lunes, 8 de septiembre de 2014

MERCURIO ▲ IntraMed - Arte y Cultura - Al cumplir los 80

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Oliver Sacks reflexiona acerca de la vejez | 02 SEP 14
Al cumplir los 80
No pienso en la vejez como en una época cada vez más penosa que tenemos que soportar de la mejor manera posible, sino en una época de ocio y libertad, liberados de las urgencias artificiosas de días pasados.
Anoche soñé con el mercurio: enormes y relucientes glóbulos de azogue que subían y bajaban. El mercurio es el elemento número 80, y mi sueño fue un recordatorio de que muy pronto los años que iba a cumplir también serían 80.

Desde que era un niño, cuando conocí los números atómicos, para mí los elementos de la tabla periódica y los cumpleaños han estado entrelazados. A los 11 años podía decir: “soy sodio” (elemento 11), y cuando tuve 79 años, fui oro. Hace unos años, cuando le di a un amigo una botella de mercurio por su 80º cumpleaños (una botella especial que no podía tener fugas ni romperse) me miró de una forma peculiar, pero más adelante me envió una carta encantadora en la que bromeaba: “tomo un poquito todas las mañanas, por salud”.

¡80 años! Casi no me lo creo

Me siento contento de estar vivo: “¡Me alegro de no estar muerto!”
Muchas veces tengo la sensación de que la vida está a punto de empezar, para en seguida darme cuenta de que casi ha terminado. Mi madre era la decimosexta de 18 niños; yo fui el más joven de sus cuatro hijos, y casi el más joven del vasto número de primos de su lado de su familia. Siempre fui el más joven de mi clase en el instituto. He mantenido esta sensación de ser siempre el más joven, aunque ahora mismo ya soy prácticamente la persona más vieja que conozco.

A los 41 años pensé que me moriría: tuve una mala caída y me rompí una pierna haciendo a solas montañismo. Me entablillé la pierna lo mejor que pude y empecé a descender la montaña torpemente, ayudándome solo de los brazos. En las largas horas que siguieron me asaltaron los recuerdos, tanto los buenos como los malos. La mayoría surgían de la gratitud: gratitud por lo que me habían dado otros, y también gratitud por haber sido capaz de devolver algo (el año anterior se había publicado Despertares).

A los 80 años, con un puñado de problemas médicos y quirúrgicos, aunque ninguno de ellos vaya a incapacitarme. Me siento contento de estar vivo: “¡Me alegro de no estar muerto!”. Es una frase que se me escapa cuando hace un día perfecto. (Esto lo cuento como contraste a una anécdota que me contó un amigo. Paseando por París con Samuel Beckett durante una perfecta mañana de primavera, le dijo: “¿Un día como este no hace que le alegre estar vivo?”. A lo que Beckett respondió: “Yo no diría tanto”).

Me siento agradecido por haber experimentado muchas cosas –algunas maravillosas, otras horribles— y por haber sido capaz de escribir una docena de libros, por haber recibido innumerables cartas de amigos, colegas, y lectores, y por disfrutar de mantener lo que Nathaniel Hawthorne llamaba “relaciones con el mundo”.

Siento haber perdido (y seguir perdiendo) tanto tiempo; siento ser tan angustiosamente tímido a los 80 como lo era a los 20; siento no hablar más idiomas que mi lengua materna, y no haber viajado ni haber experimentado otras culturas más ampliamente.

Siento que debería estar intentado completar mi vida, signifique lo que signifique eso de “completar una vida”. Algunos de mis pacientes, con 90 o 100 años, entonan el nunc dimittis“He tenido una vida plena, y ahora estoy listo para irme”—. Para algunos de ellos, esto significa irse al cielo, y siempre es el cielo y no el infierno, aunque tanto a Samuel Johnson como a Boswell les estremecía la idea de ir al infierno, y se enfurecían con Hume, que no creía en tales cosas. Yo no tengo ninguna fe en (ni deseo de) una existencia posmortem, más allá de la que tendré en los recuerdos de mis amigos, y en la esperanza de que algunos de mis libros sigan “hablando” con la gente después de mi muerte.

