Arqueólogos israelíes hallan un hospital de la época de las Cruzadas
La Autoridad de Antigüedades cree que la estructura pudo albergar hasta 2.000 pacientes
Ha sido descubierta gracias a unas excavaciones en la vieja Jerusalén
EFE Jerusalén 5 AGO 2013 - 14:50 CET
Arqueólogos israelíes han descubierto en la vieja Jerusalén una estructura de grandes dimensiones perteneciente a un hospital del período Cruzado hace unos mil años, que tuvo gran actividad y pudo albergar hasta dos mil pacientes.
Así lo informa hoy en un comunicado la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) que llevó a cabo las excavaciones y dieron con una galería de arcos apuntados de hasta seis metros de altura, perteneciente al período Cruzado (1099-1291 d.C.).
El edificio, propiedad del Waqf, la autoridad de bienes inalienables islámicos, está situado en el corazón del barrio cristiano de la ciudadela antigua de Jerusalén, en una zona conocida como "Muristan" (una desviación del la voz persa para hospital).
Hasta hace aproximadamente una década, servía como bullicioso mercado de frutas y verduras, aunque desde entonces había quedado en desuso.
Conforme a la investigación, la estructura descubierta es solo una pequeña parte de lo que fue el gran hospital que parece abarcar un área que comprende una hectárea y media.
Su arquitectura se caracteriza por numerosos pilares y bóvedas ribeteadas de más de seis metros, lo que sugiere que fue una amplia estancia compuesta por pilares, habitaciones y pequeñas salas.
Los responsables de la excavación, Renee Forestany y Amit Reem, han investigado en documentos de la época para conocer la historia del centro ambulatorio.
"Hemos aprendido sobre el hospital de documentos históricos contemporáneos, la mayor parte de los cuales están en latín", aseguran, y explican que estos mencionan la existencia de un sofisticado hospital construido por una orden militar cristiana denominada la "Orden de San Juan del Hospital en Jerusalén".
Sus integrantes prometieron cuidar y atender a los peregrinos en Tierra Santa, y cuando fuese necesario sumarse a los combatientes cruzados como unidad de elite.
Al igual que los modernos hospitales, el edificio estaba dividido en diferentes alas y departamentos según la naturaleza de las enfermedades y condición de los pacientes, y en situaciones de emergencia podía tener capacidad para tratar a 2.000 personas.
Los integrantes de la orden atendían a hombres y mujeres enfermos de diferentes religiones y también acogían a niños recién nacidos que eran abandonados por sus progenitores.
Esos huérfanos eran atendidos con gran devoción y de adultos pasaban a integrar la orden militar, señala el comunicado.
La AAI destaca sin embargo, que en cuanto a medicina e higiene, los cruzados eran completamente ignorantes, y como ejemplo cita a un testigo de la época que relató que un médico amputó una pierna a un caballero solo por una pequeña herida infectada, paciente que murió.
La orden se servía asimismo de galenos árabes musulmanes y sus habilidades en medicina ya eran conocidas en la época.
El gran gobernante del mundo islámico Saladino (1138-1193) vivió cerca del hospital tras la derrota de los Cruzados, renovó y conservó el edificio y les permitió continuar residiendo en el lugar y atender a la población de Jerusalén.
El edificio se derrumbó en un terremoto ocurrido en 1457 y sus ruinas quedaron sepultadas hasta el período Otomano.
En la Edad Media, parte de la estructura fue empleada como establo y se han encontrado huesos de caballos y camellos, así como enormes cantidades de metal empleado para herrar a los animales, que datan de esa época.
el dispensador dice:
he visto caballeros cruzados,
de espadas relucientes, escudos, caballos,
custodiar una alianza de oro,
sus promesas con decoro,
también llevando una copa,
maderas y hasta ropas,
los he visto cruzar umbrales,
también navegar ciertos mares,
los he visto tomar distancia,
guardando el sentido de las cruzadas...
no han sido aventureros,
sino humildes caballeros,
que han sabido de rosas,
de miradas y de pañuelos,
han luchado por sus sueños,
y han evitado los anzuelos,
han sabido de caballos,
también de peregrinos y pasajeros,
no todo lo que se ha dicho,
refiere verdades sobre ellos...
por tratarse de caballeros,
simplemente desaparecieron,
cruzando umbrales de antiguas alquimias,
vetustos conocimientos,
que se han evaporado entre tiempos,
para resguardar al mundo humano,
de miserias y desprecios,
de mentiras urdidas entre vacías manos,
por aquellos que andan sueltos,
evadiendo a sus infiernos,
enaltecidos como santos,
mientras los inocentes padecen,
a unos pocos que parecen humanos,
pero que no tienen destinos,
porque se los han hipotecados...
hacen falta caballeros,
que regresen los cruzados,
hay que salvar la alianza,
burlada entre manos,
queda poco tiempo,
para que se concrete lo anunciado,
la humanidad puede ser historia,
convirtiéndose en pasado.
