domingo, 30 de agosto de 2015

CUESTIÓN DE CONSCIENCIA ▲ LA CIENCIA DE LOS EPÍLOGOS

el dispensador dice: sí, en la vida todo es cuestión de consciencia... necesitas ser plenamente consciente de cada momento y de cada instante de tu vida... necesitas ser plenamente consciente para realizar lecturas adecuadas de tus circunstancias... necesitas serlo de las señales que se te envían y de aquellas que recibes... así como necesitas ser plenamente consciente de la presencia y de la vigencia de tu propia consciencia, de su voz, de su paciencia... así como también necesitas ser plenamente consciente de la presencia de tu ángel de la guarda... ése cordón umbilical que te conecta con el más allá al cual pertenece tu espíritu...

si la consciencia es ligera... se te pierden los detalles de la vida y muchos hechos se te pasan de largo sin descubrir que has participado de ellos... confundiendo sendas con caminos y senderos con urgencias propias de los atajos que conducen siempre a las frustraciones propias de los apuros por querer alcanzar algo o poseer algo que no está en tu gracia...

muchas veces, cuando la consciencia es débil... se asume como buenos a los atajos que emplea la mentira para dibujar realidades inexistentes que sirven para convencer a los terceros por poco tiempo, porque una vez que se descubre el trasfondo de las segundas intenciones, no sólo se pierde credibilidad, sino que además se produce un daño infinitesimal a la consciencia (propia) y sus estados...

léase... cuando se traiciona la confianza... no hay regreso...

la sociedad humana de estos tiempos ha aprendido a construir paredes... muros... vallas... alambradas... pero no ha aprendido a construir puentes, por ende los vínculos humanos, además de densos andan débiles de contenidos... de afectos... de nexos humanistas... dejando a la vista el peor de los lados del ser humano, la carencia de humanismos...

occidente anda denso... pesado... demostrando que ha perdido el razonamiento crítico y sus habilidades consecuentes, sea del pensamiento matemático como del pensamiento humanístico, asumiéndose que los dos son convergentes hacia una filosofía necesaria que da sentido a la existencia en tanto y en cuanto el prójimo conserva y ostenta un valor semejante al del otro... de no ser así, la divergencia se cultiva en huertos de disconformidades hasta devorar los sentidos humanos propios y ajenos...

oriente, parte de él, también anda denso de occidentalismos dados por buenos cuando, en verdad, son todo lo contrario...

la consciencia no es cuestión de bienes, tampoco de monedas, mucho menos de poderes... la consciencia es cuestión de valores humanos fundados en la filosofía, en la ética, en la cosmogonía de las ciencias, y en todo eso que conecta al ser humano en sus tiempos respirables con su propio más allá, individual y social... con su "de dónde procedes" y hacia "dónde regresas"... asumiendo a las esperanzas como un modelo a seguir para sembrar el futuro de los que vienen, de los que aún no nacen... de los que aún no tienen un tiempo concedido para "ser"...

cuando no hay consciencia del valor del tiempo concedido, tampoco lo hay para que los dones alcancen el rango de talentos...

ni los títulos ni los honores pertenecen a los ámbitos de la consciencia, porque la consciencia se tiene o no se tiene, pero no viene acompañada ni de títulos ni de honores... tampoco se cuelga en la pared... ni se chapea...

cuando se carece de consciencia se suele insultar la inteligencia del prójimo así como también su consciencia... descubriéndose allí los cinismos, las hipocresías, las vanidades y sobre todo las soberbias que arrasan con los vínculos humanos fundados en los humanismos necesarios...

traducido: si llegas a esta vida sin valorar los sentidos de la consciencia... te irás de ella maldiciendo la consciencia propia y ajena. AGOSTO 30, 2015.-


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