jueves, 6 de noviembre de 2014

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Jorge Zepeda Patterson: Literatutra y patologías sociales | Cultura | EL PAÍS



Jorge Zepeda Patterson: “Somos corresponsables de la corrupción”

El autor mexicano, ganador del Planeta, da claves sobre su novela, 'Milena o el femur más bello del mundo' que llega hoy a librerías de su país y de España

Literatura y patologías sociales

La corrupción es el cadáver en descomposición que más tienen cerca los ciudadanos. Y la novela se los puede servir en bandeja


ANÁLISIS

Literatutra y patologías sociales

La corrupción es el cadáver en descomposición que más tienen cerca los ciudadanos. Y la novela se los puede servir en bandeja



No es casual que el referente literario del economista francés Thomas Piketty, autor del polémico El capital, sea Honoré de Balzac. Fue este autor quien mejor retrató la sociedad de su época, el que mejor desnudó su apetito de poder y riqueza. Aun sabiendo que era un monárquico recalcitrante, Karl Marx igualmente lo eligió como el paradigma narrativo de la Francia de la Restauración. Esa relación entre la ficción y las más diversas patologías sociales, entre ellas la corrupción, es altamente probable que la haya inaugurado Balzac. El escritor francés tuvo grandes epígonos en esa materia. Gustave Flaubert y Emile Zola (que describe en La jauría la especulación del suelo que trajo consigo el plan urbanístico del barón Haussman). En Inglaterra brilló en esta turbia materia Charles Dickens.
En nuestros días esa estrecha vinculación permanece inalterable. En el siglo veinte, la novela que mejor representó la malsana hermandad entre élite financiera, poder político y fuerzas de seguridad, esCosecha roja, del escritor estadounidense Dashiell Hammett. Es muy difícil no tener en mente esa novela, si se quiere ser fidedigno a un modelo de representación ideal de la corrupción o la violencia institucionalizada.
En Europa hay un baremo que mide la corrupción de los países que la componen. Junto a su PIB, un país puede brillar por el número y diversidad de corruptos incrustados en su tejido social. Si uno lee una novela como Muerte en Estambul (2009), del escritor y traductor griego Petros Márkaris, se puede llevar una idea de la Grecia actual bastante desasosegante. También ocurrió con la lectura de Crematorio, de Rafael Chirbes, novela que traza con mano maestra uno de los asuntos y prototipos más redundantes de los últimos años en nuestro país: la especulación inmobiliaria y el nuevo rico. En esta estela temática no podemos dejarnos la última novela, de la serie Bevilacqua, de Lorenzo Silva, Los cuerpos extraños(2014). No quisiera dejar de mencionar cinco libros más: El testigo,de Juan Villoro (2004); El comité de la noche (2014), de Belén Gopegui; Plegarias nocturnas (2012), de Santiago Gamboa;Libertad (2011), de Jonathan Franzen; y un largo artículo tituladoDemocracia y comercio en el Open de Estados Unidos, de David Foster Wallace incluido en el volumen En cuerpo y en lo otro (2013). Y, claro, la trilogía de Stieg Larsson.
Dijo un día el gran periodista polaco Ryszard Kapuscinski que lo mejor que le iba a la novela era describir cadáveres. La corrupción, con sus más variadas y sofisticadas máscaras, es el cadáver global en fase de descomposición que más tienen cerca los ciudadanos de todo el mundo. Y la novela se lo puede servir en bandeja.
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el dispensador dice: las sociedades humanas producen hechos que se traducen en expresiones culturales, y las propias sociedades humanas van eligiendo sus modelos, sus ejemplos, aquello que las satisfacen en lo íntimo, donde se sienten cómodas consigo mismas, sean como un todo, y además en cada individuo, asumiendo que poco a poco, el boca a boca, va construyendo una especie de delirio social que honra a aquello que hace las veces de faro, iluminando cada destino, reconociendo el esfuerzo, la entrega, la voluntad del que nada ha pedido, que vive con lo justo y que sólo se sorprende ante aquello que lo merece...

la cultura incluye todas y cada una de las expresiones sociales, algunas más relevantes, otras menos relevantes... pero creando una madeja que lleva a la sociedad hacia un intangible "adelante"... el que a su vez alimenta a una movilidad cultural que se recrea a sí misma, nutriéndose para dar lugar a nuevos espacios...

la corrupción política resta...

la corrupción corporativa resta...

la corrupción del poder resta...

la corrupción militar resta...

la corrupción eclesiástica resta...

la corrupción fundamentalista resta...

la corrupción mediática resta...

la corrupción económica resta...

la corrupción financiera resta...

y todo lo que le resta a cada sociedad... genera anticuerpos que van siempre de menor a mayor, hasta que la sociedad humana no tolera la infección y decide curarse a sí misma de todos los males sembrados, inyectados, endilgados por terceros miserables y sus conveniencias envueltas en cinismos e hipocresías...

hoy son muchas las cosas que restan... y demasiado pocas las que suman... por ende las sociedades humanas han comenzado a rebelarse contra las infecciones... y el proceso ya es irreversible... no tiene regreso... porque es sabido que la o la infección se cura o ella misma te mata, y las sociedades humanas no están dispuestas a extinguirse a manos de los demonios sueltos en uso y abuso de los poderes...

los hombres van y vienen, pero la Tierra permanece... tanto como la "cultura".
NOVIEMBRE 06, 2014.-

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