Reciclaje faraónico en el valle de Luxor
La sexta campaña de excavaciones en el templo de Tutmosis III desvela que el conjunto fue reutilizado en época de Ramsés II
VALME CORTÉS Granada 29 ABR 2014 - 20:49 CET
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El tesoro histórico y artístico que es el templo funerario de Tutmosis III en Luxor (Egipto) no para de dar sorpresas. A medida que se excava aparecen nuevos datos. Y así las ruinas del templo de este soberano, que pertenece a la XVIII dinastía y es uno de los faraones más importantes de toda la historia de Egipto, han desvelado que mucho tiempo después, en época de Ramsés II –que gobernó siglo y medio más tarde—seguía teniendo actividad. Lo ha constatado el equipo arqueológico hispano-egipcio que dirige desde 2008 la arqueóloga sevillana Myriam Seco, quien dio a conocer este martes en unas jornadas en Granada los hallazgos de la sexta campaña.
“Ha sido la más fructífera hasta la fecha y ha permitido descubrir piezas de gran interés”, explica. Tras seis años de trabajo, van recuperando vestigios de un templo del cual se tenían hasta ahora pocos datos. La importancia de este hallazgo es constatar la actividad posterior en ese espacio. “Normalmente en los templos funerarios cuando moría el faraón no se utilizaban más. Se destruían o reutilizaban los materiales, pero no tenían larga duración. Aquí hemos constatado que al menos hasta época de Ramsés II estuvo activo”. De hecho, se veneró a Tutmosis III como un dios dentro de su propio templo.
Varias piezas, que irán a distintos museos y han sido encontradas en el transcurso de la última campaña –entre octubre y diciembre de 2013—, permiten al equipo llegar a esta conclusión. La directora del proyecto de excavación y restauración del templo de Millones de Años de Tutmosis IIIexplica que así lo desvela el estudio de dos dinteles, uno de piedra caliza y otro de arenisca que fueron hallados y que muestran una escena repetida: los cartuchos con los nombres de nacimiento y entronización de Tumosis III en el centro y un personaje en posición de adoración a cada lado.
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El dintel de caliza conserva incluso parte de la policromía original. La inscripción que acompaña a los dos personajes que flanquean los cartuchos del faraón es igual: ‘Khonsu, primer sacerdote de Menkheperre (Tutmosis III)’. En el dintel de arenisca, aparece también el nombre de Khonsu frente a uno de los adoradores y frente al otro el del sacerdote Tjay. “El estilo de los relieves y un estudio previo sobre la figura del sacerdote Khonsu permiten afirmar que son dinteles de la época de Ramsés II”, argumenta la egiptóloga.
“Tampoco se sabía que ese sacerdote, que es muy conocido, tenía un complejo en el templo de Tumosis III en época de Ramsés II”, añade. También han encontrado las partes inferiores de dos estatuas de granito negro, una de ellas con el nombre de entronización de Tumosis III y la otra con una serie de inscripciones pertenecientes a un funcionario.
En el proyecto, que financia la Fundación Botín, Banco Santander y Cemex, colaboran desde 2009 los departamentos de dibujo y arqueología de la Universidad de Granada (UGR). Esa colaboración aumenta y con ese motivo se ha firmado un convenio entre la UGR, el Instituto de Egiptología de la Universidad de Tübingen y el proyecto de excavación para que dos alumnos puedan proseguir su formación en el ámbito de la Egiptología.
La arqueóloga, en su conferencia, destacó también el hallazgo, ya en el templo de Tumosis III, de una “bellísima cabeza de granito negro” que puede pertenecer a un personaje privado de la época de Tumosis III o a la representación de un dios. “Al tener solo la cabeza, sin inscripción, no podemos afirmar quién es. La estamos estudiando ahora”, apuntó.
Como el templo está construido sobre una necrópolis del Imperio Medio y Segundo Periodo Intermedio, el equipo ha excavado ya 12 tumbas, si bien una de las últimas ha permitido obtener toda una serie de objetos pertenecientes a ajuares funerarios que están en diversos grados de conservación. Ahí hay otra línea de investigación abierta.
El proyecto es uno de los más ambiciosos de la arqueología española y no para de dar sorpresas al equipo que se ha propuesto rescatar del olvido el templo funerario situado a la orilla oeste del Nilo. Allí permanece desde hace más de 3.000 años parte de la memoria de este faraón, bautizado como el Napoleón egipcio, que logró bajo su reinado que el imperio alcanzara su máxima extensión territorial.
el dispensador dice: no quiero irme este mes, sin dejarte alguna reflexión sobre las realidades egipcias y las historias escritas según visiones pobres y deformadas... cuando la humanidad fue transplantada a la Tierra, las pirámides egipcias ya eran viejas... las pirámides mayas ya eran viejas... los templos toltecas eran antiguos... y hasta Teotihucán permanecía en soledad y silencio... sucediendo lo propio con el Machu Pichu, y otros lugares de culto... como Angkor en Camboya...
los lugares otrora ocupados, fueron abandonados por otros que también fueron transplantados...
por ende, los humanos recién llegados, simplemente fueron reciclando sus propios escenarios...
lo dicho sólo se puede entender, comprender, dimensionar, cuando te internas en las soledades cordilleranas en los Andes del sur... o bien cuando haces lo propio en el Sahara... o bien cuando procedes de la misma forma en el Hoggar... asumiendo que algo semejante se puede descubrir en el curso de los Himalayas... centros de energías donde las realidades se superponen según quien las visite, según quien las mire, según la calidad de las auras, y más aún, según la calidad de las almas, ya que no todo se muestra si no hay paz suficiente en el alma...
de allí que cada quien interprete la realidad según se le aparece... y de allí que todas las realidades sean respetables según la perspectiva y las distancias desde ella hasta el foco... lo cual deja en claro el valor de cada quien ante su destino, ante su consciencia, y ante su ángel del testimonio...
Luxor fue un ombligo en el mundo... y lo más importante, permanece a resguardo de las visiones humanas... reproduciendo semejante circunstancia en otros lugares de la preciosa Tierra... planeta que además del hombre, contiene vida propia... allende cualquier concepción humana... distante de cualquier sentido humano...
por ello, cuando crees descubrir algo... en verdad es que el objeto descubierto, te ha elegido antes a ti, descubriéndote... y allí reside la diferencia. ABRIL 30, 2014.-
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