Josep Giralt. Trabajó en Canal Plus, en el Congreso de los Diputados (Grupo Mixto) y como fotoperiodista en América Latina, África y Asia. Coautor del libro Sentir Etiopía, (RBA), compatibiliza su trabajo como periodista en una Fundación con el espacio Películas incómodas en Com Ràdio. Ha publicado artículos y entrevistas enEl País, Avui, El Mundo, Playboy, El Triangle... Su frase: "No sirvo ni para seguir ni para conducir", de Nietzsche; su película: Rocco y sus hermanos, de Visconti. Sus libros: Los ensayos, de Montaigne yConversaciones, de Cioran
El componente humano primordial debería ser el del reconocimiento del otro. Sin los demás no podríamos existir. Por lo tanto, disfrutemos de “otros mundos” y que esa diferencia –en vez de aislarnos- sea el camino para conseguir un mundo más justo, menos convencional y más libre. En este blog rendimos homenaje a algunas de las más significativas creaciones humanas que han marcado nuestra existencia: libros, películas, autores, canciones, etc. y que han estimulado nuestra (mi) necesidad de pensar, sentir y gozar. Al mismo tiempo, es un espacio que indaga sobre la realidad humana e intenta contribuir a la reflexión y al aprendizaje.
Los amantes del orden
Por: Josep Giralt | 17 de noviembre de 2014
No sé por qué extraña razón nos pasamos la vida elogiando aquellos que se consideran “normales”. Tanto en la vida pública como en la privada. Es como si con dicho adjetivo hubiéramos resumido lo mejor que puede decirse de una persona. Sin embargo, la historia de la humanidad nos confirma todo lo contrario. ¿De qué nos ha servido la “normalidad” de aquellos que se consideran defensores de la patria y sin embargo no han dudado en dejar a sus ciudadanos sumidos en la pobreza? ¿De qué ha valido la “normalidad” de algunos políticos que, colmados de premios y honores han bombardeado al prójimo hasta la extenuación? ¿De qué sirve la “normalidad” de aquellos que dan clases de moral en público y en privado hacen todo lo contrario?
"Anímese a ser resultamente anormal, un poco raro, hágame el favor. Le bastará con ser usted mismo". Aurelio Arteta-Jude Law
Tendríamos que hacer un poco de memoria. ¿Aprenderemos algún día de nuestros errores? No lo creo, de lo contrario, tendríamos otro modelo de sociedad; más equitativa, libre y solidaria. ¿Por qué el establishment cuenta en sus filas, con tantos mandatarios perturbados y sin embargo se les sigue considerando “normales”? ¿De qué le ha servido al mundo tanto discurso propagandístico apelando a la “normalidad”?
Estoy hasta el gorro de la supuesta “normalidad”. Si creemos que la indolencia, la falta de empatía o la insensibilidad son atributos indispensables para alcanzar el éxito, vamos por mal camino. Más que una condición imprescindible para alcanzarlo, deberíamos considerarlo una maldición de nuestro tiempo.
Se supone que el hombre o la mujer “normales” son los que se atienen a lo establecido. Se entiende que son considerados buenos ciudadanos y que no dan problemas. Sin embargo, no puedo dejar de preguntarme: ¿Cómo evitar no tener dificultades en la vida? ¿Qué respuestas espera un sistema que no se ha cansado de mentirnos respecto a esa normalidad? De una vez por todas, ¿Quién pone a esta gente tan "normal”en puestos de suma responsabilidad? ¿Quién dictamina lo que es normal y lo que no?
De lo que se trata -como en todo- es de no crear problemas. Y sobretodo de no cuestionar situaciones delicadas para el grupo al que pertenecemos. Ser uno más, un ser “normal” un humano medio, corriente y complaciente. ¿Para qué buscar complicaciones? En el fondo lo que queremos es tranquilidad. Quedarnos al calor del grupo, preservar nuestra identidad, sin provocar fisuras. En definitiva, se trata de ser de los nuestros. Es igual que seamos uno más del rebaño, entre tantos tampoco se nota demasiado.
Lo sepamos o no, predicamos la mediocridad como ideal. Es decir, hacemos de la carencia de principios el valor más venerado. Que nadie descuelle, que nadie sobresalga, todos hemos de ser iguales en aras de la “normalidad”. Aurelio Arteta lo definía a la perfección: “Sólo si soy como los demás me pongo a resguardo, de modo que me adelanto a consagrar la norma de mi parroquia como lo bueno. Puesto que no deseo ser libre, sino estar arropado, evito las opciones: el distinto es siempre mi enemigo”.
De seguir así, corremos el peligro de acabar siendo superficialmente uniformes. La realidad dejará de ser diversa, todo se convertirá en apariencia, no existirá la autenticidad. Me ha costado muchos años irme desprendiendo de ataduras impuestas. No eran convicciones razonadas, sino algo que había ido adoptando desde mi niñez. Es solo, cuando las cosas empiezan a tambalearse que empezamos a hacernos preguntas. ¿Quiénes somos en realidad? ¿Nos conocemos realmente? ¿Cuál es la finalidad de nuestra existencia?
