengan un programa muy concreto, pero el hartazgo que reflejan me parece muy justo y lógico.
P. Usted ha dicho que en España se hizo transición política pero no cultural. ¿Por qué?
R. Porque sigue vigente el canon nacionalcatólico. Yo tengo fama de heterodoxo y nunca he buscado la heterodoxia sino ampliar la base del canon, es decir, incorporar lo que había sido dejado de lado por fidelidad a un relato histórico que no se corresponde con la realidad. Hay tres temas tabú en la cultura española. Uno es el carácter mudéjar de la literatura española en los tres primeros siglos: escribiendo en lengua romance pero inspirándose en modelos literarios árabes. El segundo, del problema de la limpieza de sangre: la literatura está embebida de la violencia entre cristianos viejos y cristianos nuevos, y esto se traduce en nuevas formas literarias en el siglo XV y el XVI. Tercero, el extrañamiento del tema erótico. Menéndez Pidal y Unamuno hablan de la cultura española como una cultura casta en contraposición al libertinaje de la francesa. Cuando uno conoce el Cancionero de burlas, La lozana andaluza o La Celestina se encuentra con un rotundo desmentido a esa afirmación.
P. La novela de su propia transición, Señas de identidad, quería poner en evidencia los grandes mitos de la España franquista. ¿Cuáles serían los de la España de hoy?
R. La Marca España. Reducir España a la Marca España y no ver la cruda realidad de una sociedad que está sufriendo por el paro y la marginación. Este mito de la Marca España hay que deshacerlo. Este optimismo… Si fuera caricaturista pondría a un parado sentado en la acera pidiendo para comer y alguien que viene a anunciarle que la agencia Standar & Poor's ha elevado la nota de España de A Plus a A Plus Plus. Eso es lo que nos están vendiendo.
P. Carlos Fuentes lo incluyó en su libro sobre la novela latinoamericana. ¿Ha tenido mejores lectores en América?
R. Hay lectores atentos y distraídos en todos lados, pero lo normal en el continente iberoamericano es una lengua emancipada del corsé reductivo español del lenguaje como código de delitos y faltas. Yo estaba obligado a hacer un esfuerzo para liberarme y para ellos esa libertad era natural.
P. Lleva 30 años viviendo en Marruecos y ha viajado y escrito mucho sobre el islam. ¿Qué no hemos entendido los occidentales sobre el mundo árabe?
R. Hay un malentendido fundamental: es absurdo hablar de mundo árabe. La vida social y cultural de Egipto no tiene nada que ver con la de Arabia Saudí ni esta con la que había en Iraq antes de la destrucción… Es un patchwork, un tejido único compuesto de retazos de colores distintos.
P. ¿Y el papel de Occidente?
R. La frase de Roosevelt lo dice bien: “Es un hijo de puta pero es nuestro hijo de puta”. Durante la confrontación con la URSS siempre ayudaron a los disidentes de los países del Este pero a los disidentes árabes nunca les han ayudado, siempre han pactado con los dictadores o con gobiernos favorables a sus intereses.
...
el dispensador dice: hay un divorcio entre el "valor fuente" (esencial) y los hechos del mundo humano... en el aire se respiran nacionalismos a ultranza, algunos de ellos tan exacerbados que bien encajan en los nazismos aberrantes... sin embargo, al sumergirse en ellos, se comprueba rápidamente que los nacionalismos no consideran a las gentes, así como las personas ciudadanas tampoco los consideran a los nacionalismos, léase, los nacionalismos no son incluyentes ni inclusivos, antes bien son excluyentes de ideas e ideologías... pero léase, los ciudadanos atrapados en los nacionalismos tratan de salvarse como pueden, sobreviviendo a estados ausentes y políticas que se sustentan en ninguneos recurrentes... no acaba allí... los nacionalismos son fundamentalismos en esencia, aún cuando lo disimulen o lo oculten... por ende son nacionalismos que se traducen en terrorismos de estados que ejercen condicionamientos y presiones a sus propias gentes, persiguiéndolas, creando un escenario de burn out social a escala global que termina afectando al conjunto de manera severa (grave). No es lo único. La Iglesia Católica se ha alejado tanto de Dios y el concepto universal de convivencia humana, que se sustenta en preceptos propios de la inquisición medieval que aún rige en el pensamiento reinal, virreinal y de los principados de la Europa medieval, conviviendo con mentidas democracias y repúblicas deformadas en sus principios... por ende, al converger el nacionalismo con el catolicismo inquisidor, se agrede a la consciencia íntima de las personas, aceptándolas cuando hay sumisión, pero atacándolas y exterminándolas cuando no la hay, o bien cuando se debe enfrentar a la convicción... este paisaje no pertenece sólo a los ámbitos del occidente, ya que rigen con otras pautas y otros parámetros, pero con peores resultados, en el oriente imperial. Traducido, el imperio aliado medieval de criterios nazis está vivo en el orbe humano, y si bien todos se lavan las manos y las almas ante semejante aseveración, haciéndose los "buenos", las "ovejas", los "democráticos", los "republicanos", en verdad discriminan a partir de sus propios cinismos, que disfrazan una curiosa hipocresía del poder, que se ríe del resto por simple soberbia. Indudablemente, la humanidad está retrogradando, involucionando que le dicen... cada vez más inequidades... cada vez más descartados... cada vez más expulsados... cada vez más negados... mientras los discursos refieren a los estados del derecho y sus consiguientes bla, bla, blas... estableciendo una contradicción entre lo que se dice y lo que se hace... pero yendo más lejos aún, estableciendo una paradoja que sólo arroja resultados de frustraciones que exterminan las iniciativas tanto como los genios, las capacidades tanto como los talentos, las habilidades tanto como los dones, priorizando la falsa competencia que destruye a las células sociales, cambiándolas por un cáncer que se establece a partir de los miedos, las inseguridades, los estados de zozobra, producto de los permanentes condicionamientos de cualquier índole y factor. 

