[1/3]
La Voyager 1 capta sonidos del espacio exterior
Día 14/09/2013 - 14.01h
Temas relacionados
- NASA (instituciones)
- Science (obras)
- Astronomía (acontecimientos)
- Ciencia (acontecimientos)
- Voyager (acontecimientos)
La nave de la NASA, el primer artefacto humano que ha salido del Sistema Solar, registra variaciones en el denso plasma interestelar
La Voyager 1,la primera nave espacial que ha salido del Sistema Solar, según anunció el pasado jueves un estudio en la revista Science y confirmaba la NASA, ha capturado los sonidos del espacio exterior. El vídeo sobre estas líneas, que ha publicado el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la agencia espacial estadounidense, reproduce la amplitud y la frecuencia de las ondas de plasma interestelar, la «sopa» cargada de baja energía y partículas neutras que impregnan el espacio fuera de la heliosfera, la burbuja que rodea nuestro sistema planetario. Las ondas detectadas por las antenas de la nave pudieron ser amplificas y reproducidas a través de un altavoz con facilidad. Las frecuencias están dentro del rango que puede captar el oído humano.
La nave espacial capturó estos sonidos del espacio interestelar de octubre a noviembre de 2012 y de abril a mayo de 2013. El gráfico del vídeo muestra la frecuencia de las ondas, lo que indica la densidad del plasma. A su vez, los colores identifican la intensidad de las ondas, o lo «fuertes» que son. El color rojo señala las olas más fuertes y el azul indica las más débiles.
La Voyager 1 salió del Sistema Solar en agosto de 2012, según responsables de la misión. Ahora se encuentra a unos 19.000 millones de kilómetros de nuestro Sol, donde nada proveniente de nuestro mundo había llegado jamás. Ed Stone, científico del proyecto Voyager en el Instituto Tecnológico de California, en Pasadena, no dudó en calificar el logro de «salto histórico para la humanidad».
[2/3]
¿Cómo saben los científicos que la Voyager 1 ha abandonado el Sistema Solar?
Día 13/09/2013 - 13.39h
Temas relacionados
- NASA (instituciones)
- Science (obras)
- Astronomía (acontecimientos)
- Ciencia (acontecimientos)
- Voyager (acontecimientos)
La NASA hace el anuncio oficial de un «hito histórico» después de un año de intensas discusiones científicas apoyándose en diferentes señales
Un equipo científico anunció este jueves en la revista Science que la sonda Voyager 1 de la NASA había abandonado el Sistema Solar después de 36 años viajando por el espacio. Se hacía oficial: es el primer artefacto humano en lograr semejante hazaña y, desde luego, el que hemos conseguido enviar más lejos de la Tierra. Sin embargo, el anuncio nos suena familiar. Lo cierto es que la situación exacta de la nave ha sido objeto de discusión en la comunidad científica durante el último año. Los astrónomos no se ponían de acuerdo acerca de si la Voyager ya se había adentrado en el espacio interestelar o, por el contrario, se mantenía dentro de la heliosfera, la burbuja invisible de partículas cargadas que emite el Sol en todas direcciones y que envuelve nuestro sistema planetario. Entonces, ¿qué ha ocurrido para que el equipo de la misión Voyager está ahora tan seguro? ¿Por qué no lo han anunciado antes?
«Hemos sido cautelosos porque estamos tratando con uno de los hitos más importantes en la historia de la exploración espacial», dice el científico del proyecto Voyager Ed Stone, del Instituto de Tecnología de California en Pasadena. «Lo que ocurre es que ahora tenemos los datos y el análisis que necesitábamos». En concreto, el equipo necesitaba más datos sobre el plasma, el gas ionizado más denso y lento de las partículas cargadas en el espacio. El plasma es el marcador más importante que distingue si la Voyager 1 está dentro de la burbuja solar, la heliosfera, que se infla por el plasma que fluye hacia el exterior desde el Sol, o en el espacio interestelar y rodeada del material eyectado hace millones de años por la explosión de estrellas gigantes cercanas .