Las reacciones se han vuelto más lentas pero, con todo, uno se encuentra lleno de vida
El poeta W. H. Auden decía a menudo que pensaba vivir hasta los 80 y luego “marcharse con viento fresco” (vivió solo hasta los 67). Aunque han pasado 49 años desde su muerte yo sueño a menudo con él, de la misma manera que sueño con Luria, y con mis padres y con antiguos pacientes. Todos se fueron hace ya mucho tiempo, pero los quise y fueron importantes en mi vida.

A los 80 se cierne sobre uno el espectro de la demencia o del infarto. Un tercio de mis contemporáneos están muertos, y muchos más se ven atrapados en existencias trágicas y mínimas, con graves dolencias físicas o mentales. A los 80 las marcas de la decadencia son más que aparentes. Las reacciones se han vuelto más lentas, los nombres se te escapan con más frecuencia y hay que administrar las energías pero, con todo, uno se encuentra muchas veces pletórico y lleno de vida, y nada “viejo”. Tal vez, con suerte, llegue, más o menos intacto, a cumplir algunos años más, y se me conceda la libertad de amar y de trabajar, las dos cosas más importantes de la vida, como insistía Freud.

Cuando me llegue la hora, espero poder morir en plena acción, como Francis Crick. Cuando le dijeron, a los 85 años, que tenía un cáncer mortal, hizo una breve pausa, miró al techo, y pronunció: “Todo lo que tiene un principio tiene que tener un final”, y procedió a seguir pensando en lo que le tenía ocupado antes. Cuando murió, a los 88, seguía completamente entregado a su trabajo más creativo.

Mi padre, que vivió hasta los 94, dijo muchas veces que sus 80 años habían sido una de las décadas en las que más había disfrutado en su vida. Sentía, como estoy empezando a sentir yo ahora, no un encogimiento, sino una ampliación de la vida y de la perspectiva mental. Uno tiene una larga experiencia de la vida, y no solo de la propia, sino también de la de los demás.

Hemos visto triunfos y tragedias, ascensos y declives, revoluciones y guerras, grandes logros y también profundas ambigüedades. Hemos visto el surgimiento de grandes teorías, para luego ver cómo los hechos obstinados las derribaban. Uno es más consciente de que todo es pasajero, y también, posiblemente, más consciente de la belleza.

A los 80 años uno puede tener una mirada amplia, y una sensación vívida, vivida, de la historia que no era posible tener con menos edad. Yo soy capaz de imaginar, de sentir en los huesos, lo que supone un siglo, cosa que no podía hacer cuando tenía 40 años, o 60. No pienso en la vejez como en una época cada vez más penosa que tenemos que soportar de la mejor manera posible, sino en una época de ocio y libertad, liberados de las urgencias artificiosas de días pasados, libres para explorar lo que deseemos, y para unir los pensamientos y las emociones de toda una vida. Tengo ganas de tener 80 años.

Cuando me llegue la hora, espero poder morir en plena acción, como Francis Crick
Oliver Sacks es neurólogo y escritor. Entre sus obras destacan Los ojos de la mente, Despertares y El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Su último libro, Alucinaciones, lo publicará próximamente Anagrama.

