domingo, 23 de noviembre de 2014

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La cultura del fracaso | Cultura | EL PAÍS





CORRIENTES Y DESAHOGOS

La cultura del fracaso



El éxito y el fracaso fue el título que tenía un libro mío en 1991. Juan Cueto y yo nos vimos por aquel tiempo y me dijo: “Es el mejor libro que he leído sobre la situación [en aquellos años locos] y el peor título posible para describir el caso”. Tenía razón. Por imperativo de mi formación cristiana quise exponer en el titular los dos mundos (el bien y el mal) pero, en realidad, lo novedoso para el marketing no era la bancarrota sino la cultura del éxito. Desde los pelotazos económicos a la cocaína, desde la euforia política al libertinaje sexual, todo el ambiente aludía a una atmósfera de festorra y liberación encantadora.
Por contraste, ahora, lo imperante o, más que eso, lo ontológico es la cultura del fiasco y del fracaso. De todas partes, sea el ébola o la deflación, sea la Cataluña hosca o Mariano Rajoy, la estampa es una secuencia de adversidades que llegan a quemar una industria tradicional tan gélida como Campofrío. El desastre va desde un triste rincón ucraniano al fulgurante Estado Islámico o desde el humilde papa llamado Paco hasta la morbosa pedofilia en Granada. No hay donde asirse serenamente, sea el sueldo, la casa o la moral para aguardar un porvenir soleado o prometedor.
No se trata tan sólo de mala salud sino de corrupción, no es sólo falta de crecimiento sino la deflación y su depresión humana. La cultura del fracaso es ya una cultura del pulmón. Nada de frivolidades subsidiarias. La cultura del fracaso es tanto el fracaso de la cultura (expresa en las artes o en sus performances) como en la cultura como cultivo. La plantación “cultivada” se presenta marchita, el ímpetu desalentado y la disfunción sexual es el anuncio rey de losmass media.
Más que combatir el dolor se trata de combatir el dolo. No es cuestión de hallar consuelos circunstanciales sino de asumir la profundidad del duelo. A lo muerto sucede, efectivamente, lo redivivo, y a lo orgánico enterrado la subsiguiente fertilidad. Pero, ¿dónde están realmente sus frutos? ¿Brotes verdes, raíces vigorosas? El color de la época es como una niebla y en su faz no se observa otra cosa sino una sucesión de signos de paro y de frustración. ¿Un mesías redentor? El triunfo del fracaso han alcanzado un nivel que la población manotea como una riata de insalvables esclavos. Nada que esperar, nada que soñar, nada que hablar.
La cultura del fracaso se corresponde con la palabra enmudecida. Novelas que no dicen nada, cuadros que no ven, artes que no hallan más metáfora que el tiburón sin mar o en el mar sin su felicidad.
Lo dominante es el reino del naufragio o del fracaso. Y, lo consecuente, es hundirse o fracasar. Todo el mundo cultural que nos rodea está fundamentado en la impostura. No hay una realidad donde respirar a fondo para obtener oxígeno y sabor. ¿Podemos? No podemos. La cultura del fracaso se cumple con la misma emergencia de estas proclamas desahuciadas que aluden más a la impotencia del poder efectivo que a la esperanza de poder salir de aquí.
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DE FRENTE | VICKY PEÑA

Vicky Peña: “Hay que pasar página, pero antes hay que leerla”

La actriz interpreta ‘El largo viaje del día hacia la noche’, sobre la felicidad y el fracaso



La actriz barcelonesa, Vicky Peña. / SAMUEL SÁNCHEZ
Este país esperó la felicidad y su presente suena a fracaso. ¿Qué contienen esas palabras? Durante siglos vivimos en una sociedad en la que uno manda y otro obedece y no hemos sabido adaptarnos al paso democrático de otros países. Nos hemos estancado; nos parece suficiente con poder votar.
Se ha conformado el ciudadano. Elegimos y esperamos que ellos trabajen y solucionen, desde los políticos hasta el presidente de la comunidad de vecinos. “Ya te encargas tú”. Y hay que estar en la brecha, dar la vara.
Ahora se da mucha vara. Desde que está este monstruoso Gobierno la gente está en la calle porque es ominoso cómo están desmantelando el tejido social. Ahora sí, pero excepto en algunas huelgas, la ciudadanía no se ha movido, sólo hemos votado.
Dice que la Transición la halló feliz, que aquello era pletórico. Ahora hay quienes consideran que era elrégimen del 78. Ese latido que yo sentí creo que ahora lo siente esta otra generación (las voces que hay desde el 15-M, movimientos como Podemos o Guanyem). Esa generación me parece que denuesta el espíritu del 78. ¡Lo leí y me sentí vetusta! Y recordé una sensación que tuve cuando tenía 18 años...
¿Qué sensación? Cuando me dije ¡pero, por favor, que dejen de hablarme de la guerra y de la posguerra! ¡La historia empieza conmigo, la tengo que construir yo a partir de ahora! Era mentira, claro.

