Los dragones que dormían bajo la cal
Las obras en una iglesia de Robledo descubren unas extrañas pinturas del siglo XV ocultas en la bóveda
Rafael Fraguas Robledo de Chavela 8 AGO 2013 - 19:00 CET45
Una sorpresa artística conmueve el panorama cultural madrileño: el hallazgo, en el interior de la bóveda de la iglesia parroquial de Robledo de Chavela, de una extrañísima e insólita serie de pinturas que representan, varias decenas de dragones de gran tamaño. Los frescos, con abundante policromía en tonos rojos, negros, ocres, verdes y amarillos, muestran varias decenas de bestias que exhiben peligrosas colas, agudos espinazos, grandes fauces y, lo que resulta más inquietante, ojos pintados intencionalmente por su aún desconocido autor para resaltar miradas intensas. Los dragones se hallaban ocultos bajo una capa de cal extendida, presumiblemente, en siglo XVIII para combatir una epidemia de peste.
No hay explicación a la ubicación de las bestias en el celaje del templo, totalmente desconocida en el arte sacro y en la decoración de las iglesias madrileñas. Resulta especialmente enigmático, amén de raro, contemplar la disposición de los dragones a horcajadas de las nervaduras góticas de la bóveda, de manera que el cuerpo de la bestia se divide a ambos lados del eje dovelado. Grandes racimos de uvas ocupan las claves.
El hallazgo, presentado este jueves a los medios de información en la localidad robledana por la Consejera de Empleo, Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, Ana Isabel Mariño, acaeció hace más de un año. Sobrevino durante las obras de restauración de la iglesia robledana de la Asunción de Nuestra Señora y no ha sido revelado hasta ahora.
El presupuesto inicial de la rehabilitación de la iglesia, que frisaba 300.000 euros, ha sido aumentado con 50.000 más para hacer aflorar todas las figuras ocultas de los reptiles con garras de león y poder así interpretar el misterioso significado de las pinturas allí descubiertas. Así lo señala el restaurador Carlos Martín, que dirige la actuación.
El restaurador relata fascinado su hallazgo, por cuyo desciframiento se siente especialmente concernido. “Primero pensamos que se trataba de escenas de batallas, porque parecían adivinarse lanzas y cascos, pero nuestra perplejidad fue mayúscula al ver que eran dragones y que fueron pintados sobre la bóveda nervada”, explica. “No sabemos todavía si su autor o autores emplearon una técnica al huevo o a la caseína”, añade.
El descubrimento casi simultáneo de un escudo heráldico medieval, coetáneo del de los dragones y signado por una suerte de triángulo o compás, también por algo muy semejante a un árbol, permite a Martín abrigar esperanzas de obtener información adicional para descifrar el enigma.
Los dragones, temibles y exóticos saurios de enormes proporciones —existe en Indonesia una especie animal con tal nombre, aunque de reducido tamaño— proceden de la Mitología, fueron incorporados a la simbología religiosa e identificados con el Mal Absoluto y el fuego diabólico. Ocuparon un amplio espacio del imaginario colectivo religioso de las gentes medievales. En la iconografía sacra medieval, la figura de San Jorge se asocia siempre al triunfo del beatífico y armado caballero contra un dragón, al que se representa vomitando fuego en un escorzo retorcido y malévolo.
Pinturas de dragones feroces fueron plasmadas incluso durante el Renacimiento sobre tabla, lienzo y, en ocasiones, muros de templos. Sin embargo, lo verdaderamente singular del hallazgo robledano es que los dragones, en muy abundante número, se encuentran pintados en la bóveda de crucería de la iglesia medieval de Robledo de Chavela; por cierto, los ocho pináculos de su torre, de 35 metros de altura, que representan otros tantos vigías, dan nombre el municipio noroccidental madrileño -ocho velas. No hay precedente en la ornamentación sacra de una ubicación dragontea de esta suerte, ya que fue pintada a la altura de 18 metros del suelo, señaladamente en la cúpula nervada del templo.
Este espacio de las iglesias ha sido dedicado en todos los tiempos a representaciones angélicas y esteladas, nunca a albergar animales maléficos y menos aún en proporción tan abundante. Cabe interpretar que fueran allí dispuestos bien por vivirse en la época de su construcción graves tribulaciones —presumiblemente la guerra civil castellana entre las huestes de Enrique IV y los seguidores de su hermana Isabel— o bien episodios heréticos o trances de amenazas y asechanzas contra la grey del templo o el vecindario del pueblo.
