El futuro ya está aquí
La Pedrera expone, por primera vez en España, la obra radical y rupturista de Depero y de los futuristas italianos de comienzos del siglo XX
José Ángel Montañés Barcelona 17 SEP 2013 - 00:11 CET3
“Nosotros adoramos las centrales eléctricas, las estaciones ferroviarias, los acorazados, los transatlánticos gigantescos, las fábricas en diabólica efervescencia productiva, los aviones, los lujosos trenes bala”.
Intelectuales y artistas como el poeta y dramaturgo Filippo Tommaso Marinetti —-que fundó el Futurismo con su manifiesto publicado en la portada de Le Figaro de 1909—-, Umberto Boccioni, Gino Severini, Antonio Sant’Elia, Giacomo Balla o Fortunato Depero, adoraban las máquinas, la energía y la velocidad y abogaban por acabar de forma radical con todo todo lo del pasado. Balla y Depero firmaron en 1915 el manifiesto Reconstrucción futurista del Universo,donde pretendían, de forma optimista, una metamorfosis radical del arte en el que la estética se llenaba de dinamismo y velocidad, pero también un proyecto antropológico de cambio de formas de vida y estructuras sociales de acuerdo con la nueva era industrial.
Sus obras rompieron los esquemas tradicionales. Las pinturas salen de los marcos, como Ritmo plástico del 14 de luglio, de Severini o esculturas como la botella creada por Boccioni que se proyecta en el espacio y crea una especie de paisaje. El cine, la moda, el teatro, la música, la danza, la publicidad y el diseño, no escaparon a la nueva visión que propugnaron los futuristas.
Pero sus métodos no siempre fueron pacíficos, famosos fueron los actos que terminaron con duras broncas entre artistas y público, e incluso Marinetti intentó que su arte fuera el del fascismo de Mussolini, en el poder desde 1922. La propuesta no cuajó, ya que Il duce se decantó por planteamiento más clásicos relacionados con los fastos de la antigua Roma. Este acercamiento marcó de forma negativa, a estos defensores de la renovación total.
En España, la obra multidisciplinar del pintor, escultor, escenógrafo, arquitecto, escritor y diseñador Depero (1892-1960), no se había expuesto nunca, por lo que es un auténtico desconocido. La Fundación Catalunya La Pedrera reúne más de 200 piezas, la mayoría obras de este artista fiel al futurismo hasta 1930, año de su retorno a Italia después de vivir dos en Nueva York, “la metrópoli futurista por excelencia”.
De Depero es la botella de bíter de Campari, para la que realizó su publicidad corporativa, pero el resto de su obra no se conoce por el gran público. El comisario de la exposición, el arquitecto Antonio Pizza, se ha empeñado en que esto cambie y que el autor que mejor personifica este movimiento de vanguardia acabe siendo conocido. Para eso, ha reunido, además de fotografías y documentos, sus diseños de mobiliario para bares, restaurantes y viviendas; vestuarios como el ideado para los míticos ballets rusos de Daiguilev. También los proyectos arquitectónicos, como sus plásticos pabellones de libros o la Casa de Arte Futurista que construyó en Rovereto. También sus juguetes y marionetas articulados, los Balli plastici, objetos como el libro que realizó en 1927 para el aviador Azari, encuadernado con dos tornillos como los utilizados en las cabinas de los aeroplanos de la época, considerado una de las publicaciones emblemáticas del arte moderno o sus propuestas publicitarias, todas inspiradas bajo el alma futurista, que ensalza un futuro tecnificado y rechaza el pasado.
Según Pizza, el futurismo no acabó imponiéndose por la imposición de otro estilo artístico que triunfaba en París desde 1907, la capital cultural de Europa, con figuras como Picasso o Braque. Pero niega que su vinculación con el fascismo fuera una losa que le impidiera desarrollarse.
La exposición, que permanecerá abierta hasta el 12 de enero en Barcelona es arriesgada, porque no presenta la obra de un personaje popular o mediático que garantice largas colas de público. Pero es una avanzadilla de futuro. Según Marga Viza, directora del área de cultura de la Fundació La Pedrera, en otoño, el Guggenheim de Bilbao, en 2014 en Nueva York y en 2015 una “institución cultural de renombre” de Madrid, también organizarán exposiciones sobre Futurismo.
el dispensador dice:
puedes creer que el futuro es el grafeno,
puedes creer que el futuro es un tren de alta velocidad,
puedes creer que el futuro es un automóvil híbrido,
puedes creer que el futuro es el hidrógeno,
puedes creer que el futuro es la telefonía celular,
puedes creer lo que quieras creer... te pueda contener...
pero...
el futuro no puede existir prescindente de la esperanza...
el futuro no puede existir prescindente de la ilusión...
el futuro no puede existir prescindente de los sueños...
el futuro no puede existir prescindente de las iniciativas individuales...
el futuro no puede existir prescindente de los dones...
el futuro no puede existir prescindente de los talentos...
para lo cual...
el futuro no puede existir prescindiendo de las gracias (la vida misma)...
por ende...
no hay futuro sin humanos...
no hay futuro sin humanismos...
no hay futuro sin idealismos...
no hay futuro... si no hay individuos transitando el "sí mismo"...
para lo cual...
siempre será necesario que haya un otro,
compartiendo lo vivido.