Me cabrea la prepotencia
de la banca y el peso que tiene lo mercantil en mi vida”
¿Por qué era mentira? Porque me faltaba mucho por saber. Hay que pasar página, pero antes hay que leerla. Esa página la había pasado sin leerla. Ahora la quiero leer. Hay que respetar que nos llamen carrozas, porque lo somos; hay que saber destilar los valores que nosotros sentíamos. Y quizá ni siquiera decirles a nuestros hijos que son los mismos valores, porque se van a rebotar. Quieren ser los primeros, quieren inaugurar la Historia.
Usted será carroza, ¡pero carroza enamorada! ¡Sí, ja ja ja! ¡Como el polvo de Quevedo! Soy una enamorada de la Historia, de la vida y de la cadena de generaciones. Me di cuenta ya bastante mayor, ensayando El jardín de los cerezos, de Chéjov; me sentí enormemente cercana a lo que decía el personaje y a lo que estaba pasando. También al año siguiente, haciendo otro Chéjov, Las tres hermanas, leí lo que dice Olga: “Dentro de cien años, ¿qué pensarán de nosotros?”.
¿Lo piensa usted? Me emocionó lo que decía el personaje, estar implicado en la sociedad aunque a veces te puedas sentir inútil. Mira lo que dice mi personaje en El largo viaje del día hacia la noche:“Las cosas suceden sin que te des cuenta, y luego te interpones entre lo que eres y lo que querías ser y acabas por no ser tú mismo”.
¿Que le ha dado el trabajo para mantener el espíritu de carroza enamorada? La sensación de que sirvo para algo, de que a través de esta entelequia que es el teatro o una película estoy devolviendo imágenes de espejo del ser humano en otro tiempo, en otra circunstancia. Saber que puedo abrir una ventana a través de esta profesión tan bonita y absurda, porque todo es ilusorio. Sentirme útil, parte de un fluido histórico.
¿Cómo le ha hecho esta experiencia? Quizá la edad también ha intervenido: la profesión me ha hecho muy sensible.
¿Y qué le ha hecho cabrearse o llorar últimamente? Estoy en un continuo cabreo desde el otoño de 2011. Y antes, cuando cambiaron el artículo 135 de la Constitución me cabreé mucho. Cabreada con la prepotencia de la banca, con el peso que tiene lo mercantil sobre mi vida. Me siento ninguneada, toreada, muy mal.
el dispensador dice:
el árbol de la vida existe,
el libro de la vida existe,
las hojas del árbol están contadas,
las flores del árbol están contadas,
los frutos del árbol están contados,
pero las raíces del árbol... están una a una numeradas...
las hojas del libro están contadas,
las palabras del libro están contadas,
las letras del libro están contadas,
como también lo están su lomo y sus tapas,
no obstante lo cual,
gracias a que el tiempo tiene la propiedad física de doblarse,
habilita a que una misma hoja pueda ser escrita sobre sí misma,
sin que se borre lo que antes estaba escrito...
el libro de la vida se desarrolla en el tiempo,
pero carece de él, por ende no depende de tiempo alguno...
y pertenece a una sola alma... y sus circunstancias...
las que han sucedido, y las que aún no suceden, pero lo harán,
habilitando a cada espíritu a escribir sobre lo escrito...
el libro de la vida permite leerse de adelante hacia atrás,
pero también desde atrás hacia adelante...
ejerciendo un doble recorrido de gracias y desgracias...
en los tiempos respirables,
nadie gana, aún cuando crea que gana,
nadie pierde, aún cuando crea que pierde,
y sólo de los fracasos... se aprende...
para que cuando ello suceda...
el siguiente fracaso te enseñe,
aquello que te guíe... en lo prudente.
sólo los elegidos,
puede leer la página siguiente... NOVIEMBRE 23, 2014.-

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