La escritura de los dioses
El reciente descubrimiento de las hachas de piedra en Zhejiang podría modificar la idea sobre una escritura china “primordial"
Las primeras manifestaciones conocidas de la escritura mesopotámica y la escritura griega coinciden en un hecho sorprendente y a la vez muy normal: se trata de textos de contabilidad vinculados al intercambio de diferentes mercancías. Da toda la impresión de que para la humanidad, al menos para la humanidad de la Edad de Bronce, llevar bien las cuentas era más urgente y necesario que dedicarse a la lírica. Hay quienes piensan que la escritura surgió del ámbito de lo sagrado, lo mistérico y la adivinación: las primeras manifestaciones de la escritura china indicaban ese camino, al menos hasta ahora, si bien el reciente descubrimiento de las hachas de piedra en Zhejiang, de unos cinco mil años de antigüedad, podría modificar la idea sobre una escritura china “primordial”, que resultaría ser mucho más antigua de lo que se creía hasta ahora. ¿Estaremos finalmente ante la escritura de los dioses? O mejor: ¿estaremos ante una forma de escritura originaria de la época en la que los dioses y los hombres formaban una única familia tan mitológica como real?
Los primeros expertos que han tenido acceso a las hachas de Zhejiang aseguran que uno de los signos inscritos en ellas se parece al carácter “hombre”, y tienen razón, pero ¿qué podemos deducir de ello? En el supuesto de que nos hallásemos ante una verdadera escritura, prefiero no pensar que las frases de las hachas están haciendo referencia a los hombres que murieron bajo sus filos. Se trataría una vez más de pura y simple contabilidad, la misma que la de las muescas en la culata. Es muy pronto para hablar, pero todo indica que los signos de las hachas de Zhejiang son formas primitivas de una modalidad de escritura cuya tosquedad deja más evidente su carácter pulsional, mágico, inmediato y lleno de temblorosa humanidad.
Los primeros expertos que han tenido acceso a las hachas de Zhejiang aseguran que uno de los signos inscritos en ellas se parece al carácter “hombre”, y tienen razón, pero ¿qué podemos deducir de ello? En el supuesto de que nos hallásemos ante una verdadera escritura, prefiero no pensar que las frases de las hachas están haciendo referencia a los hombres que murieron bajo sus filos. Se trataría una vez más de pura y simple contabilidad, la misma que la de las muescas en la culata. Es muy pronto para hablar, pero todo indica que los signos de las hachas de Zhejiang son formas primitivas de una modalidad de escritura cuya tosquedad deja más evidente su carácter pulsional, mágico, inmediato y lleno de temblorosa humanidad.
China halla posibles manuscritos de casi 5.000 años de antigüedad
Los expertos chinos afirman que los símbolos aún no pueden considerarse palabras
Las muescas se encuentran dispuestas en línea, como ocurre en la escritura china
De confirmarse, serían las muestras de lenguaje más longevas de China
La datación se acerca a la de los manuscritos mesopotámicos, los más antiguos del mundo
La escritura alcanza en China niveles de arte. El dominio de la caligrafía es motivo de orgullo y respeto, hasta el punto que es frecuente ver en los parques a gente trazando caracteres en el suelo con grandes pinceles impregnados de agua. Sus aficionados están de enhorabuena. Los arqueólogos chinos aseguran que han descubierto muestras de algunos de los escritos primitivos más antiguos del mundo. Las inscripciones se encuentran en fragmentos de dos hachas de piedra hallados en un yacimiento de la cultura Liangzhu en la provincia de Zhejiang, al sur de Shanghái. Se calcula que tienen unos 5.000 años, lo que supone 1.400 años más que los restos más antiguos de lengua china escrita conocidos hasta ahora, informa Associated Press.
Algunas de las marcas grabadas en las hachas de piedra se parecen a caracteres actuales. Los académicos chinos se muestran divididos sobre si representan palabras o algo más sencillo, pero creen que el descubrimiento arrojará nueva luz sobre los orígenes de la lengua y la cultura chinas. Las escrituras más antiguas del mundo se considera que proceden de Mesopotamia, hace más de 5.000 años.
Se desconoce cuándo se originó exactamente la escritura china, pero se cree que comenzó a principios del segundo milenio antes de Cristo (a.d.C.). Las inscripciones más tempranas conocidas contienen cada una entre 10 y 60 caracteres tallados en trozos de hueso o caparazón de tortuga, que eran utilizados como objetos oraculares. Datan de la dinastía Shang (1600-1029 a.d.C.), aunque, para entonces, ya formaban un sistema muy desarrollado, básicamente similar al de hoy día. Para el año 1400 a.d.C., la escritura china constaba de 2.500 a 3.000 caracteres, la mayoría de los cuales pueden ser leídos en la actualidad.
