Viernes 19 de abril de 2013 | Publicado en edición impresa
Línea & letra / Poesía interpretada por Pablo Bernasconi
Poema final
cuando las luces se apagan
cuando se va la última personacuando se cierra la última puerta
comienza
el viaje:
diría una balsa con sus palos atados
con hojas de palmera
un silencio provocador de estampidos
lejanos
y sobre todo
una forma muy particular de pensar
en la traición de los sueños.
Alfredo Veiravé
De Cazador de signos, Universidad Nacional de Mar del Plata
Veiravé
Gualeguay, 1928 - Resistencia, 1991
Alfredo Veiravé alternó la docencia y la crítica con la escritura de los poemas, hechos a partir de citas, alusiones y mezclas, que terminarían ocupando once títulos, el último de los cuales fue Laboratorio central, publicado el mismo año de su muerte.
el dispensador dice:
me fui quedando dormido,
las ausencias ya se habían ido,
estaba solo con mi pasado herido,
sentado en una playa a la vera de un río,
todo había sucedido,
demasiado rápido,
mucho más que lo pensado,
mucho más que lo pretendido,
me acompañaba un abrigo,
testigo de andares y tiempos perdidos...
el sueño me había invadido,
quería huir del sentimiento de haber vivido,
hay hechos que se estampan,
como si un duende lo hubiese querido,
por eso observé la otra orilla,
donde la Luna había hecho nido,
las aguas circulaban lentas,
humedeciendo los olvidos,
la soledad estaba presente,
mientras los silencios proclamaban gritos,
a veces parecen grillos,
otras veces sucede,
cuando se quiebran los destinos...
de pronto me vi echado,
entre brisas y arenas del pasado,
me sentía desprendido,
ni siquiera despojado,
tanto que era liviano,
como un cielo despejado,
pensé:
"¿para qué seguir soñando?",
si todo permanece,
según lo que fue pensado...
no esperé más,
y me fui volando.
ABRIL 19, 2013.-
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