Cesky Krumlov y Hluboká
Cesky Krumlov es una pequeña ciudad medieval que se encuentra en la zonade Bohemia, a unos 160 km al sur de Praga, ubicada en un recodo del río Moldava.
Facturando la maleta: Día 6 : Excursión a Cesky Krumlov y Hluboká
el dispensador dice: la cultura europea con mayúsculas, suele acercarte a un mundo de escudos y blasones, de armaduras, de medievalismos sanos, para nada oscurantistas, muy distintos a cualquier visión inquisidora, persecutoria de brujas y magias, exterminadora de conocimientos y alquimismos... metiéndote en la Europa desconocida, poco a poco se van revelando esquinas que no caben en el pensamiento, sorprendiendo el alma... arquitecturas de más de mil años están allí frente a los ojos... al tiempo que los pies plantan sobre la historia misma... y las manos acarician el aire de otros tiempos... ya respirado... ya reciclado... y allí te das cuenta como nunca antes, que la historia no es como la cuentan...
manos inspiradoras... almas y voluntades conjugadas en esfuerzos sintonizados con otros conocimientos, con otras soluciones, con otras capacidades...
musas... que están allí al alcance de cualquier mano, o mejor dicho, de cualquier espíritu sensible... allí se respira el tiempo, pero éste fabrica huecos por donde la humanidad no pasa... no se puede abordar esos lugares con visiones de turismos urgentes...
allí aprecias la importancia de las poblaciones medievales y sus conciertos tribales...
ventanas y portales...
alquimias a raudales...
detalles... si te pierdes los detalles te vas sin haber comprendido el sentido del "estar" y del "pasar"... del "ser" convidado para apreciar, descubrir, introyectar, participar de una esencia irrepetible, sostenible en la memoria del karma... y allí, allí mismo, sintonizas con el potencial de haber estado alguna vez, en otro tiempo, en otra vida, con otro cuerpo... y ahora regresas para contemplar lo hecho por las gentes y sus tiempos, sucesores de los que no hay ni ADN ni herencias escritas... pero algo te empuja a repetir tu paso por viejas sendas, otrora vistas, otrora vividas...
y no quieres irte... porque sientes en la fibra de tu alma... que alguna vez perteneciste a esas comarcas... pero no se lo puedes contar a nadie... porque "nadie" no entiende de fibras ni de almas, ni de espíritus inquietos ni de sus humoradas...ni de místicas medievales
allí estaba el duende... sonriente, me vio y lo vi... pero nadie más participó de la coincidencia... una confluencia común a la paz de las consciencias. MAYO 02, 2014.-
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