Las nuevas inscripciones han sido encontradas en más de 200 piezas arqueológicas extraídas del yacimiento neolítico de Liangzhu. Forman parte de un conjunto de miles de fragmentos de cerámica, piedra, jade, madera, marfil y hueso hallados en excavaciones en el lugar entre 2003 y 2006, según ha explicado el arqueólogo jefe, Xu Xinmin. El descubrimiento no ha sido revisado por expertos internacionales, pero investigadores chinos reunidos el fin de semana pasado en Zhejiang se mostraron de acuerdo en que las inscripciones no son suficientes para indicar la existencia ya entonces de un sistema de escritura desarrollado.
Aun así, Xu ha asegurado que ofrecen evidencia de palabras en dos trozos de hachas de piedra. Uno de los fragmentos tiene seis formas con apariencia de palabras en secuencia, lo que parece indicar que constituyen una frase. Tres de ellas se asemejan al carácter actual de ser humano. Cada forma tiene de dos a cinco trazos.
"Son diferentes de los símbolos que hemos visto en el pasado en objetos", ha explicado Xu, informa Associated Press. "Las formas y el hecho de que estén dispuestos como si fuera una frase indican que son la expresión de algún significado". Sin embargo, Liu Zhao, de la universidad Fudan, en Shanghái, ha advertido que no hay material suficiente para llegar a una conclusión.
China depara regularmente importantes descubrimientos arqueológicos, y el hallazgo de las inscripciones será seguramente fuente de estudio y debate en este país, que se enorgullece de su historia milenaria. De momento, los expertos han acordado calificar lo descubierto de escritura primitiva, un término vago para sugerir que las inscripciones de Liangzhu se encuentran en algún punto entre símbolos y palabras.
La creación de los primeros sistemas de escritura del mundo coincide aproximadamente con el principio de la Edad de Bronce, a finales del milenio 4 a.d.C. La escritura cuneiforme y los jeroglíficos egipcios son considerados los primeros sistemas de escritura. Se cree que los caracteres chinos se desarrollaron de forma independiente.
Al sur de la llanura mesopotámica, la actual Irak, entre los brazos del Tigris y el Éufrates, se alzaba Uruk, la primera gran urbe de la civilización. Tenía unos 40.000 habitantes y la sociedad compleja propia de la vida urbana. Y hace 5.000 años fue reinada por Gilgamesh, un monarca que alcanzó unas dimensiones míticas que se plasmaron en El poema de Gilgamesh, la epopeya escrita más antigua.
Esta balada épica la firmó el escriba Sin-leqi-unnini hace 3.500 años («Dios Sin, acepta mi plegaria»), y narra en tono legendario la historia del rey Gilgamesh en el tiempo mítico de los orígenes del mundo. Parte del relato detalla un plan de los dioses mesopotámicos para destruir el mundo con un gran diluvio, en un paralelismo sorprendente con la historia bíblica de Noé. El poema fue descubierto en 1853 por el experto en Asiria y oriundo de esta nación Hormuzd Rassam en unas tablillas cubiertas de escritura cuneiforme.
Sin embargo, los textos más antiguos de Uruk datan de hace más de 4.000 años. Se trata de unas 5000 tablas de arcilla en su mayor parte, aunque también se hallaron algunas de piedra, que poseen inscripciones cuneiformes detallando aspectos de la vida social de Uruk. La contabilidad de un negocio, instrucciones para criar el ganado o herramientas para el cálculo de superficies son algunas de las temáticas abordadas en estas tablillas, según detalla un estudio de Iselin Claire, del departamento de arqueología oriental del Louvre. Las piezas fueron descubiertas en 1920 en el emplazamiento de la ciudad.
Este 2013, CaixaForum Madrid expuso una colección de 400 piezas, entre las que se incluían textos mesopotámicos cuneiformes, en el marco de la muestra Antes del diluvio. Mesopotamia 3500-2100 a.C. que se pudo visitar del 27 de marzo al 30 de junio.
Algunas de las marcas grabadas en las hachas de piedra se parecen a caracteres actuales. Los académicos chinos se muestran divididos sobre si representan palabras o algo más sencillo, pero creen que el descubrimiento arrojará nueva luz sobre los orígenes de la lengua y la cultura chinas. Las escrituras más antiguas del mundo se considera que proceden de Mesopotamia, hace más de 5.000 años.