AGOSTO 05, 2013.-
Así lo informa hoy en un comunicado la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) que llevó a cabo las excavaciones y dieron con una galería de arcos apuntados de hasta seis metros de altura, perteneciente al período Cruzado (1099-1291 d.C.).
El edificio, propiedad del Waqf, la autoridad de bienes inalienables islámicos, está situado en el corazón del barrio cristiano de la ciudadela antigua de Jerusalén, en una zona conocida como "Muristan" (una desviación del la voz persa para hospital).
Hasta hace aproximadamente una década, servía como bullicioso mercado de frutas y verduras, aunque desde entonces había quedado en desuso.
Conforme a la investigación, la estructura descubierta es solo una pequeña parte de lo que fue el gran hospital que parece abarcar un área que comprende una hectárea y media.
Su arquitectura se caracteriza por numerosos pilares y bóvedas ribeteadas de más de seis metros, lo que sugiere que fue una amplia estancia compuesta por pilares, habitaciones y pequeñas salas.
Los responsables de la excavación, Renee Forestany y Amit Reem, han investigado en documentos de la época para conocer la historia del centro ambulatorio.
"Hemos aprendido sobre el hospital de documentos históricos contemporáneos, la mayor parte de los cuales están en latín", aseguran, y explican que estos mencionan la existencia de un sofisticado hospital construido por una orden militar cristiana denominada la "Orden de San Juan del Hospital en Jerusalén".
Sus integrantes prometieron cuidar y atender a los peregrinos en Tierra Santa, y cuando fuese necesario sumarse a los combatientes cruzados como unidad de elite.
Al igual que los modernos hospitales, el edificio estaba dividido en diferentes alas y departamentos según la naturaleza de las enfermedades y condición de los pacientes, y en situaciones de emergencia podía tener capacidad para tratar a 2.000 personas.
Los integrantes de la orden atendían a hombres y mujeres enfermos de diferentes religiones y también acogían a niños recién nacidos que eran abandonados por sus progenitores.
Esos huérfanos eran atendidos con gran devoción y de adultos pasaban a integrar la orden militar, señala el comunicado.
La AAI destaca sin embargo, que en cuanto a medicina e higiene, los cruzados eran completamente ignorantes, y como ejemplo cita a un testigo de la época que relató que un médico amputó una pierna a un caballero solo por una pequeña herida infectada, paciente que murió.
La orden se servía asimismo de galenos árabes musulmanes y sus habilidades en medicina ya eran conocidas en la época.
El gran gobernante del mundo islámico Saladino (1138-1193) vivió cerca del hospital tras la derrota de los Cruzados, renovó y conservó el edificio y les permitió continuar residiendo en el lugar y atender a la población de Jerusalén.
El edificio se derrumbó en un terremoto ocurrido en 1457 y sus ruinas quedaron sepultadas hasta el período Otomano.
En la Edad Media, parte de la estructura fue empleada como establo y se han encontrado huesos de caballos y camellos, así como enormes cantidades de metal empleado para herrar a los animales, que datan de esa época.
el dispensador dice:
he visto caballeros cruzados,
de espadas relucientes, escudos, caballos,
custodiar una alianza de oro,
sus promesas con decoro,
también llevando una copa,
maderas y hasta ropas,
los he visto cruzar umbrales,
también navegar ciertos mares,
los he visto tomar distancia,
guardando el sentido de las cruzadas...
no han sido aventureros,
sino humildes caballeros,
que han sabido de rosas,
de miradas y de pañuelos,
han luchado por sus sueños,
y han evitado los anzuelos,
han sabido de caballos,
también de peregrinos y pasajeros,
no todo lo que se ha dicho,
refiere verdades sobre ellos...
por tratarse de caballeros,
simplemente desaparecieron,
cruzando umbrales de antiguas alquimias,
vetustos conocimientos,
que se han evaporado entre tiempos,
para resguardar al mundo humano,
de miserias y desprecios,
de mentiras urdidas entre vacías manos,
por aquellos que andan sueltos,
evadiendo a sus infiernos,
enaltecidos como santos,
mientras los inocentes padecen,
a unos pocos que parecen humanos,
pero que no tienen destinos,
porque se los han hipotecados...
hacen falta caballeros,
que regresen los cruzados,
hay que salvar la alianza,
burlada entre manos,
queda poco tiempo,
para que se concrete lo anunciado,
la humanidad puede ser historia,
convirtiéndose en pasado.
AGOSTO 05, 2013.-
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