El problema es que los científicos no sabían cómo detectar y medir ese plasma e interpretar los datos. La Voyager 1 explora un lugar a más de 17.000 millones de kilómetros de distancia de nuestro Sol. «Nadie ha estado en el espacio interestelar antes, y es como viajar con guías incompletas», apunta Stone. «Aún así, la incertidumbre es parte de la exploración. No iríamos a explorar si supiéramos exactamente lo que vamos a encontrar».
Las dos naves gemelas Voyager -existe una Voyager 2 que también se encuentra cerca de la frontera del Sistema Solar- fueron lanzadas en 1977 y, entre las dos han visitado Júpiter, Saturno , Urano y Neptuno. El instrumento de la Voyager 1 que mide la densidad, la temperatura y la velocidad del plasma dejó de funcionar en 1980, justo después de su último sobrevuelo planetario. Por eso, cuando la Voyager 1 detectó la presión del espacio interestelar en nuestra heliosfera en 2004, los científicos no tenían el instrumento que proporcionara mediciones directas de plasma. En su lugar, se centraron en la dirección del campo magnético como sustituto de la fuente del plasma. Como el plasma solar lleva las líneas del campo magnético que emanan del Sol y el plasma interestelar lleva las líneas de campos magnéticos interestelares, se esperaba que la dirección de los campos magnéticos solares e interestelares fueran distintas.
Por este motivo, los científicos teorizaban que se produciría un cambio abrupto en la dirección del campo magnético cuando la Voyager alcanzara el espacio interestelar. De la misma forma, los niveles de partículas cargadas procedentes del interior de la heliosfera bajarían y los niveles de rayos cósmicos galácticos, que se originan fuera de la heliosfera, aumentarían de forma notable.
En mayo de 2012 , el número de rayos cósmicos galácticos hizo su primer salto significativo, mientras que algunas de las partículas del interior hicieron su primera caída significativa. El ritmo del cambio se aceleró drásticamente el 28 de julio de 2012. Después de cinco días, las intensidades regresaron a lo que habían sido. Esta fue la primera experiencia de una nueva región, y en ese momento los científicos pensaron que la nave espacial Voyager podría haber tocado brevemente el borde del espacio interestelar.
El 25 de agosto, cuando, como ahora sabemos, la Voyager 1 entró realmente en esta nueva región, todas las partículas de baja energía del interior desaparecieron y los niveles de rayos cósmicos galácticos saltaron al nivel más alto de toda la misión. Estos serían los cambios esperados en caso de que la Voyager 1 hubiera cruzado la heliopausa, que es el límite entre la heliosfera y el espacio interestelar. Sin embargo, el análisis posterior de los datos reveló que a pesar de que la intensidad del campo magnético aumentó en un 60%, la dirección cambió menos de 2 grados. Esto sugería que la Voyager 1 no había abandonado el campo magnético solar y sólo había entrado en una nueva región, aún dentro de nuestra burbuja solar, que se había agotado de partículas del interior.
Más tarde, en abril de 2013, los científicos consiguieron por casualidad otra pieza del rompecabezas. Durante los primeros ocho años de la exploración de la heliopausa, que es la capa más externa de la heliosfera, el instrumento de ondas de plasma de la Voyager no había oído nada. Sin embargo, el equipo científico de ondas de plasma, dirigido por Don Gurnett y Bill Kurth en la Universidad de Iowa, había observado estallidos de ondas de radio en 1983 a 1984 y nuevamente en 1992 y 1993. Dedujeron que estas ráfagas habían sido producidas por el plasma interestelar cuando un gran arranque de material solar le habría arañado y le habría hecho oscilar. Esas explosiones solares tardaron cerca de 400 días en alcanzar el espacio interestelar, a una distancia estimada de 117 a 177 unidades astronómicas (UA), de 117 a 177 veces la distancia del Sol a la Tierra). Los científicos sabían, sin embargo, que serían capaces de observar oscilaciones de plasma directamente una vez la Voyager 1 estuviera rodeada de plasma interestelar.
La tormenta solar de San Patricio
A continuación, el 9 de abril de 2013, sucedió: el instrumento de ondas de plasma del Voyager 1 tomó oscilaciones de plasma locales. Los científicos creen que probablemente surgió de una explosión de actividad solar ocurrida un año antes, conocida como el Día de las tormentas solares de San Patricio. Las oscilaciones aumentaron en intensidad hasta el 22 de mayo e indicaron que la Voyager se estaba moviendo en una región cada vez más densa de plasma. Este plasma tenía la firma del plasma interestelar , con una densidad de más de 40 veces la observada por el Voyager 2 en la heliopausa.
