Laura Freixas y las mujeres invisibles
La escritora publica sus reflexiones sobre la discriminación femenina en la cultura
Laura Freixas lleva años reflexionando sobre el reflejo de las mujeres en la cultura. En ese juego de espejos, las mujeres son retratadas en posiciones secundarias o estereotipadas, lo que ayuda a reforzar tanto el estereotipo como la desigualdad. Un perverso circuito cerrado. En El silencio de las madres, publicado por Aresta Mujeres, se recogen 32 textos escritos entre 1996 y 2014 en diversos medios como EL PAÍS, La Vanguardia, Letras libres o Claves de la razón práctica, y agrupados en dos grandes bloques.
En el primero, Temas, se estudia la invisibilidad de las mujeres creadoras, la perpetuación de la violencia machista o el olvido de la maternidad como materia creativa. En el segundo, Autoras, se repasan biografías de grandes escritoras como Simone de Beauvoir, Colette, Virginia Woolf, Rosa Chacel, Carmen Martín Gaite o Madame de Sévigné. "La ausencia de mujeres entre los creadores de cultura produce unos contenidos quenaturalizan, legitiman, la ausencia de mujeres, y viceversa”, sostiene Freixas en uno de los textos.
En Las que faltan, artículo de 2010, donde constata y censura la selección realizada por cuatro críticos literarios sobre los 100 libros que más han influido en el devenir español en los últimos cien años, que citan tres obras de mujeres y 97 de hombres, Freixas ofrece su propia selección de los 25 títulos de autoras españolas que más lo habían hecho. En El genio y su musa reflexiona sobre esa construcción del Romanticismo que bendice la imagen del creador –masculino– como alguien que vampiriza a quienes están a su alrededor para tratar de desarrollar su carrera artística. "¿De verdad el sacrificio ajeno es una condición sine qua nonde la creación artística?", se interroga.
Uno de los asuntos que más extraña, y sobre el que medita una y otra vez Freixas, es la ausencia de la maternidad como tema literario, a diferencia de lo que ocurre con el amor o la guerra, "eternos, universales, inagotables", escribe. "¿No hay otra vivencia universal y eterna, y no menos crucial para la especie humana, que la muerte y el sexo? Hablo, por supuesto, de la maternidad, y de todo lo que conlleva: concepción, embarazo, aborto, parto, crianza... Cada año, puntualmente, la literatura española arroja su cosecha de novelas de la guerra civil, a cargo de autores que no la conocieron; mientras, también todos los años, más de 400.000 españolas dan a luz y más de 100.000 abortan, pero de eso la literatura no dice una palabra", escribe.
Freixas, que reunió en 1996 en una antología relatos sobre la relación materno-filial en el libro Madres e hijas (Anagrama), sostiene que la sociedad no contempla a las madres como individuos, sino como función o recipiente. "Es una cultura en la que falta una voz: la de las madres pensantes". En su opinión, raramente en la literatura toman la palabra personajes de madre, "y más infrecuente es que sean verdaderas madres las que hablen de su experiencia en primera persona".
20 libros influyentes de escritoras del siglo XX, según Freixas | Cultura | EL PAÍS
20 libros influyentes de escritoras del siglo XX, según Freixas
1-Solitud, de Víctor Català (Caterina Albert) 1905.
2-Nada, de Carmen Laforet (1945).
3-Fiesta al noroeste, de Ana María Matute (1953).
4-A instancia de parte, de Mercedes Formica (1954).
5-La plaça del Diamant, de Mercè Rodoreda (1962).
6-Memorias de la melancolía, de María Teresa León (1970).
7-Cartas a una idiota española, de Lidia Falcón (1974).
8-Te deix, amor, la mar com a penyora, de Carme Riera (1975).
9-El temps de les cireres, de Montserrat Roig (1978).
10-Crónica del desamor, de Rosa Montero (1979).
11-El mismo mar de todos los veranos, de Esther Tusquets (1979).
12-El bandido doblemente armado, de Soledad Puértolas (1980).
13-Mi hermana Elba, de Cristina Fernández Cubas (1980).
14-Alcancía, de Rosa Chacel (1982).
15-Hacia una crítica de la razón patriarcal, de Celia Amorós (1985).
16-Delirio y destino, de María Zambrano (1989).
17-Las edades de Lulú, de Almudena Grandes (1989).
18-Historia de una maestra, de Josefina R. Aldecoa (1991).
19-Nubosidad variable, de Carmen Martín Gaite (1992).
20-Amor, curiosidad, Prozac y dudas, de Lucía Etxebarría (1997).
espejo rebatiendo letras,
destellos vigentes de apagadas estrellas,
mucha palabra vacía,
mucho desgaste de ciencias,
se han perdido las fuentes,
se han extraviado las esencias,
ya nadie acude a beber,
el valor agregado de las éticas...
se han hecho invisible los "hechos",
se han hecho invisible los "trechos",
se han perdido los sentidos de los sentimientos,
y se han perdido el sentido del cobijo de los techos,
y no son pocos los maltrechos,
perdidos entre pertrechos,
entre conflictos y dichos necios...
el cordón umbilical se está recogiendo sobre sí mismo...
retrayéndose los sentidos...
donde la madre se torna invisible,
donde el maestro no inspira por lo intangible,
todo se envuelve en frustración,
y todo se torna insensible...
donde el hijo se vuelve peso,
y el amor es excusa de compromiso,
que se elude en un simple giro,
donde la nada es espacio fijo,
y donde el mañana es tiempo perdido...
el apuro esmerila lo dicho,
y la urgencia alienta el acertijo,
donde no se comprende el sentido de la vida,
desparece el nido...
no se puede volar atrapado por el hastío,
ya que el tedio termina traduciéndose en olvidos...
y cuando la madre niega al hijo,
o cuando el hijo niega a la madre,
lo que se esfuma... es el camino...
las gracias de la vida se suceden al modo de un tobogán...
que en verdad no son otra cosa que una cinta de Moebius... invisible... pero eterna.
MAYO 01, 2015.-
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