Basquiat, el artista que empuñó el pincel contra el racismo
Día 03/07/2015 - 14.03h
El Museo Guggenheim de Bilbao reúne un centenar de obras de un rebelde que vivió deprisa e intensamente y murió, a los 27 años, a causa de las drogas
LEE JAFFE / LW ARCHIVES
Un joven negro de Brooklyn, salvaje y muy carismático, de padre haitiano y madre de ascendencia puertorriqueña, sacudía el efervescente Nueva York de los 80. Rebelde con muchas causas, blandió el pincel como su mejor arma: sus poderosas obras gritaban con rabia contra el racismo, la hipocresía social y el capitalismo. Un amigo suyo, negro y grafitero como él, Michael Stewart, fue asesinado por la policía. Jean-Michel Basquiat (1960-1988)lo vendió todo en su primera exposición individual en la Gran Manzana en 1981, pero, paradójicamente, no podía coger un taxi en sus calles.
Treinta y cinco años después, las cosas han cambiado mucho en Estados Unidos –Basquiat no podría imaginar que hoy el presidente es afroamericano–, pero sigue muy latente el racismo en el país:brutales palizas policiales contra los negros o la terrible matanza de nueve personas en una iglesia de Charleston a manos del diabólico Dylann Roof así lo corrobora.
Héroes, santos y reyes
El Museo Guggenheim de Bilbao dedica a este tan fascinante personaje como excelente pintor y dibujante una exposición, organizada en colaboración con la Art Gallery de Ontario y patrocinada por la Fundación Iberdrola, que convivirá todo el verano con la retrospectiva de otro norteamericano, también muy cotizado (Jeff Koons), pero en las antípodas de su arte. La muestra de Basquiat está centrada en sus temas recurrentes. Ahí luce su particularaltar de héroes, reyes y santos afroamericanos, a los que entroniza con sus omnipresentes coronas: músicos como Charlie Parker, Miles Davis, Dizzy Gillespie o Duke Ellington, atletas como Jesse Owens, boxeadores como Mohamed Ali, jugadores de béisbol...
Y Martin Luther King, cuya voz, en su histórico discurso «Tengo un sueño», pronunciado en Washington en 1963, se oye en una de las salas de la muestra. Es parte de la «banda sonora» de la exposición, al igual que el rap o el jazz de Charlie Parker. La música siempre ha estado muy presente en su vida: creó una banda (Gray), diseñó portadas de discos, fue amigo de David Bowie... Explicaba Francesco Clemente, uno de los artistas con los que colaboró, que las coronas de Basquiat «tienen tres puntas. Una por cada uno de sus tres linajes reales: el poeta, el músico y el campeón de boxeo».
Alta y baja cultura
No hay para Basquiat límites entre alta y baja cultura: luce rastas y viste de Armani, le interesan el hip hop y el rap, pero también el jazz y Beethoven; el grafiti y el cómic, los manuales de anatomía, la Historia, Leonardo da Vinci, Twombly, Pollock y el «Guernica» de Picasso. Todo ello tiene cabida en el vocabulario visual de un artista culto (fue un niño superdotado) que llevó las calles a los museos, que pasó de pintar las paredes del Bajo Manhattan con Al Diaz –su nombre de guerra era SAMO©– y protagonizar un filme indie («Downtown 81») a aparecer en la portada del «New York Times», mantener unarelación sentimental con la reina del pop (Madonna), protagonizar una película de Julian Schnabel, trabajar con la aristocracia de los marchantes (Shafrazi, Bischofberger, Mary Boone, Gagosian) y fascinar a los mejores coleccionistas del mundo, que se rifan sus piezas. Es uno de los reyes indiscutibles del mercado. No hay quien le apee del top ten de los artistas que más y mejor venden. En 2013 la sala Christie’s subastó en Nueva York su obra «Dustheads» (Cabezas de polvo) por 48,8 millones de dólares, su actual récord y una de las cotizaciones más altas del arte contemporáneo.
¿Se reiría al ver el precio que alcanzan hoy sus obras? «Estaríaorgulloso y feliz, pero no por el precio, sino por ver que se reconoce su trabajo». Su mensaje antirrascista sigue hoy de plena actualidad. «Su voz se sigue escuchando –comentan las hermanas Basquiat–.Él habló muy alto, pero lo hizo con sus obras». Le preguntan por qué se disolvió el comité que autentificaba la autoría de sus creaciones:«Funcionó entre 1990 y 2012. Pero ya no es necesario. Toda su obra está muy bien documentada y se ha expuesto en muchas ocasiones».
