Somos lo que nuestros antepasados sembraron
Día 09/05/2014 - 13.57h
El cultivo de arroz favoreció en Asia el
pensamiento colectivo mientras que el de trigo,
el individualismo de Occidente
REUTERS
Puede que las diferencias entre la cultura asiática y occidental se hayan cimentado durante años en los campos de cultivo. Si americanos y europeos poseen un carácter más individualista e innovador y los asiáticos son, a grandes rasgos, más conformistas y piensan más en la colectividad, quizá sea por su agricultura. Occidente optó por el trigo y Oriente por el arroz. Y en su elección fueron cincelando durante años el carácter de sus habitantes. No solo por lo que comían sino cómo lo cultivaban. El cultivo de arroz favoreció el pensamiento colectivo mientras que el de trigo, el individualismo. Al menos, esta es la conclusión de una investigación que ha merecido la portada de la revista «Science».
Durante años se habían propuesto diferentes explicaciones para determinar los diferentes estilos culturales. Se han tenido en cuentadesde las diferencias de prosperidad («teoría de la modernización») a los índices de enfermedades infecciosas («teoría de los patógenos»).
Thomas Talhem de la Universidad de Virginia (EE.UU.) pensó en una tercera posibilidad, en la «teoría del arroz». Talhem partió de la idea de que lo que realmente importaba era la forma de vida a lo largo de años. Y después se fijó lo que ocurría dentro del mismo continente asiático, con zonas donde se cultivaba tradicionalmente arroz frente a otras donde se había optado por el trigo, dos de los alimentos básicos de la nutrición humana. Descubrió que las regiones del este de China con grandes extensiones de arroz eran menos individualistas que las del oeste o norte de China.
El doble de trabajo para cultivar arroz
El cultivo del arroz es muy laborioso porque requiere el doble de trabajo desde su siembra hasta su recolección que otros cereales. El arroz necesita mucha agua por lo que los vecinos debían ponerse de acuerdo para regar, construir diques, coordinar la fecha de la cosecha y ayudarse los unos a los otros. Un trabajo en comunidad que no se reproduce con el cultivo de trigo.
El trigo se cultiva en tierra firme, confiando en la lluvia para su riego, de forma que los agricultores pueden depender más de sí mismos, lo que lleva más a una forma de pensar independiente que impregna la cultura del norte de China.
Talhelm desarrolló su teoría del arroz después de haber vivido en China durante cuatro años, llegando al país en 2007 como profesor de inglés en una escuela de secundaria en Guangzhou, en el sur, y trasladándose un año después a Beijing, en el norte, donde vio que la gente era más extrovertida e individualista que en el sur.
La frontera del Yangtze
Tras su regreso a Estados Unidos, descubrió que el río Yangtze fue un importante divisor cultural en China. «Me enteré de que el río Yangtze ayudó a dividir los dialectos en China y pronto comprendí que también fragmenta más o menos el cultivo de arroz y el cultivo de trigo», dijo. Por ello, trabajó junto con sus colegas chinos realizando estudios psicológicos sobre la forma de pensar de 1.162 estudiantes universitarios chinos de la etnia Han en el norte y sur y en los condados en las fronteras de la división de arroz-trigo.
Los científicos encontraron que los chinos del norte eran más individualistas y analíticos, más similares a los occidentales, mientras que los sureños eran interdependientes, de pensamiento holístico y muy leales a sus amigos.
somos un hilo,
somos una cuerda,
somos un enlace,
que nadie recuerda...
somos arroz,
somos maíz,
somos trigo,
de un mismo aprendiz...
occidente es semilla de trigo,
individualismo en gentes sin abrigo,
se ha roto el puente,
se ha extinguido la tribu,
todo es urgencia,
nada tiene sentido...
aquello que te alimenta,
sirve también de testigo,
te va quitando cosas,
hasta condenarte al olvido...
oriente es semilla de arroz,
sentido de los colectivos,
consciencia de todos,
convergencia de lodos,
hay un inteligencia que comprende,
a las partes como un todo,
sin quitar relevancia,
a la sabiduría del nodo,
que conduce a las fuentes,
evitando los campos de abrojos...
somos espíritu,
somos huella sin sombra,
somos camino y alfombra,
dando testimonio,
de un tiempo que asombra...
vienes de una estirpe,
como procedes de un linaje,
todo es ancestral,
piedra y pirámide...
nada es casual,
todo es causal,
no cualquier llave,
da acceso al portal...
si siembras odios,
recogerás tempestades...
si siembras ignorancias,
recogerás crueldades...
si siembras envidias,
recogerás vanidades...
si siembras codicias,
recogerás falsos bienestares...
si siembras angurrias,
recogerás hambres...
si siembras desprecios,
recogerás soledades...
si siembras intolerancias,
recogerás náufragos de perdidas bondades...
si siembras mentiras,
recogerás falsedades...
si siembras traiciones,
recogerás vendavales...
si siembras sapiencias,
recogerás capacidades...
si siembras genios,
recogerás espacios angulares...
si siembras sabidurías,
recogerás eternidades...
si siembras mañanas,
reconocerás sus tardes...
¿sabes de caminos?...
¿sabes de fuegos que arden?...
¿sabes que los sentidos,
no son iguales,
según las perspectivas de las partes?...
¿qué has aprendido,
de la gracia recibida,
que ha permitido respirarte?...
¿sabes de fuentes,
o de manantiales?...
según lo que siembres,
será tu parte...
cuando se recoja tu destino,
podrás reflejarte...
y si no te encuentras...
sabrás lo que significa...
la necesidad de regresarte.
MAYO 11, 2014.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario