Viernes 23 de mayo de 2014 | Publicado en edición impresa
Líena y letra
Palabras
¡Hachas
Después de cuyo golpe resuena la madera-
Y ecos!
Ecos viajando, alejándose
Del centro como caballos.
La savia fluye
Como lágrimas, como
Agua esforzándose
Por rehacer su espejo
En la roca
Que cae y gira,
Una calavera blanca,
Devorada por el verde de la hierba.
Años más tarde yo
Las encuentro en el camino-
Palabras estériles e indómitas,
Infatigable golpes de cascos.
Mientras
Desde el fondo de un estanque, estáticas
estrellas
Gobiernan una vida.
En: Poesía norteamericana, traducción de María Julia de Ruschi, Centro Editor de América Latina.
palabra...
puede guardar un sentido,
puede no decir nada,
puede esconder intenciones paradojales,
puede ser un arma,
un arma que atropella calmas,
un arma que deforma quietudes,
imponiendo tormentos al alma,
a cualquier alma,
que en sus quietudes equilibradas,
no ve venir la ola que arrasa,
desde que se pronuncia,
hasta que abraza...
dejando el aura descalza,
dejando el karma hecho brasa,
quemándose en una hoguera,
que no se apaga,
hasta que se descubre el sentido,
de aquello que atropella y desgarra...
todo por una palabra...
que culpa buscando salvar un alma,
que en realidad transita envuelta en sus llamas...
esas que destrozan la propia la paz,
y la de las contiguas almas,
que exponen sus espaldas,
a destinos que desconocen la paz,
de las consistencias necesarias...
todo en una palabra tergiversada...
cuyo sentido, además de ser opuesto...
simplemente no dice nada,
lastima, hiere, engaña,
para disfrazar otras miserias,
comunes a las humanas.
MAYO 24, 2014.-
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