En definitiva, nos dejamos llevar por el temor a lo diferente. En el fondo somos víctimas de la irracionalidad del miedo. Siempre he aprendido más de aquellos que no se han conformado con el papel que les han repartido. Nos pasamos la vida intentando no angustiarnos, y sin embargo no hay evolución posible sin sufrimiento. Opto mil veces antes por la inseguridad de los fracasados, que por la soberbia de los triunfadores.
Quisiera tener mi propia moral, no dictada desde fuera ni desde arriba, sino desde dentro. No nos pasemos la vida juzgando al resto. En realidad no conocemos a nadie, somos unos desconocidos para los demás, incluso lo somos para nosotros mismos. Hay una realidad última, pura, absoluta que nada tiene que ver con la “normalidad”. Somos seres complejos, contradictorios, confundidos, en esencia la humanidad no puede ser “normal”. Y sin embargo, hemos interiorizado que la felicidad está en ser amantes del orden. Para no ver nuestra propia miseria, hemos decretado la miseria general.
Afortunadamente la vida sigue sorprendiéndonos. Casualmente, de quienes más he aprendido es de aquellos que no son parte de los que conocemos como “seres normales”: de mi hermana pequeña, con parálisis cerebral, siempre presente en mis escritos- y de nuestra teckel Frida. A veces, me confundo y llamo a mi hermana con el nombre de la mascota y a la perrita con el suyo. Ella al darse cuenta no para de reírse. Lo que provoca que la perra le salte encima a la velocidad de un rayo. No hay cosa que ponga más contenta a Frida que observar la felicidad de aquellos a los que ama incondicionalmente.
Mi hermana (la que sería considerada la menos normal de todos nosotros), me ha enseñado que no debemos guardarnos ninguna emoción importante en nuestro interior. No debemos matar nada dentro de nosotros antes de que nazca. Ella y sus emociones son pura verdad. A su manera nos expresa: “No os preocupéis por mí, siento, luego existo”. Con su ejemplo, diferencia y sufrimiento nos dice que para contribuir al progreso de la humanidad, el único camino es desmontar y anular creencias e impresiones anacrónicas. Ideas llenas de estereotipos que a la larga se acaban convirtiendo en nuestras trabas, en nuestras cárceles. Si queremos sumar, evolucionar, descubrir, tenemos la obligación de emplear nuestros cambios personales y aplicarlos en nuestro entorno. No hay nadie que me haya influido y querido tanto, como aquella pequeña niña de largas y negras trenzas, en su eterna silla de ruedas y esta larguirucha cazadora de sueños que es nuestra adorada Frida. ¿Significa esto que para mucha gente no soy normal? Bendita sea entonces mi “anormalidad”.
Helvia y Frida
Mi compañera Raquel y Miss Daisy (Frida)
el dispensador dice: loco sí, no demente... me autocalifico... la niñez puede condicionarte, pero sólo cuando dejas que tus circunstancias te apabullen... a veces es bueno acostumbrarse a ser espectador de la vida en la que actúas, verla pasar, dejarte llevar... ¿por quién?, por tu ángel de la guarda desde luego, que para eso está delante tuyo sin que lo veas... dejarte aconsejar... ¿por quién?, por tu consciencia que para eso la tienes, revoloteando sobre tu cabeza o si quieres, sobre tu aura... las gentes creen que eso de las voces internas son un mito que debe ser negado, pero están erradas por demás... cuando las atiendes, ellas te entienden... y hacen de tu vida un acto de magia... pero claro está, la vida está para andar apurado y no darse cuenta de nada importante, quedando atrapado por las urgencias que te endosan de los chiflados que te rodean...
más aún, si me hubieses dicho que la vida me iba a traer hasta aquí, tal vez, sólo tal vez, me hubiera reído... pero hoy soy mi propio testigo... un loco suelto... ya que los estados ausentes proporcionan tantos males mentales, que ya ni siquiera los consideran en sus políticas desquiciadas... por ende, es preferible dejar a los locos que anden sueltos y andar con cuidado de los otros, los "dementes"... esos que además de locos son perversos... y ostentan el poder de denigrarte...
sí, loco... me gustaba escribir desde niño... desde luego fui muchas veces lechuza cascoteada... pero a pesar de los piedrazos no me amedrenté, y seguí escribiendo hasta que la musa me indicó que era prudente tomar un descanso sabático extenso, hasta que los hados reencontraran el momento... y así fue... hubo aquelarre y la musa regresó, descendiendo en el justo momento... alimentando esa dosis de locura necesaria para poder transitar una vida repleta de paradojas, donde tu quieres algo, pero los otros quieren exactamente lo contrario, y terminas denigrado y expulsado de tus propios conciertos, empecinado en permanecer al costo que sea... no obstante, como siempre me digo a mi mismo, cuando los otros se vuelven dinosaurios depredadores es preferible dejarlos que se mastiquen a sí mismos... porque allí se descubren todas las miserias que les pertenecen... y los caracterizan... eso que se llama "mediocridad", tan bien descripta por José Ingenieros...