© Oliver Sacks, 2013
Traducción de Eva Cruz
 

el dispensador anota al margen ► El mercurio o azogue o  es un elemento químico de número atómico 80. Su nombre y símbolo (Hg) procede de hidrargirio, término hoy ya en desuso, que a su vez procede del latín hydrargyrum y de hydrargyrus, que a su vez proviene del griegohydrargyros (hydros = agua y argyros = plata). El nombre de Mercurio se le dio en honor al dios romano del mismo nombre, que era el mensajero de los dioses, y debido a la movilidad del mercurio se le comparó con este dios.
Es un metal pesado plateado que a temperatura ambiente es un líquido inodoro. No es buen conductor del calor comparado con otros metales, aunque es buen conductor de la electricidad. Se alea fácilmente con muchos otros metales como el oro o la plataproduciendo amalgamas, pero no con el hierro. Es insoluble en agua y soluble en ácido nítrico. Cuando aumenta su temperatura-por encima del los 40 °C - produce vapores tóxicos y corrosivos, más pesados que el aire por lo cual este se evapora, creando miles de partículas en vapor ya que estas se enfrían caen al suelo. Es dañino por inhalacióningestión y contacto: se trata de un producto muy irritante para la pielojos y vías respiratorias. Es incompatible con el ácido nítrico concentrado, el acetileno, elamoníaco, el cloro y los metales.
El mercurio es un elemento anómalo en varias de sus propiedades. Es un metal noble, ya que su potencial redox Hg2+/Hg es positivo (+0,85 V), frente al negativo de Cd (-0,40 V), su vecino inmediato de grupo. Es un metal singular con algo de parecido al cadmio, pero es más semejante al oro y al talio. Es el único metal de transición líquido con una densidad tan elevada, 13,53 g/cm³; una columna de 76 cm define una atmósfera, mientras que con agua necesitamos 10m de altura. Su estado líquido en condiciones estándar nos indica que su enlace metálico es débil y se justifica por la poca participación de los electrones 6s² a la deslocalización electrónica en el sistema metálico (efectos relativistas).
Tiene la primera energía de ionización más alta de todos los metales por la misma razón anterior. Además el Hg2+ tiene muy baja entalpía de hidratación comparada con la del Zn2+ y Cd2+, con preferencia por la coordinación dos en los complejos de Hg (II), como el Au (I) isoelectrónico. Esto trae como consecuencia que los potenciales redox de aquellos sean negativos y el del mercurio sea noble (positivo). La poca reactividad del mercurio en procesos oxidativos hay que razonarla por los efectos relativistas sobre los electrones 6s² muy contraídos hacia el núcleo y por la fortaleza de su estructura electrónica de pseudogas noble. También es el único elemento del grupo que presenta el estado +I, en forma de especie dinuclear Hg22+, aunque la tendencia general a estabilizar los estados de oxidación bajos sea la contraria en los grupos de transición: formación de compuestos de Hg (I) con pares clusters Hg-Hg. Esta rica covalencia también la podemos ver en compuestos de Hg (II), donde tenemos muchos compuestos de Hg (II) que son volátiles como el HgCl2, sólido molecular con entidades Cl-Hg-Cl en sólido, vapor e incluso en disolución acuosa. Podemos destacar también la resistencia de amidas, imidas y organometálicos de mercurio a la hidrólisis y al oxígeno del ambiente, lo que nos indica gran fortaleza Hg-C. También el S y el P son átomos dadores adecuados: ligandos blandos efectivos para ácidos blandos como el Hg en estados de oxidación cero, I y II.
El estado de oxidación más alto del mercurio es el II debido a su configuración electrónica externa d10,y a que la suma de sus tres primeras energías de ionización es demasiado alta para que en condiciones estándar se generen estados de oxidación III o superiores. Sin embargo en el 2007 se ha descubierto que a bajísimas temperaturas, del orden de -260 °C (esto es la temperatura media del espacio), existe en estado de oxidación IV, pudiendo asociarse con cuatro átomos de flúor y obteniendo de tal modo ese grado de oxidación adicional, a esta forma se la denomina tetrafluoruro de mercurio (HgF4); la estructura es plano cuadrada, la de mayor estabilidad para una especie d8 procedente de un metal ''5d''. Este comportamiento es de esperar, ya que el mercurio tiene mayor expansión relativista de sus orbitales 5d con relación a sus homólogos del grupo 12, con lo que frente al flúor, el elemento más oxidante de la tabla periódica, puede en condiciones extremas generar enlaces covalentes. La posibilidad de sintetizar este fluoruro de mercurio, HgF4, fue predicha teóricamente en el 1994 de acuerdo a modelos antes indicados. Por la misma razón podemos considerar la posibilidad del estado de oxidación III para este metal, y efectivamente se ha aislado una especie compleja, en un medio especial y por oxidación electroquímica, donde tenemos el catión complejo,[Hg cyclam]3+; el cyclam es un ligando quelato que estabiliza al mercurio en este estado de oxidación raro (1,4,8,11-Tetraazaciclotetradecane= cyclam). Con todo esto, debemos concluir que el mercurio debe ser rescatado y ser incluido como metal de transición, ya que genera especies con orbitales d internos que están vacíos, por lo que tenemos energía favorable de estabilización por el campo de los ligandos, EECL.
Información general
Nombresímbolo,númeroMercurio, Hg, 80
Serie químicaMetales de transición
Grupoperíodo,bloque126d
Masa atómica200,59 u
Configuración electrónica
Completa: 1s²2s²2p63s²3p64s²3d104p65s² 4d10 5p66s²4f145d10
Abreviada: [ Xe] 4f14 5d10 6s²
Dureza Mohs1,5
Electrones pornivel2, 8, 18, 32, 18, 2 (imagen)
Propiedades atómicas
Radio medio150 pm
Electronegatividad2,00 (Pauling)
Radio atómico(calc)171 pm (Radio de Bohr)
Radio covalente149 pm
Radio de van der Waals155 pm
Estado(s) de oxidación4, 21 (levemente básico)
1.ª Energía de ionización1007,1 kJ/mol
2.ª Energía de ionización1810 kJ/mol
3.ª Energía de ionización3300 kJ/mol
Propiedades físicas
Estado ordinarioLíquido
Densidad13579,04 kg/m3
Punto de fusión234,32 K (-39 °C)
Punto de ebullición629,88 K (357 °C)
Entalpía de vaporización59,229 kJ/mol
Entalpía de fusión2,295 kJ/mol
Presión de vapor0,0002 Pa a 234 K
Varios
Estructura cristalinaRomboédrica
N° CAS7439-97-6
Calor específico140 J/(K·kg)
Conductividad térmica8,34 W/(K·m)
Velocidad del sonido1407 m/s a 293,15 K (20 °C)
Isótopos más estables
Artículo principal: Isótopos del mercurio
isoANPeriodoMDEdPD
MeV
194HgSintético444 aε0,040194Au
195HgSintético9,9 hε1,510195Au
196Hg0,15 %Estable con 116 neutrones
197HgSintético64,14 hε0,600197Au
198Hg9,97 %Estable con 118 neutrones
199Hg16,87 %Estable con 119 neutrones
200Hg23,1 %Estable con 120 neutrones
201Hg13,18 %Estable con 121 neutrones
202Hg29,86 %Estable con 122 neutrones
203HgSintético46,612 dβ0,492203Tl
204Hg6.87 %Estable con 124 neutrones
Valores en el SI y condiciones normales de presión y temperatura, salvo que se indique lo contrario.

