miércoles, 28 de mayo de 2014

NAICA ▲ La cueva de los cristales gigantes, el prodigio de México - ABC.es

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La cueva de los cristales gigantes, el prodigio de México

Día 28/05/2014 - 13.05h
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secretos de la caverna subterránea de Naica, que 

alberga cristales de yeso de 11 metros de longitud



La cueva de los cristales gigantes, el prodigio de México

JAVIER TRUEBA




Es uno de los lugares más extraños de la Tierra. Y también de los más infernales. La Cueva de los cristales gigantes de Naica, en Chihuahua (México), corta la respiración. Alberga unos colosales cristales de yeso, de hasta 11 metros de longitud y un metro de grosor, que se entrecruzan desde el suelo hasta el techo con un brillo blanquecino. Es lo más parecido que existe en el mundo al imaginario planeta de Superman.
No solo es una fantasía hecha realidad. Este entorno proporciona a los científicos una especie de laboratorio natural donde poder estudiar cómo se ha formado este singular fenómeno de cristalización cercano al equilibrio (cuando la transferencia de materia entre la disolución y el cristal es tan pequeña que el crecimiento es muy lento). Sus resultados arrojan luz sobre los fundamentos del crecimiento de cristales, una formación molecular omnipresente en la naturaleza y con numerosas aplicaciones tecnológicas.
Descubierta por casualidad en 2000 por dos obreros de la mina de Naica, la cueva de los cristales gigantes ha cautivado la curiosidad científica desde entonces. Allí trabaja desde hace casi 15 años el equipo que lidera el investigador del CSIC Juan Manuel García-Ruiz, cristalógrafo del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra. Las conclusiones de su trabajo se publican ahora en la revista Chemical Society Reviews, donde se recogen algunos hallazgos sobre los procesos geológicos que dieron lugar a esta extraña formación geológica.
“La imagen que emerge de los resultados obtenidos es, a ojos de un científico, tan fascinante como los propios cristales”, señala García-Ruiz. “La explicación del tamaño de los cristales gigantes, su aspecto más sorprendente, ha llevado a crear interesantes modelos de nucleación de minerales para mejorar el análisis de los procesos geológicos que ocurren a escalas espaciales y temporales fuera del alcance de la experimentación en laboratorio”, añade el investigador.

Procesos ultralentos

Según García-Ruiz, “la necesidad de estimar el tiempo durante el que los cristales estuvieron creciendo ha impulsado el desarrollo de nuevas tecnologías experimentales para medir la velocidad de procesos ultralentos, la datación de materiales ultrapuros y la termometría de la cristalización. La explicación de las diferentes morfologías cristalinas, en especial de las colosales “vigas” de cristal de hasta 11 metros se desvela finalmente como un resultado del crecimiento en macla”.
El conocimiento de los procesos ultralentos puede contribuir a numerosas mejoras tecnológicas. “A nuestra escala humana no solemos darle importancia a procesos que duran cientos de años, pero entre estos procesos están, por ejemplo, el deterioro por disolución de los contenedores de hormigón de desechos radioactivos o la estabilidad de las formaciones geológicas en las que se está proponiendo almacenar el CO2”, indica el investigador del CSIC Fermín Otálo.
Trabajar en esta cueva es como bajar al infierno. Sus más de 50 grados de temperatura y un 98% de humedad hacen imposible pasar más de unos minutos en su interior sin acabar deshidratado.

el dispensador anota al margen ►
La selenita (en griego, selēnē, 'luna') es una variedad del mineral yeso (sulfato de calcio hidratado, CaSO4·2H2O) en forma decristales transparentes o de masas cristalinas. La denominación no proviene de su contenido de selenio, del que apenas posee trazas, sino que se debe al tipo de reflexión, parecido a la luz lunar. También existe la creencia popular de que esta piedra proviene de la luna.1 La palabra deriva del nombre de la diosa griega de la Luna, Selene.
El nombre selenita para designar este mineral fue introducido por el químico y mineralogo sueco Johan Gottschalk Wallerius(1709-1785), quien utilizó el término como sinónimo de yeso transparente. Se supone que Wallerius, para denominarlo, se inspiró en la reflexión de luz azul pálida que posee el mineral, colorido que se asemeja a la luz de la luna.
En otros países este yeso claro recibió distintas denominaciones. En Alemania, por ejemplo, se le conoce como Marienglas(cristal de María), nombre que surgió de la utilización en lugar de vidrio, como placa transparente para el enmarcado de imágenes de María y para los recipientes de reliquias, puesto que las hojas delgadas de selenita, en contraposición con el vidrio de la época, estaban libres de burbujas y eran de un espesor más parejo. Por su uso como protección de las imágenes de María, en algunas regiones se llama también Frauenglas (cristal de las mujeres).
El mineral era conocido por los romanos, quienes lo denominaban Lapis specularis (piedra espejo o especular). Lo usaban para la fabricación de ventanas. Aunque en ese tiempo ya se conocía el vidrio, su calidad, llanura y transparencia no eran lo suficientemente buenas como para hacer ventanas. El historiador romano Plinio el Viejo (23-79) describe en su enciclopediaNaturalis historia la extracción y elaboración del Lapis specularis para confeccionar ventanas y lámparas.
En la época de los romanos los yacimientos más importantes estaban en Asia Menor y en el norte de África. Con creces, los más grandes yacimientos de aquel tiempo se hallaban en la antigua ciudad de Segóbriga (actualmente la ciudad española de Cuenca). La historia narra que Plinio visitó esas minas en el año 76. Hasta hoy se pueden encontrar allí vestigios de la actividad minera de la antigüedad. Debido a la rareza de los grandes cristales de selenita, las ventanas de este material eran objetos representativos de lujo y prestigio. Se sabe que en Roma algunos baños públicos tenían cristales de selenita. Puesto que el tamaño de los cristales es limitado, se ensamblaban planchas más grandes a partir de trozos cuadrados más pequeños, de manera similar a los vitrales. Según se ha narrado, el emperador Tiberio poseía un invernadero hecho con cristales deLapis specularis.2 3


el dispensador dice:
las obras más maravillosas de la naturaleza,
no fueron hechas por el hombre,
ya que él no participó,
limitándose a admirarlas,
usarlas, depredarlas, o "facturarlas"...

las obras más maravillosas de la Tierra,
provienen de la mano de la naturaleza y sus prodigios,
son producto de la "creación" y sus "verbos",
enseñándole al hombre...
que él es sólo un pasajero temporal,
efímero, mortal... que pasa raudo como espectador,
de una geometría sin igual...

¿entiendes cuál es el mensaje del cristal?.
MAYO 28, 2014.-


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