el mundo humano se está volviendo invivible, pero los mecanismos del poder lo niegan y se burlan de ello...

por consiguiente, el divorcio entre sociedad y estado es cada vez mayor... más aún cuando se tiene en cuenta que la sociedad es el fundamento y que el estado no es más que una mera administración...

el mundo humano se está quedando sin identidad, por ende se está quedando sin entidad... ni de personas ni de sociedades... y ello entraña un peligro potencialmente grave, tan grave como dramático, tan dramático como trágico, porque cuando se producen estos vacíos, inmediatamente aparecen los genocidios y los holocaustos que se comen todo y no dejan nada... 

los premios de estos tiempos, han dejado su condición de reconocimientos sociales, para ser reemplazados por oportunismos políticos que denigran la condición humana del premiado, intentando la compra de su alma... no es bueno... es peor... el genio sólo debe ser reconocido como tal por las gentes de la calle, y allí reside el mejor de los premios... en el reconocimiento de base anónima... cuando se cruza el umbral del premio político... el genio duda de sí mismo... porque en lo íntimo sabe que cuando aparece el escenario político, el paisaje no es otra cosa que una significativa mentira que intenta captar al desprevenido, atrapándolo en su tela de araña, para luego secarlo... sí, hoy los premios denigran... confunden...

la diaria, la rutina, indica que el único reconocimiento válido es aquel que nace en un estrechamiento de manos en la calle... en una sonrisa de complacencia oportuna y efímera... en el detenerse a conversar sobre coincidencias y sintonías, o en disidencias y desafinadas notas sobre una misma circunstancia... todo lo demás, no es más que "lo demás", del gran sin sentido globalizado que domina todos los paisajes, comprando y vendiendo las dignidades de las gentes...

el genio no necesita de premios... está vigente cuando avanza en el sentido crítico, íntimo... el que no necesita de las opiniones de los otros para saber qué está bien y qué está mal... NOVIEMBRE 25, 2014.-


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