Del tirador a la ciudad
Del tirador a la ciudad. Ése era para Mies van der Rohe el ámbito de su oficio. La arquitectura, como la sanidad o la educación, nos afecta a todos. Puede también fascinarnos. Como todo informador, me valdré de lo que creo saber. Trataré de no enmascarar lo que ignoro.
Sobre el autor
el dispensador dice:
hay cosas que curan,
hay cosas que dañan,
hay cosas que enferman,
hay otras que matan...
si hay paz en el alma,
las peores cosas...
se toman con calma,
aceptando que son como son,
meras circunstancias...
si la armonía reina en tu casa,
habrá un algo intangible... que abraza...
comprendiendo lo que sucede,
lo que a veces enferma,
sin saber por qué pasa...
todo depende de cómo se encara,
si hay resignación de vida,
si ante cada hecho la mente se aclara,
si hay un sólo camino,
o si el mismo se abre a medida que se avanza...
nunca se sabe, a ciencia cierta,
que espera tras cada puerta,
que espera al doblar la esquina,
que hay más allá de lo que la vista comprende y alcanza,
¿tienes ojos en la espalda?...
¿no?... aprende a mirar con el alma.
SEPTIEMBRE 16, 2013.-
¿Puede un edificio ayudar a curar?
FOTO: Jesús Granada
En lugar de ocultar, hacer visible. Ahora que ya nadie llama manicomios a los centros psiquiátricos, el arquitecto Javier Gallardo ha querido atreverse a destacar su presencia en lugar de ocultarla. Gallardo habla de recuperar la hospitalidad encerrada en el origen de la palabra hospital. Para integrar algo, o a alguien, hay que hacerlo visible. De ahí su decisión de llevar el color rojo (en cubiertas y fachada) al nuevo centro de tratamiento psiquiátrico para jóvenes que ha levantado en Camino del Abejar, a las afueras de Zaragoza.
Sobre el suelo, el pabellón asume el riesgo de una elección: un único material, un concepto, un único color. La cubierta, con dientes de sierra, recuerda la imagen básica de la casa que dibujaría un niño, sin embargo, a la vez dibuja un gráfico del grado de actividad mental de los internos que allí se alojan. Así, por la altura de la cubierta se puede ubicar, e identificar, al tipo de paciente que se encuentra en cada estancia. Los cuidadores y los médicos ocupan las zonas con cubierta plana.
Este primer edificio, de 10 dormitorios individuales y 8 dobles con aseos, tiene dos salas de estar y un comedor común y está recubierto de chapa de zinc pintado de rojo tanto en la fachada como en la cubierta. Si el llamativo exterior ubica, el interior blanco, trata de serenar. Y las vistas despejadas contribuyen a ese objetivo. En una segunda fase, está previsto ampliar el nuevo edificio con un módulo para talleres ocupacionales para los mismos jóvenes con la mente en fuga. ¿De qué color y con qué forma identificarán los pacientes y los arquitectos el trabajo y la zona donde uno empieza a salir de su cabeza?