el dispensador dice:
cada uno lleva su sello,
el que lo hace ser distinto,
indicando los motivos que lo han traído,
para los cuales fue elegido,
para transitar un único destino,
que deberá atravesar navegando,
según el genio que porte,
para separar la paja del trigo,
reconociendo la simetría,
del espejo en el que no se ha visto...

debe saber entonces,
que nadie envejece,
ni aún cuando se lo hayan dicho,
como tampoco se muere,
cuando el alma ya sea espíritu,
ya que todo está en tránsito,
siguiendo aquellos designios,
que lo llevaron a ser quien es,
luego de ser nacido...
luego del baño de madre...
luego de saberse respirando,
bajo la luz del tobogán por donde ha venido...

Mercurio era el mensajero,
el que podía llegar,
sin siquiera haber partido,
el que podía volver,
sin siquiera haberse ido,
el que podía permanecer,
sin siquiera ser visto,
el que podía evaporarse,
reconociéndolo sus testigos...
Mercurio no sólo es un sello,
sino un portal... 
por donde ingresan,
sólo los iniciados,
aquellos que fueron elegidos,
para atravesar dimensiones,
haciéndole creer al mundo humano,
que aquí llegaron por "nacidos".
SEPTIEMBRE 08, 2014.-

en la vida todo es cuestión de gracias...
donde el espíritu vibra... cada vez que es bendecido.

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