La destrucción del Patrimonio de la Humanidad de Cirene
Fotografía de Cirene (Libia) tomada antes de que se produjera la destrucción de parte del viaducto (200 d. de C.) y de 200 criptas. Foto: Unesco.
Es la barbarie que no cesa. La guerra no solo trae dolor a las personas sino también a su patrimonio y a su cultura. Cirene es uno de los sitios arqueológicos más bellos de Libia. Los expertos describen este enclave como “una de las principales ciudades del mundo Helénico”, y su necrópolis figura entre las mayores y más importantes del planeta. Un lugar único, que además está declarado Patrimonio de la Humanidad. De poco parece haberle servido. Al menos 200 criptas, junto con parte del viaducto (que los arqueólogos datan 200 años después de Cristo), han sido destruidas hace escasos días por las excavadoras. Los responsables de este desastre son agricultores locales que han devastado las ruinas para vender esos terrenos —ya "despejados" y distribuidos en parcelas de 500 metros cuadrados— a promotores inmobiliarios. El destrozo ha sido enorme. “Han arrojado piezas antiguas a un río cercano como si fueran basura”, advierte a France 24 Ahmed Hussein, profesor de arqueología en la Universidad de Bayda.
La situación política y social en Libia es tan frágil que impide proteger sus grandes sitios arqueológicos. Foto: Unesco.
Los arqueólogos han avisado a las autoridades sobre esta destrucción, pero no tienen muchas esperanzas de que sirva para algo. La situación social y política es tan frágil que impide cualquier intervención. Además, esta bellísima ciudad, fundada 700 años antes de Cristo, se enfrenta a su particular idiosincrasia. Los agricultores y granjeros que viven en estas tierras las reclaman como propias. Desde luego no tienen documentos que lo acrediten, solo la tradición oral —transmitida de padres a hijos— lo sustenta.
De sitio catalogado como Patrimonio de la Humanidad, Cirene ha sido transformada en un área de construcción, denuncian los arqueólogos. Foto: Wikipedia.
El arqueólogo Ahmed Hussein, con una indisimulada tristeza, lo narra así: “En Libia, la costumbre y la tradición tienden a tener más peso que las leyes escritas. [Los agricultores] no poseen documentos oficiales que demuestren que son los propietarios de las tierras, sin embargo nadie pone en duda sus derechos sobre ellas. Con Gaddafi, estas familias no se habían atrevido a hacerlos valer. Pero ahora, han transformado un sitio arqueológico en un área de construcción”. Este es, si nadie lo remedia, el presente y el futuro que aguarda a uno de los cinco sitios que en Libia son reconocidos como Patrimonio de la Humanidad. ¿Podremos impedirlo?
De sitio catalogado como Patrimonio de la Humanidad, Cirene ha sido transformada en un área de construcción, denuncian los arqueólogos. Foto: Wikipedia.
El arqueólogo Ahmed Hussein, con una indisimulada tristeza, lo narra así: “En Libia, la costumbre y la tradición tienden a tener más peso que las leyes escritas. [Los agricultores] no poseen documentos oficiales que demuestren que son los propietarios de las tierras, sin embargo nadie pone en duda sus derechos sobre ellas. Con Gaddafi, estas familias no se habían atrevido a hacerlos valer. Pero ahora, han transformado un sitio arqueológico en un área de construcción”. Este es, si nadie lo remedia, el presente y el futuro que aguarda a uno de los cinco sitios que en Libia son reconocidos como Patrimonio de la Humanidad. ¿Podremos impedirlo?
Cirene corre el riesgo de desaparecer bajo la especulación inmobiliaria. Foto: Unesco.
Con arte y sonante
En un mundo de liquidez casi ilimitada, en el que los bancos centrales dan al botón de imprimir billetes a la misma velocidad que Billy el Niño desenfundaba su revolver, los ahorradores (que hoy en día somos todos) han redescubierto el valor de los activos tangibles y limitados.
O sea, que empiezan y acaban. Metales preciosos, arte contemporáneo, antigüedades, vinos, coches de colección, diamantes. Bienes que a su escasez y potencial económico aportan su carácter material. Bienes con arte y sonantes.
O sea, que empiezan y acaban. Metales preciosos, arte contemporáneo, antigüedades, vinos, coches de colección, diamantes. Bienes que a su escasez y potencial económico aportan su carácter material. Bienes con arte y sonantes.
Sobre el autor
Periodista y modesto coleccionista de arte contemporáneo, Miguel Ángel García Vega lleva más de 15 años escribiendo en EL PAÍS. A veces de finanzas, a veces de sociedad, a veces de arte, pero siempre conectando la vida y los números. Este blog quiere ser una piedra de Rosetta con el que entender el universo de los bienes tangibles, que en ocasiones parece, como el mundo, ancho y ajeno.
el dispensador dice: el mundo humano de los poderes, nicho perverso si los hay, ha enloquecido en estos últimos quince años, sacando su peor costado, el más oscuro, el más demente, el más primitivo, el más genocida, el más inaceptable... ese mismo nicho de poderes, expresa lo peor del ser humano, un ser humano despojado de humanismos, despojado de filosofías de la vida, despojado de ética, justificador por excelencia de cualquier iniciativa que se traduzca en destrucción... desde Irak para aquí, la humanidad asiste a una destrucción sistemática de los patrimonios culturales, algo semejante a querer borrar la memoria cultural de las sociedades humanas: Pretender negar lo preexistente... pretender burlar la historia para reescribirla según los antojos oportunistas de fundamentalismos sin sentido. Los resultados de semejante desatino ya constan en la historia de la América Nativa, una historia quebrada y mentida por antojos eclesiásticos católicos y de inquisiciones cardenalicias y obispales... mil años de barbarie en la medievalización de Europa... otros quinientos años de genocidio sobre las culturales americanas... consecuencia: todo renace, todo regresa, y las intenciones dañinas sólo derivan en memorias heridas, que aunque tardan en recuperarse, finalmente vuelven a ocupar el espacio que les fue quitado. No obstante ello, las locuras del poder insisten en la conducta demencial... destruir el pasado... para favorecer a mesías sin cabeza, sin alma, con pies de barro, embarrados de espíritu. Cirene es un ejemplo, no el único, ya que son demasiados ejercicios destructivos cursados sobre el oriente cercano, el oriente lejano, y hasta el occidente negado. Desde Alejandría para aquí, el poder político y eclesiástico ha quemado bibliotecas, centros de estudios, y cuanto elemento conecta a la humanidad con su pasado real... abriendo la posibilidad de crear un "pasado mentido" a la medida de objetores de consciencias ajenas, que proceden de esa forma porque justamente carecen de ella. A estas alturas del Siglo XXI... a estas alturas de civilizacon humana... ya no se justifican gestas guerreras, tampoco las conquistas, mucho menos las esclavitudes, ni qué hablar de los condicionamientos de los derechos humanos y/o ciudadanos y/o individuales y/o sociales... Cirene es un ejemplo de todo aquello que la humanidad no merece... no más... nunca más... ya que ningún estado, ningún político, ningún poder, es dueño del destino de nadie, por ende tampoco lo es de la memoria de nadie. SEPTIEMBRE 23, 2013.-
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