Se desconoce cuándo se originó exactamente la escritura china, pero se cree que comenzó a principios del segundo milenio antes de Cristo (a.d.C.). Las inscripciones más tempranas conocidas contienen cada una entre 10 y 60 caracteres tallados en trozos de hueso o caparazón de tortuga, que eran utilizados como objetos oraculares. Datan de la dinastía Shang (1600-1029 a.d.C.), aunque, para entonces, ya formaban un sistema muy desarrollado, básicamente similar al de hoy día. Para el año 1400 a.d.C., la escritura china constaba de 2.500 a 3.000 caracteres, la mayoría de los cuales pueden ser leídos en la actualidad.
Las nuevas inscripciones han sido encontradas en más de 200 piezas arqueológicas extraídas del yacimiento neolítico de Liangzhu. Forman parte de un conjunto de miles de fragmentos de cerámica, piedra, jade, madera, marfil y hueso hallados en excavaciones en el lugar entre 2003 y 2006, según ha explicado el arqueólogo jefe, Xu Xinmin. El descubrimiento no ha sido revisado por expertos internacionales, pero investigadores chinos reunidos el fin de semana pasado en Zhejiang se mostraron de acuerdo en que las inscripciones no son suficientes para indicar la existencia ya entonces de un sistema de escritura desarrollado.
Aun así, Xu ha asegurado que ofrecen evidencia de palabras en dos trozos de hachas de piedra. Uno de los fragmentos tiene seis formas con apariencia de palabras en secuencia, lo que parece indicar que constituyen una frase. Tres de ellas se asemejan al carácter actual de ser humano. Cada forma tiene de dos a cinco trazos.
"Son diferentes de los símbolos que hemos visto en el pasado en objetos", ha explicado Xu, informa Associated Press. "Las formas y el hecho de que estén dispuestos como si fuera una frase indican que son la expresión de algún significado". Sin embargo, Liu Zhao, de la universidad Fudan, en Shanghái, ha advertido que no hay material suficiente para llegar a una conclusión.
China depara regularmente importantes descubrimientos arqueológicos, y el hallazgo de las inscripciones será seguramente fuente de estudio y debate en este país, que se enorgullece de su historia milenaria. De momento, los expertos han acordado calificar lo descubierto de escritura primitiva, un término vago para sugerir que las inscripciones de Liangzhu se encuentran en algún punto entre símbolos y palabras.
La creación de los primeros sistemas de escritura del mundo coincide aproximadamente con el principio de la Edad de Bronce, a finales del milenio 4 a.d.C. La escritura cuneiforme y los jeroglíficos egipcios son considerados los primeros sistemas de escritura. Se cree que los caracteres chinos se desarrollaron de forma independiente.
Uruk, cuna de la palabra
Ángel Luis Sucasas
En China se discute aún si este nuevo yacimiento arqueológico supone el manuscrito más antiguo de esta nación. Pero el origen de la escritura apunta a Mesopotamia y una ciudad en concreto, Uruk, donde surgieron las primeras manifestaciones escritas hace más de 4.000 años. Al sur de la llanura mesopotámica, la actual Irak, entre los brazos del Tigris y el Éufrates, se alzaba Uruk, la primera gran urbe de la civilización. Tenía unos 40.000 habitantes y la sociedad compleja propia de la vida urbana. Y hace 5.000 años fue reinada por Gilgamesh, un monarca que alcanzó unas dimensiones míticas que se plasmaron en El poema de Gilgamesh, la epopeya escrita más antigua.
Esta balada épica la firmó el escriba Sin-leqi-unnini hace 3.500 años («Dios Sin, acepta mi plegaria»), y narra en tono legendario la historia del rey Gilgamesh en el tiempo mítico de los orígenes del mundo. Parte del relato detalla un plan de los dioses mesopotámicos para destruir el mundo con un gran diluvio, en un paralelismo sorprendente con la historia bíblica de Noé. El poema fue descubierto en 1853 por el experto en Asiria y oriundo de esta nación Hormuzd Rassam en unas tablillas cubiertas de escritura cuneiforme.
Sin embargo, los textos más antiguos de Uruk datan de hace más de 4.000 años. Se trata de unas 5000 tablas de arcilla en su mayor parte, aunque también se hallaron algunas de piedra, que poseen inscripciones cuneiformes detallando aspectos de la vida social de Uruk. La contabilidad de un negocio, instrucciones para criar el ganado o herramientas para el cálculo de superficies son algunas de las temáticas abordadas en estas tablillas, según detalla un estudio de Iselin Claire, del departamento de arqueología oriental del Louvre. Las piezas fueron descubiertas en 1920 en el emplazamiento de la ciudad.
