viernes, 23 de mayo de 2014

APOCALIPSIS ► 'Apocalypse now', breviario del caos | Cultura | EL MUNDO

'Apocalypse now', breviario del caos | Cultura | EL MUNDO




CINE Aniversario

'Apocalypse now', 

breviario del caos


'Yo quería una misión... y por mis pecados me dieron una',...
'Yo quería una misión... y por mis pecados me dieron una', la frase de 
Martin Sheen en el comienzo de la película





La idea de lo justo y lo injusto no ha sido nunca más que un delirioAlberto Caraco


No existe límite más extremo que aquel que conduce irremediablemente al fondo de uno mismo. Ese que hace linde conla locura, el extravío, el desarreglo, el desgobierno. Allá donde todo es posible cuando ya todo está perdido. Algunas películas, ciertos libros, músicas o cuadros que tan sólo sospechamos, nacieron de ese flambear que dispensa la condición última de lo incalculable. Así se levantó 'El corazón de las tinieblas', de Joseph Conrad. Y, en la misma senda, espectacular y abrasivo, Francis Ford Coppolavolcó al cine 'Apocalypse Now' en 1979, la secuela dislocada de aquel relato brutal con la guerra de Vietnam 'enjunglándolo' todo. Quiso 'vengar' la frustración de Orson Welles, tantas décadas antes, al no poder adaptar esta novela. Coppola sí lo logró.
'Apocalypse Now' no es exactamente una película, sino un artefacto decidido a liberar esa ficción que parece encerrar toda guerra contada de cerca. Hay truco, claro. Pero el truco es la base de la magia y lo que arma Coppola en el metraje de esta odisea inflamable es un zoo en el que fermenta el mundo. Un aquelarre de hombres que han perdido la conciencia de ser hombres en favor del bestialismo del combate indiscriminado. Pero es aún mucho más. 'Apocalypse Now' supone el experiencia de la abolición de la realidad, apurando ese límite de lo imposible sin reventar su atributo veraz. Una compañía de cinco o seis soldados remonta uno de los nueve brazos del río Nung (el Mekong) en busca de Walter E. Kurtz(Marlon Brando), un militar estadounidense 'fortificado' en la jungla con un comando propio. Un desertor. Un fugitivo. Un enemigo entre los nuestros. Y esos son los peores. El capitán Benjamin L. Willard(Martin Sheen) recibe la orden inapelable de capturarlo. Kurtz es el Mal porque ha emprendido el camino de la libertad extraviándose en la locura. "¿Ha pensado alguna vez en auténticas libertades? ¿Ser libre de la opinión de los otros? ¿Incluso de la propia opinión?", dice el fugitivo.Y esto también es 'Apocalypse Now'. Un viaje por las cimas de la desesperación, por el atolón de los desengaños.
'¡Charlie no hace surf!', se oye en otra escena mítica.







Hay un momento nuclear en la película, cuando Willard escupe en voz alta un razonamiento descoyuntado: "Matar era una manera que teníamos en Vietnam de soportarnos a nosotros mismos. Masacrábamos a los vietnamitas con nuestras ametralladoras y les poníamos una tirita. Y cuanto más veía aquello, más odiaba las mentiras". Las mentiras. O, principalmente, el cinismo. La hipocresía. Adiestrar a jóvenes para matar campesinos, mujeres, niños, con la misma codicia con la que se aplastan mosquitos. Jóvenes inducidos a creer que "cuando los humanos comprendan que no hay remedio más que en la muerte, bendecirán a aquellos que les matan", como escribe el filósofo italiano Alberto Caraco. Y a la vez, a esos mismos chavales adulterados hasta convertirlos en máquinas de picar carne les prohíben escribir la palabra 'Fuck' (Joder) en la chapa de sus aviones, porque una expresión así es obscena para un ejército.La guerra es eso, la descompensación de toda lógica, la emergencia de lo siniestro como bujía. La vergüenza de saberse empleado en un absurdo que no puede ser desvelado. También la ironía de saberse sin más elección que sobrevivir al margen de la coherencia. La vida vale ya menos que la muerte. Y ese es el valor de cambio de esta cruzada sin propósito: "Juzgar a alguien por asesinato en esta guerra sería como poner multas de velocidad en las 500 Millas de Indianapolis", razona Willard.
Lo que viene a señalar Coppola es cómo un puñado de hombres se volvieron locos entre momentos espeluznantes de terrible cordura: "No hay nada comparable al olor del napalm por la mañana", exclama un excéntrico Robert Duvall. El bestialismo y el ridículo. La crueldad y el absurdo. El ruido y el silencio, que llega a ser peor que el ruido. Como escribió Conrad, los momentos de calma eran los instantes más feroces en la selva. "Era la calma de una fuerza implacable que se cernía sobre nosotros con indescifrable intención, y nos observaba con aire vengativo". Pues la ausencia de estruendo es la extinción.
La silueta de Kurtz/Brando, en claroscuro al final de la cinta