quería estudiar piano, pero dado que las circunstancias no me ayudaron, terminé teniendo amigos cultores de la música, al igual que mi madre lo era... porque la música es como el alma... si no la tienes, aunque tengas teclas... no sonará...
terminé metido entre los elementos y sus combinaciones dentro y fuera del cuerpo humano... muy vinculado a los átomos, a los neutrones y a los protones, a los neutrinos y a los mesones K y los otros que andan perdidos por allí, pero esos, al igual que la escritura me los traje con la memoria del karma, demasiado fácil... y como no me gusta mirar hacia atrás ni tampoco hacia los costados... me fui sumergiendo en ecuaciones y fórmulas... todas relacionadas con lo humano... porque al fin y al cabo, siempre nos debemos al prójimo que nos envían, que se nos cruza sin decirnos de dónde viene, y por algo será... por algo aparece... y allí aprobamos o desaprobamos los sentidos de nuestra gracia, ésa dosis de magia con la que se nos envía a nacer...
con los años me fui sintiendo cómodo con mi chifladura... más aún cuando comprobaba que otros que se declaraban "normales" no eran más que cultores de sus propias mediocridades, o bien, de sus propias miserias humanas, o bien, de sus propias mezquindades, o bien, de sus propias ignorancias y soberbias... porque no puedes hablar de solidaridad y robarle a los pobres... o bien no puedes hablar de misericordia y vivir condenando a los otros... o bien tampoco puedes hablar de compasión para luego atropellar con o sin razón... allí comencé a volverme ermitaño, de ser víctima de tanta mentira y mucho más engaños... siempre con cara de feliz cumpleaños, rasgándose las vestiduras, y discurseando sobre la importancia del amor, del deseo, del sexo, y hasta de los aseos... una garganta esmerilada de tantas arenas, diría Cacho Castaña... agregaría, un alma esmerilada de tanta mentira...
no, no te confundas... no fui fiel... antes de eso me fui fiel a mis convicciones, a mis sentidos, a mis sensaciones, a mi ángel, al que aprendí a reconocer en la oscuridad... a mi consciencia, a la que aprendí a sintonizar como quien lo hace con una radio y su dial... y en eso mucho me ayudó la experiencia de la soledad en el Tibet y en la India... más en la primera que en la segunda... pero mucho más me ayudó mi experiencia en África, que es a la postre la que más he valorado... si eres mediocre... te descartas a ti mismo y le escupes a Dios su obra, su aliento y su gracia en su propio rostro, por consiguiente he sido cultor de la oración como escalera que me conduce siempre a él... siempre, siempre con los pies metidos en el agua... porque ello asegura la conexión celestial que va más allá del bautismo ritual...
¿mi amor imaginario?... no tengo... estoy en paz conmigo mismo y con mi verdadero amor, ése que no me traicionó jamás a pesar de las ausencias y las distancias... que no me demandó ni civil ni iglesia... que no tuvo siquiera fiesta... ya que nació y morirá en la pobreza de las convicciones que nos han unido desde la eternidad hasta aquí... sí, me gusta leer... antes mucho... ahora poco, los textos breves, eso que te nutren en lo poco, y no aquellos otros que abundan hasta confundirte... sí, y necesito de la música, de mi concierto de Aranjuez por Yepes, y otras armonías de las que otros huyen...
¿qué a quién amo?... a Dios, ése que existe a pesar de los mismos hombres... soy, me declaro, un caballero andante, sin caballo, sin espada, sin estandarte, un cruzado por la razones de la Virgen Madre y del Espíritu Santo... asumiendo que ni Dios, ni la Virgen Madre, ni el Espíritu Santo, tienen religión alguna ya que ellos sostienen los signos y las llaves del VERBO que se pronuncia a sí mismo, para que todo exista en un orden que no es para nada mediocre... que se sustenta a sí mismo sin necesidad de hombre alguno... también amo a mi amor... el eterno... luego, las circunstancias de la vida te indican con quién debes estar y con quién no debes estar ni un segundo más... por eso estoy en paz, porque aún habiéndome declarado engañado, nunca me he dejado engañar... porque es prudente no hacer pasar vergüenza a nadie, mucho menos si se trata del prójimo...
loco, sí... no demente... ah!, te puedo decir algo, a pesar de todo... vale la pena respirar por un rato... pero sin omitir ni pasar por alto la importancia del sentido de los sueños. NOVIEMBRE 19, 2014.-
las cosas deben ser simples,
las cosas deben ser sencillas,
las cosas deben ser amables,
tanto como francas...
cuando las cosas se ponen difíciles,
es porque las almas andan cargadas,
y de ello no hay regreso,
ni tampoco salida...
porque en esencia... todo es simple... demasiado simple...
el dispensador
LA HERIDA CAUSADA POR UNA LANZA PUEDE CURAR ,
PERO LA CAUSADA POR LA LENGUA DEL HOMBRE (o la mujer) ES INCURABLE ...
PROVERBIO ÁRABE SIRIO °°°
ولكن نظرا للغة MAN (أو امرأة) هو غير قابل للشفاء ...
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