Este 2013, CaixaForum Madrid expuso una colección de 400 piezas, entre las que se incluían textos mesopotámicos cuneiformes, en el marco de la muestra Antes del diluvio. Mesopotamia 3500-2100 a.C. que se pudo visitar del 27 de marzo al 30 de junio.
Del mito a la realidad
El hallazgo de Liangzhu puede corroborar las nuevas teorías sobre la escritura china
Pudo haber un largo proceso de integración de miles de caracteres independientes
Acostumbrados a explicar los mayores enigmas con un cuento chino, hace ya muchos siglos que los habitantes del Imperio del Centro atribuyeron el origen de su escritura a una especie de gigante cabezudo con cuatro ojos que irradiaban un brillo misterioso. El personaje, que recibió el nombre de Cang Jie, vivió durante la dinastía Xia, cuya existencia también es objeto de discusión entre los historiadores y a la que se atribuye haber reinado entre los siglos XXII al XVIII antes de Cristo.
La leyenda narra que Cang Jie se inspiró en imágenes del cielo y de la tierra para dar forma a los caracteres. De la bóveda de las estrellas, surgieron las curvas; de los ríos, los valles y las montañas, las líneas. Los diseños más complicados los halló en los caparazones de las tortugas, que luego sirvieron de soporte a la escritura, y en los plumajes y huellas de las aves en la arena.
Más allá del mito, el hallazgo de Liangzhu, en la provincia de Zhejiang (de la que procede prácticamente el 90% de los chinos que residen en España), puede corroborar las nuevas teorías de que la escritura china tiene su origen en un largo proceso de integración de miles de caracteres independientes de las distintas cuencas de civilización que surgieron en torno a los ríos Amarillo y Largo (Yangzé). Zhejiang se encuentra al sur del delta del río Largo, que los últimos estudios se inclinan por dar una mayor antigüedad a la cultura desarrollada en su cuenca.
el dispensador dice:
hubo un hombre antes del hombre,
hubo un espíritu observando,
antes que alguien se asome,
hubo un alma esperando,
antes que el tiempo brote,
nada comenzó,
según lo cree el hombre...
la idea estaba aguardando ser captada,
el pensamiento estaba allí,
mientras esperaba,
juntos ellos estaba la palabra,
cuando se pronunció,
se tejió la gracia,
y vivió el hombre según su idiosincrasia,
fue hacia adelante buscando su casa,
tanto avanzó que olvidó su raza,
hoy no sabe qué ocurre siquiera en su plaza,
tiene ojos pero no descubre qué pasa,
tiene oídos pero no escucha qué es lo que lo llama...
uruk queda lejos,
la escritura está en llamas,
nadie atiende lo que la estirpe mueve desde sus ramas...
el ayer pasó,
nadie descansa,
todo está lejos... ya no hay un mañana.
JULIO 14, 2013.-
La leyenda narra que Cang Jie se inspiró en imágenes del cielo y de la tierra para dar forma a los caracteres. De la bóveda de las estrellas, surgieron las curvas; de los ríos, los valles y las montañas, las líneas. Los diseños más complicados los halló en los caparazones de las tortugas, que luego sirvieron de soporte a la escritura, y en los plumajes y huellas de las aves en la arena.
Más allá del mito, el hallazgo de Liangzhu, en la provincia de Zhejiang (de la que procede prácticamente el 90% de los chinos que residen en España), puede corroborar las nuevas teorías de que la escritura china tiene su origen en un largo proceso de integración de miles de caracteres independientes de las distintas cuencas de civilización que surgieron en torno a los ríos Amarillo y Largo (Yangzé). Zhejiang se encuentra al sur del delta del río Largo, que los últimos estudios se inclinan por dar una mayor antigüedad a la cultura desarrollada en su cuenca.
el dispensador dice:
hubo un hombre antes del hombre,
hubo un espíritu observando,
antes que alguien se asome,
hubo un alma esperando,
antes que el tiempo brote,
nada comenzó,
según lo cree el hombre...
la idea estaba aguardando ser captada,
el pensamiento estaba allí,
mientras esperaba,
juntos ellos estaba la palabra,
cuando se pronunció,
se tejió la gracia,
y vivió el hombre según su idiosincrasia,
fue hacia adelante buscando su casa,
tanto avanzó que olvidó su raza,
hoy no sabe qué ocurre siquiera en su plaza,
tiene ojos pero no descubre qué pasa,
tiene oídos pero no escucha qué es lo que lo llama...
uruk queda lejos,
la escritura está en llamas,
nadie atiende lo que la estirpe mueve desde sus ramas...
el ayer pasó,
nadie descansa,
todo está lejos... ya no hay un mañana.
JULIO 14, 2013.-
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