'Apocalypse Now' es un viaje de la realidad al símbolo. La película avanza con su galope de pesadilla, adentrándose en el mismo delirio que denuncia. La música va generando esa combustión: The Doors, Wagner, los Rolling Stones... Pocas veces una banda sonora se ha ceñido igual a una quebrantadura. Todo viene a desorientarnos. El viaje al corazón de las tinieblas es el diabólico triunfo de una subjetividad. O de dos subjetividades que colisionan: la que encarna el orden y el deber imponiendo la destrucción y la que escapa de ese orden (y sus deberes) ejerciendo la misma destrucción. La guerra no es tanto una acumulación de ideas como de obsesiones. Kurtz y Willard son, irremediablemente, evidencias de la misma obsesión. Dos seres perturbados por la obligación de no ser ellos. El escritor V. S. Naipaul lo describe bien: "El mundo es lo que es; los hombres que no son nada, que se permiten ser nada, no tienen lugar en él".
Coppola empuja en esta película a una experiencia monstruosa. Cada uno de los planos es una invitación a la ceremonia de la confusión. Hay algo sonámbulo según avanza el filme, un clima de luces y sombras que nos desmembra lentamente. El rumor y el hedor de la agonía. Lo fantasmagórico y la desmesura. Por más camino que se emprenda, no se llegará más que al horror. Así es la guerra. No hay justicia posible porque los hombres de 'Apocalypse Now', los que remontan el río Nung y los que aguardan del lado del enemigo, son el subproducto de una batalla perdida.
Pocas veces el cine había desplegado hasta entonces una fiebre tan alta. 'Apocalypse Now' es una forma de instalarse en el infierno sin más alternativa que la condena.


el dispensador dice: "Apocalipsis" es mucho más que un sueño bíblico... es mucho más que un relato bíblico... es mucho más que un evangelio interpretado y traducido... "Apocalipsis" es la "revelación" que cada alma debe enfrentar a lo largo de su tránsito por los tiempos respirables, ejercitando el momento para el cual se le concedió la gracia de "vivir", para lo cual debió ser engendrado y nacer... y cada espíritu porta su propio apocalipsis entreverado entre sueños, ilusiones, esperanzas, dolores y alabanzas, oraciones y danzas, abriendo el espacio para ser ocupado durante un lapso, un tiempo suficiente como para producir un hecho... que se transformará en legado para alguien... para alguien con suficiente capacidad de entendimiento como conferir valor a dicho hecho, tomándolo como propio, mejorándolo o empeorándolo... para que otro a su vez, haga lo propio... y así una y otra vez...

hay revelaciones (apocalipsis) para cada ser humano, como las hay para un grupo de seres humanos, como las hay para muchos e incontables humanos, y hasta como las hay para tantos que comprenden un todo... 

hay revelaciones (apocalipsis) para atraer a la consciencia del individuo... las hay para convocar a la tribu... así como las hay para capturar la consciencia global humana, sometiéndola a la visión apropiada de los tiempos y sus espacios...

hay revelaciones que nacen en los conciertos de las guerras... dichas revelaciones son traumáticas, pero se impregnan en un "para siempre", un "sin fin" que se sostendrá por generaciones al modo de una memoria común, activa por el ADN de las herencias sociales...

hay revelaciones que nacen en los conciertos de los conflictos... que dejan huella más allá de cualquier dicho, y que no hallan palabras para poder traducir cualquier cosa que se haya visto...

no hay revelaciones mediáticas... ellas siempre son personales, aún cuando sucedan ante muchos y para muchos, siempre serán asumidas según las perspectivas oportunas o inoportunas...

supe conocer a un veterano de Vietnam... hablaba poco sobre la guerra... más aún, evitaba hacerlo... pero de algunas de sus palabras podría abstraerse los sin sentidos de las guerras y los enfrentamientos entre los hombres... indudablemente había padecido una revelación, que al no poder ser interpretada, permanecía en el silencio de su alma...

supe conocer a una veterana de la Guerra del Golfo... hablaba poco sobre la guerra... más aún, evitaba hacerlo... pero de algunas de sus palabras podría abstraerse los sin sentidos de las guerras y los enfrentamientos entre los hombres... indudablemente había padecido una revelación, que al no poder ser interpretada, permanecía en el silencio de su alma...

supe conocer a muchos veteranos de la Guerra de Malvinas... argentinos... también británicos... hablaban muy poco sobre la guerra... más aún, evitaban hacerlo... pero de algunas de sus palabras podría abstraerse los sin sentidos de las guerras y los enfrentamientos entre los hombres... indudablemente habían padecido una revelación, que al no poder ser interpretada, permanecía en el silencio de sus almas...

uno de ellos, de estos últimos, era sobreviviente al hundimiento del ARA BELGRANO... su apocalipsis contenía la sorpresa de los sueños quebrados, de los descansos desgarrados, de los miedos atolondrados, de los sentimientos bloqueados, de los mares helados, de los fríos inesperados, de los abandonos y de los otros extraviados... y nadie podrá negar que dicha revelación aparece como apocalíptica... no sólo por el o los límites alcanzados... sino por las vallas que quedan por detrás, separando a los que quedan respirando de aquellos otros que se van por imperio de sus destinos...

entonces el viento... entonces el frío...

entonces el silencio, el por qué de saberse elegido, en uno u otro sentidos... habiéndose sabido absorbido por un torbellino, que te mata o te deja vivo... donde sólo cada alma encuentra sus respuestas... de verse revelada... o de ser confundida... 

el apocalipsis... la revelación... es inherente a cada espíritu... implacablemente... MAYO 23, 2014.-

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