Extrapolándose hacia atrás, los investigadores dedujeron que la Voyager se había encontrado por primera vez con este denso plasma interestelar en agosto de 2012, en consonancia con los datos de las partículas cargadas y del campo magnético. Ya están convencidos: la nave está viendo plasma interestelar, pero el Sol todavía ejerce su influencia. «Estamos en una zona de transición mixta hacia el espacio interestelar, pero no sabemos cuándo vamos a llegar al espacio interestelar libre de la influencia de nuestra burbuja solar», apunta Stone.
«Podemos decir es que la Voyager 1 se está bañando en la materia de otras estrellas», dice poéticamente el investigador. «Lo que no podemos decir es qué descubrimientos exactos podemos esperar en el viaje de la Voyager. Nadie fue capaz de predecir todos los detalles que la Voyager 1 ha visto. Así que esperamos más sorpresas».
[3/3]
Confirmado: La Voyager 1 ya está fuera del Sistema Solar
Día 12/09/2013 - 21.35h
Temas relacionados
Responsables de la misión confirman que la sonda cruzó la última frontera y se adentró en el espacio profundo el 25 de agosto de 2012, algo que no había logrado hasta ahora ningún artefacto humano
La nave espacial Voyager 1, lanzada al espacio por la NASA en 1977, ha cruzado, por fin, la última frontera del Sistema Solar y se ha adentrado en el espacio interestelar, algo que no había logrado hasta ahora ningún artefacto humano. Esto es lo que afirman responsables de la misión, que han publicado en la prestigiosa revista Science nuevos datos proporcionados por la sonda que consideran «concluyentes», datos que indican que la nave abandonó la heliosfera, la burbuja invisible de partículas cargadas que emite el Sol en todas direcciones y que envuelve nuestro sistema planetario, hace más de un año, alrededor del 25 de agosto de 2012.
La Voyager 1 se encuentra ahora a 19.000 millones de kilómetros de nuestro Sol, donde nada proveniente de nuestro mundo había llegado jamás. Pero, ¿en qué lado de la barrera, dentro o fuera del Sistema Solar? El debate comenzó el 25 de agosto de 2012, cuando los instrumentos de la Voyager 1 registraron una fuerte caída, cercana a cero, de los rayos cósmicos que se producen dentro de la heliosfera, al mismo tiempo que detectaban un incremento de los rayos cósmicos que se producen en el frío, oscuro e inexplorado espacio profundo. Los astrónomos se entusiasmaron ante lo que parecía una señal clara del salto interestelar, pero no les quedó más remedio que reconocer que, entonces, no había evidencias suficientes para afirmarlo.
Algunas investigaciones apuntaron más tarde que la Voyager había entrado en una especie de «autopista magnética» hacia ese «más allá» espacial y, también en Science, se publicaron hace algunos meses tres estudios que indicaban que la nave se había adentrado en una región desconocida, pero aún dentro del Sistema Solar, en el límite del espacio profundo. En uno de esos estudios participaba el equipo de Leonard Burlaga, del centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, que también firma la nueva investigación junto a colegas de la Universidad de Iowa y de la Universidad Católica de América en Washington.
Oscilaciones de plasma
La clave para aclarar el embrollo, en la que se apoyan estos investigadores, son nuevas mediciones de las oscilaciones en la densidad del plasma -la «sopa» cargada de baja energía y partículas neutras que impregna el espacio- alrededor de la nave. Esas mediciones no habían podido ser realizadas hasta ahora, ya que un instrumento destinado a esa tarea se estropeó cuando la nave pasó Saturno. Algo lamentable ya que, según los científicos, resultaban fundamentales para llegar a una conclusión definitiva. El líder del equipo, Donald Gurnett, de la Universidad de Iowa, encontró la forma para medir el plasma de forma indirecta cuando el Sol envía una eyección de masa coronal o una explosión masiva de viento solar en el camino de la Voyager. Y sus resultados son consistentes con las predicciones teóricas sobre el medio interestelar.