SEPTIEMBRE 18, 2013.-
Intelectuales y artistas como el poeta y dramaturgo Filippo Tommaso Marinetti —-que fundó el Futurismo con su manifiesto publicado en la portada de Le Figaro de 1909—-, Umberto Boccioni, Gino Severini, Antonio Sant’Elia, Giacomo Balla o Fortunato Depero, adoraban las máquinas, la energía y la velocidad y abogaban por acabar de forma radical con todo todo lo del pasado. Balla y Depero firmaron en 1915 el manifiesto Reconstrucción futurista del Universo,donde pretendían, de forma optimista, una metamorfosis radical del arte en el que la estética se llenaba de dinamismo y velocidad, pero también un proyecto antropológico de cambio de formas de vida y estructuras sociales de acuerdo con la nueva era industrial.
Sus obras rompieron los esquemas tradicionales. Las pinturas salen de los marcos, como Ritmo plástico del 14 de luglio, de Severini o esculturas como la botella creada por Boccioni que se proyecta en el espacio y crea una especie de paisaje. El cine, la moda, el teatro, la música, la danza, la publicidad y el diseño, no escaparon a la nueva visión que propugnaron los futuristas.
Pero sus métodos no siempre fueron pacíficos, famosos fueron los actos que terminaron con duras broncas entre artistas y público, e incluso Marinetti intentó que su arte fuera el del fascismo de Mussolini, en el poder desde 1922. La propuesta no cuajó, ya que Il duce se decantó por planteamiento más clásicos relacionados con los fastos de la antigua Roma. Este acercamiento marcó de forma negativa, a estos defensores de la renovación total.
En España, la obra multidisciplinar del pintor, escultor, escenógrafo, arquitecto, escritor y diseñador Depero (1892-1960), no se había expuesto nunca, por lo que es un auténtico desconocido. La Fundación Catalunya La Pedrera reúne más de 200 piezas, la mayoría obras de este artista fiel al futurismo hasta 1930, año de su retorno a Italia después de vivir dos en Nueva York, “la metrópoli futurista por excelencia”.
De Depero es la botella de bíter de Campari, para la que realizó su publicidad corporativa, pero el resto de su obra no se conoce por el gran público. El comisario de la exposición, el arquitecto Antonio Pizza, se ha empeñado en que esto cambie y que el autor que mejor personifica este movimiento de vanguardia acabe siendo conocido. Para eso, ha reunido, además de fotografías y documentos, sus diseños de mobiliario para bares, restaurantes y viviendas; vestuarios como el ideado para los míticos ballets rusos de Daiguilev. También los proyectos arquitectónicos, como sus plásticos pabellones de libros o la Casa de Arte Futurista que construyó en Rovereto. También sus juguetes y marionetas articulados, los Balli plastici, objetos como el libro que realizó en 1927 para el aviador Azari, encuadernado con dos tornillos como los utilizados en las cabinas de los aeroplanos de la época, considerado una de las publicaciones emblemáticas del arte moderno o sus propuestas publicitarias, todas inspiradas bajo el alma futurista, que ensalza un futuro tecnificado y rechaza el pasado.
Según Pizza, el futurismo no acabó imponiéndose por la imposición de otro estilo artístico que triunfaba en París desde 1907, la capital cultural de Europa, con figuras como Picasso o Braque. Pero niega que su vinculación con el fascismo fuera una losa que le impidiera desarrollarse.
La exposición, que permanecerá abierta hasta el 12 de enero en Barcelona es arriesgada, porque no presenta la obra de un personaje popular o mediático que garantice largas colas de público. Pero es una avanzadilla de futuro. Según Marga Viza, directora del área de cultura de la Fundació La Pedrera, en otoño, el Guggenheim de Bilbao, en 2014 en Nueva York y en 2015 una “institución cultural de renombre” de Madrid, también organizarán exposiciones sobre Futurismo.
el dispensador dice:
puedes creer que el futuro es el grafeno,
puedes creer que el futuro es un tren de alta velocidad,
puedes creer que el futuro es un automóvil híbrido,
puedes creer que el futuro es el hidrógeno,
puedes creer que el futuro es la telefonía celular,
puedes creer lo que quieras creer... te pueda contener...
pero...
el futuro no puede existir prescindente de la esperanza...
el futuro no puede existir prescindente de la ilusión...
el futuro no puede existir prescindente de los sueños...
el futuro no puede existir prescindente de las iniciativas individuales...
el futuro no puede existir prescindente de los dones...
el futuro no puede existir prescindente de los talentos...
para lo cual...
el futuro no puede existir prescindiendo de las gracias (la vida misma)...
por ende...
no hay futuro sin humanos...
no hay futuro sin humanismos...
no hay futuro sin idealismos...
no hay futuro... si no hay individuos transitando el "sí mismo"...
para lo cual...
siempre será necesario que haya un otro,
compartiendo lo vivido.
SEPTIEMBRE 18, 2013.-
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