«Ahora es el momento»
El título de la exposición, «Ahora es el momento», está tomado del citado discurso de Luther King y de uno de los temas de Charlie Parker. Pero uno de los comisarios, Dieter Buchhart, añade que ahora también es el momento de «ver la obra de Basquiat en el contexto de la historia del arte. Es increíblemente contemporánea, encierra mensajes de plena actualidad. Mantiene una posición de lucha y de resistencia. En el mercado del arte está al nivel de Munch y Picasso y es muy respetado por los jóvenes artistas». Álvaro Rodríguez Fominaya, también comisario de la muestra, subraya la singularidad de Basquiat, su densidad conceptual y complejidad, sus conexiones y estrategias, así como su profundo conocimiento de la historia del arte.
Tras su prematura muerte, el artista Fred Brathwaite escribió el que podía haber sido su mejor epitafio: «Vivió como una llama. Ardió con brillantez. Luego el fuego se apagó. Pero su lumbre aún está candente».
Warhol vs Basquiat: una lucha que casi llega al ring
el dispensador dice: hay un arte de los equilibrios y para las equidades... también hay un arte que traduce el desquicio y las barreras infranqueables... y hay un arte que atrapa hasta derruir el genio... la Tierra de estas horas está plagada de desequilibrios que afectan a las especies, incluyendo al principal responsable, el hombre...
todo parece indicar que las nuevas generaciones llegan para vivir apuradas, trayendo en sus consciencias una "anunciación" apocalíptica que las empuja, a pesar de sus genios individuales y sociales, a consumirse en hogueras propias...
contribuye la droga y sus efectos depredatorias de cualquier tipo de consciencia...
contribuye la urgencia social inducida desde las corporaciones que han transformado a la humanidad y sus contenidos en simples "descartables"...
contribuye el "apuro por vivir" de generaciones que nacen empujadas por la desintegración de sentido familiar y del sentido de la "tribu", asumiendo que la familia es una mentira y que la tribu, es una sociedad ilícita que propone sostener todo lo aberrante a cambio de acumular experiencias antes que sea demasiado tarde...
las corporaciones tienen el privilegio nefasto de estar conduciendo a la humanidad hacia la extinción desde hace casi un siglo, poco más o poco menos, enviando al sacrificio a "genios", "destacados", "iluminados", a cambio de priorizar la vigencia de otros que aparecen como idolatrados por conveniencias económicas que arrasan con letras, pinturas, fotografías, esculturas, y otras artes expansivas y expresivas, a cambio de la imposición del anti-valor, o la venta del des-valor, un valor que desagrega valores para comerse las éticas y devorarse las filosofías de las existencias y también sus lógicas fundamentales...
ello impulsa a los genios a extinguirse prontamente al modo de una vela que se consume rápidamente... genios que son reemplazados por otros que padecen del mismo apuro, la misma urgencia de vivir antes que atropellen los imperios de los estados ausentes y los negocios de las corporaciones intolerantes de sapiencias justas...
¿hay racismos?... sí, los hay... cada vez más intolerantes y cada vez más despreciativos...
¿hay violencias?... sí, las hay... bidireccionales, desde hombres hacia mujeres y desde mujeres hacia hombres, como si cualquiera de ellos pudiera prescindir de la existencia de los otros, negando las convergencias y quebrando las confluencias que dan sentido a lo "social"... lo cual proviene como conducta, entre otras cosas, del estrés que ocasiona el apuro por vivir la experiencia deseable y muchas veces innecesaria... lo antes posible... antes que los alcance la "realidad"...
¿hay intolerancias?... sí, las hay... la humanidad está elevando el estándar de los desprecios, hallándoles justificativos injustificables que van desde la xenofobia hasta la creación de escenarios que habilitan a segregar a los prójimos en campos de concentración de barreras invisibles pero donde los padecimientos crecen de modo proporcional a los desatinos de los victimarios... de allí que cada vez sean más y más los que huyen de sus propios destinos, buscando un salvavidas que termina, casi siempre, siendo de plomo...
la Tierra se está convirtiendo en un campo de refugiados donde nadie encuentra refugio... y todas las evidencias las proporciona el arte... que quedará como mudo testigo de la extinción humana, cuando imperen sólo el viento y los silencios. JULIO 03, 2015.-
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