El pasado 9 de abril, la Voyager 1 registró el inicio repentino de oscilaciones del plasma a una frecuencia de 3,1 kHz después de una explosión masiva de viento solar. Esa frecuencia implicaba una densidad de plasma 80 veces más grande de lo que nunca se había visto en el interior de la heliosfera y cerca de la densidad que los astrónomos esperan encontrar en el espacio interestelar. Dado que la Voyager 1 viaja alrededor de 3,5 unidades astronómicas por año (una unidad astronómica es la distancia media entre la Tierra y el Sol, más de 149 millones de kilómetros), los investigadores sugieren que la densidad de electrones aumenta alrededor de un 19% por cada unidad astronómica, por lo que infieren que el 25 de agosto de 2012, unos días más o menos, la nave cruzó la burbuja invisible del Sistema Solar. «Saltamos literalmente de nuestros asientos cuando vimos estas oscilaciones en los datos, que nos demostraban que la nave se encontraba en una nueva región, comparable a lo que se esperaba del espacio interestelar y totalmente diferente a la de la burbuja solar», dice Gurnett. «Está claro que había pasado a través de la heliopausa, que es el límite entre el plasma solar y el plasma interestelar».
Un salto para la humanidad
«Ahora que tenemos nuevos datos clave, creemos que este es un salto histórico de la humanidad en el espacio interestelar», asegura Ed Stone, científico del proyecto Voyager en el Instituto Tecnológico de California, en Pasadena. «El equipo Voyager necesitaba tiempo para analizar las observaciones y darles sentido, pero ahora podemos responder a la pregunta que todos hemos estado pidiendo: ¿Ya estamos ahí? Sí, lo estamos».
De momento, la Voyager 1 se encuentra en una zona del espacio interestelar en la que todavía hay influencia del Sol. Los científicos no saben cuándo alcanzará una zona tranquila donde no lleguen estos efectos. Igualmente, no están seguros de cuando la sonda gemela Voyager 2 cruzará al otro lado, pero creen que no tardará mucho.
A pesar de ser un anuncio oficial, algunos astrónomos no están de acuerdo con que el trabajo sea concluyente. «No hemos cruzado. Podemos explicar cada resultado de la Voyager de una manera natural», afirma Lennard Fisk, de la Universidad de Michigan. La sonda seguirá en funcionamiento hasta 2025, así que el tiempo dirá quién tiene razón.
Visitantes de planetas
el dispensador dice:
ya estás fuera del sistema solar,
tan lejos como una quimera,
atendiendo ruidos que nadie espera,
escuchando silencios que nadie "viera"...
esas distancias no son para cualquiera,
las gentes pasan, pero nadie las piensa,
porque las lejanías saben a ausencia,
porque los olvidos no tienen clemencia...
quién lo hubiera dicho,
¿cómo es afuera?,
¿se escucha el silencio,
o se siente que truena?,
¿estaba Dios más allá de la puerta?,
¿encontraste ventana,
alguna vela?,
sí, puedo asegurarte,
que alguien te observa,
alguien que no es humano,
y te sigue de cerca,
porque el universo existe,
según sus existencias,
algo que se dirime,
más allá de las ciencias...
estar lejos de casa,
¿cómo se siente?,
¿sabías que otras humanidades,
supieron ser pacientes,
aprender de lejanías,
de paralelismos no corrientes?,
¿sabías que había espacios,
que no están en las mentes,
que hay comprensiones,
que ningún humano entiende?,
¿que pueda que te soprendas,
con aquello que se encuentre?,
¿que cambiará la vida,
según tu la entiendes?...
por un momento, humano,
debes detenerte,
comprender que hay espacio,
más allá de la mente,
comprender que el tiempo,
depende de su propia lente,
que según donde te ubiques,
será cómo lo vieres,
que todo comienza,
después de tu muerte,
cuando no respiras,
comienzas a comprender,
aquello que a lo que perteneces,
y que te comprende...
no vayas de prisa,
espera paciente,
cuando cruzas la frontera,
ya no hay regreso,
para decir "no se puede",
estás frente al espacio,
donde no llegan las mentes,
todo es vacío,
frío y tangente,
más allá de la esfera,
la música hierve.
SEPTIEMBRE 14, 2013.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario