Los dispositivos electrónicos y la radio AM desorientan a las aves migratorias
Día 08/05/2014 - 15.10h
Investigadores dicen que estas señales interrumpen
la actividad de las brújulas internas de los pájaros,
indispensables para dirigir su vuelo
DELPHO/ARCO
Las señales electrónicas y de radio AM tienen un sorprendente efecto sobre las aves migratorias, ya que pueden llegar a desorientarlas. Según una investigación publicada en la revista Nature, estos dispositivos interrumpen la actividad de las brújulas internas de los pájaros nocturnos, indispensables para dirigir su vuelo. El estudio plantea la posibilidad de que las ciudades, repletas de este «ruido» electromagnético creado por el ser humano, tengan importantes efectos en los patrones de migración de las aves.
Muchas aves canoras nocturnas dependen del débil campo magnético de la Tierra para orientarse, pero hasta ahora, había pocas evidencias de que la radiación electromagnética creada por los seres humanos afectara al sistema sensorial de estos animales.
El biólogo Henrik Mouritsen y su equipo han demostrado que las señales de radio AM y de equipos electrónicos interrumpen la brújula interna de los petirrojos europeos (Erithacus rubecula). En el experimento, realizado en la Universidad de Oldenburg, una ciudad alemana de 160.000 habitantes, mantuvieron a los pájaros dentro de cabañas de madera, un procedimiento estándar que permite a los investigadores estudiar la navegación magnética mientras se aseguran de que las aves no están recibiendo señales procedentes del Sol o las estrellas. Pero se encontraron con que las aves no podían orientarse en la dirección migratoria adecuada.
Entonces, Mouritse decidió cubrir las chozas con placas de aluminio para eliminar el ruido electromagnético en frecuencias que van desde 50 kilohercios de 5 megahercios, lo que incluye el rango utilizado para las transmisiones de radio AM. En esas condiciones, las aves sí fueron capaces de orientarse.
Antes de compartir sus resultados, el equipo pasó siete años realizando pruebas de doble ciego replicadas de manera independiente por diferentes generaciones de estudiantes . «Queríamos asegurarnos de que realmente podíamos documentar que lo que estábamos viendo era real», dice Mouritsen a Nature.
Los resultados plantean que la actividad humana y la vida en las ciudades podrían estar modificando de alguna forma la migración de las aves y, por lo tanto, su supervivencia.
demasiadas ondas,
abismos que separan,
mientras se suelta la honda,
piedra que avanza,
mientras el alma se atonta...
pájaros sin noches,
migraciones sin broche,
no sabes dónde vas,
si el polo no tiene su norte,
te ves derivar,
en el troche y el moche,
los arrecifes capturan,
al rumbo en derroche...
no hay cardinales,
no hay rosa de soplos,
no hay brújula imanada,
no hay estrella polar que anuncie al consorte...
todo es confuso,
en espacios invertidos,
cuando las aves anuncian,
sobreviene el costo del gasto mentido...
demasiada onda,
energías que envuelven,
contaminan e intoxican,
según lo que contienen,
si llevan mediatismos,
la negación se invierte...
se alteran los valores,
cuando los humanismos perecen...
aves en los suelos,
aves en las ramas,
las alas no se agitan,
cuando no hay bandadas...
cuando el ave no vuela,
se quiebra la enramada,
cuando el ave no vuela,
se desdibuja el mañana...
poco a poco se acerca,
un mañana con sabor a nada,
cuando el pasado no existe,
lo que queda es voluntad apagada...
ya no hay ancestros,
no hay huellas dejadas,
sólo se alimentan las sombras,
de una humanidad extraviada...
se invierten los polos,
brújulas que no indican nada...
todo se ha dado vuelta,
borrando hasta la escritura sagrada...
ya no hay santo grial,
ni santo caballero portando su espada...
abundan los silencios,
de una humanidad negada...
que regrese el pájaro!...
que vuele en bandadas!...
si las alas no se baten,
la humanidad está en retirada.
MAYO 11, 2014.-
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