La iglesia de la Asunción de Nuestra Señora fue edificada en el siglo XV, con un estilo muy semejante al gótico normando que exhibe la catedral de Ávila, con torretas militares. En el siglo XVI fue ampliada en la zona del coro, con la particularidad de incluir un empedrado fingido, corregido óptuicamente para ofrecer al observador una mayor sensación de profundidad. Se cree que su arquitecto pudo ser, en torno al año de 1506, Juan Gil de Hontañón, alarife de la catedral de Salamanca. El templo cuenta con un retablo tardogótico que figura entre los de más nombradía del territorio madrileño junto con el del monasterio de El Paular, este también polícromo mas esculpido en alabastro.
el dispensador dice:
mitos, leyendas,
cuentos con prendas,
dragones se esconden en cuevas,
llamaradas agitan las penas,
almas vagantes invisibles se pasean,
manos extrañas revuelven las telas,
ocultismos antiguos permanecen y suenan,
nadie atiende el viento en las velas,
algo se anuncia y otro tanto se cuela,
lo que se busca se mueve tras la soberbia,
¿cuándo se creó la imagen que espera?,
¿es pintura o tallado en madera?,
¿habla, mira, o llora con pena?,
¿qué sucedió al caballero que pretendió verla?,
nada se sabe,
apenas aparece lo que se encuentra,
un dragón, dos dragones,
extinguidos... regresan...
según lo que dicen las ciencias,
nada existe si no se lo encuentra,
no hay fuegos ni alas como evidencias,
las almas vagantes se detienen y observan,
se caracterizan por sus paciencias,
saber esperar es un acto de ciencia,
la sabiduría es humilde... mientras la envuelve la inocencia...
¿crees en cuentos de otras eras?,
a veces descienden habilitados por ciertas ideas,
siempre hay almas heridas que esperan,
recuperar sus tiempos, para que sus talentos "sean"...
hay alquimias ciertas y otras inciertas,
saber de números sin Luna llena,
las geometrías proyectan esferas,
plomos destilan mercurios de cera,
¿sabes qué sucede cuando la luz se proyecta?,
puede ser blanca o de colores, plena,
sugiero acercarse hasta la calera,
hallarás una imagen que mira y espera,
la prenda es del primero que llega,
puede ser un manto que se ilumina y se crea...
todo está oculto, pero a la vista,
muchos miran, algo los despista...
sigue de largo y da forma a tu lista,
se acerca la prueba de respuestas precisas,
¿te mueve la urgencia?,
¿te mueve la prisa?,
te aseguro que no será cuestión de risa,
respuestas exactas habilitarán la cripta...
nadie escapa a lo que su destino recita.
AGOSTO 13, 2013.-
No hay explicación a la ubicación de las bestias en el celaje del templo, totalmente desconocida en el arte sacro y en la decoración de las iglesias madrileñas. Resulta especialmente enigmático, amén de raro, contemplar la disposición de los dragones a horcajadas de las nervaduras góticas de la bóveda, de manera que el cuerpo de la bestia se divide a ambos lados del eje dovelado. Grandes racimos de uvas ocupan las claves.
El hallazgo, presentado este jueves a los medios de información en la localidad robledana por la Consejera de Empleo, Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, Ana Isabel Mariño, acaeció hace más de un año. Sobrevino durante las obras de restauración de la iglesia robledana de la Asunción de Nuestra Señora y no ha sido revelado hasta ahora.
El presupuesto inicial de la rehabilitación de la iglesia, que frisaba 300.000 euros, ha sido aumentado con 50.000 más para hacer aflorar todas las figuras ocultas de los reptiles con garras de león y poder así interpretar el misterioso significado de las pinturas allí descubiertas. Así lo señala el restaurador Carlos Martín, que dirige la actuación.
El restaurador relata fascinado su hallazgo, por cuyo desciframiento se siente especialmente concernido. “Primero pensamos que se trataba de escenas de batallas, porque parecían adivinarse lanzas y cascos, pero nuestra perplejidad fue mayúscula al ver que eran dragones y que fueron pintados sobre la bóveda nervada”, explica. “No sabemos todavía si su autor o autores emplearon una técnica al huevo o a la caseína”, añade.
El descubrimento casi simultáneo de un escudo heráldico medieval, coetáneo del de los dragones y signado por una suerte de triángulo o compás, también por algo muy semejante a un árbol, permite a Martín abrigar esperanzas de obtener información adicional para descifrar el enigma.
Los dragones, temibles y exóticos saurios de enormes proporciones —existe en Indonesia una especie animal con tal nombre, aunque de reducido tamaño— proceden de la Mitología, fueron incorporados a la simbología religiosa e identificados con el Mal Absoluto y el fuego diabólico. Ocuparon un amplio espacio del imaginario colectivo religioso de las gentes medievales. En la iconografía sacra medieval, la figura de San Jorge se asocia siempre al triunfo del beatífico y armado caballero contra un dragón, al que se representa vomitando fuego en un escorzo retorcido y malévolo.
Pinturas de dragones feroces fueron plasmadas incluso durante el Renacimiento sobre tabla, lienzo y, en ocasiones, muros de templos. Sin embargo, lo verdaderamente singular del hallazgo robledano es que los dragones, en muy abundante número, se encuentran pintados en la bóveda de crucería de la iglesia medieval de Robledo de Chavela; por cierto, los ocho pináculos de su torre, de 35 metros de altura, que representan otros tantos vigías, dan nombre el municipio noroccidental madrileño -ocho velas. No hay precedente en la ornamentación sacra de una ubicación dragontea de esta suerte, ya que fue pintada a la altura de 18 metros del suelo, señaladamente en la cúpula nervada del templo.
Este espacio de las iglesias ha sido dedicado en todos los tiempos a representaciones angélicas y esteladas, nunca a albergar animales maléficos y menos aún en proporción tan abundante. Cabe interpretar que fueran allí dispuestos bien por vivirse en la época de su construcción graves tribulaciones —presumiblemente la guerra civil castellana entre las huestes de Enrique IV y los seguidores de su hermana Isabel— o bien episodios heréticos o trances de amenazas y asechanzas contra la grey del templo o el vecindario del pueblo.
La iglesia de la Asunción de Nuestra Señora fue edificada en el siglo XV, con un estilo muy semejante al gótico normando que exhibe la catedral de Ávila, con torretas militares. En el siglo XVI fue ampliada en la zona del coro, con la particularidad de incluir un empedrado fingido, corregido óptuicamente para ofrecer al observador una mayor sensación de profundidad. Se cree que su arquitecto pudo ser, en torno al año de 1506, Juan Gil de Hontañón, alarife de la catedral de Salamanca. El templo cuenta con un retablo tardogótico que figura entre los de más nombradía del territorio madrileño junto con el del monasterio de El Paular, este también polícromo mas esculpido en alabastro.
el dispensador dice:
mitos, leyendas,
cuentos con prendas,
dragones se esconden en cuevas,
llamaradas agitan las penas,
almas vagantes invisibles se pasean,
manos extrañas revuelven las telas,
ocultismos antiguos permanecen y suenan,
nadie atiende el viento en las velas,
algo se anuncia y otro tanto se cuela,
lo que se busca se mueve tras la soberbia,
¿cuándo se creó la imagen que espera?,
¿es pintura o tallado en madera?,
¿habla, mira, o llora con pena?,
¿qué sucedió al caballero que pretendió verla?,
nada se sabe,
apenas aparece lo que se encuentra,
un dragón, dos dragones,
extinguidos... regresan...
según lo que dicen las ciencias,
nada existe si no se lo encuentra,
no hay fuegos ni alas como evidencias,
las almas vagantes se detienen y observan,
se caracterizan por sus paciencias,
saber esperar es un acto de ciencia,
la sabiduría es humilde... mientras la envuelve la inocencia...
¿crees en cuentos de otras eras?,
a veces descienden habilitados por ciertas ideas,
siempre hay almas heridas que esperan,
recuperar sus tiempos, para que sus talentos "sean"...
hay alquimias ciertas y otras inciertas,
saber de números sin Luna llena,
las geometrías proyectan esferas,
plomos destilan mercurios de cera,
¿sabes qué sucede cuando la luz se proyecta?,
puede ser blanca o de colores, plena,
sugiero acercarse hasta la calera,
hallarás una imagen que mira y espera,
la prenda es del primero que llega,
puede ser un manto que se ilumina y se crea...
todo está oculto, pero a la vista,
muchos miran, algo los despista...
sigue de largo y da forma a tu lista,
se acerca la prueba de respuestas precisas,
¿te mueve la urgencia?,
¿te mueve la prisa?,
te aseguro que no será cuestión de risa,
respuestas exactas habilitarán la cripta...
nadie escapa a lo que su destino recita.
AGOSTO 13, 2013.-
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