domingo, 14 de julio de 2013

LUNA LLENA ► El autor de ‘Lobisón’ encuentra en la literatura española historias acumuladas | Cultura | EL PAÍS

El autor de ‘Lobisón’ encuentra en la literatura española historias acumuladas | Cultura | EL PAÍS

El autor de ‘Lobisón’ encuentra en la literatura española historias acumuladas

La novela es la primera dentellada de Ginés Sánchez en el panorama literario español


El escritor Ginés Sánchez. / David Rodriguez

Harto de no hallar a su enemigo político, Jean-Claude Duvalier se dirigió a un santero y éste le dijo que estaba escondido dentro de un perro negro. El sanguinario dictador haitiano llamó a sus sicarios e hizo pasar a cuchillo a todos los canes oscuros. Estaba eso y la leyenda del lobisón: todo séptimo hijo está endemoniado y por las noches acabará vagando como un perro por entre las sombras y los basureros. Con esos referentes y que “las cabezas están muy mal”, Ginés Sánchez (Murcia, 1967) ha encontrado “la chispa iniciática” de Lobisón (Tusquets), novela con la que ha dado su primera y notablemente intimidatoria dentellada en el panorama literario español.

Ejercía de abogado, lo dejé todo y estuve siete años fuera de España
Sánchez pudo haber escuchado estas historias cuando era camarero en las islas Eolias, cuando estaba en un programa de protección de tortugas marinas en Costa Rica o mientras no colocaba ni un lienzo como vendedor de cuadros puerta a puerta en Dublín. “Ejercía de abogado en Murcia pero me cansé y dije lo típico: ‘me voy un año por ahí’; luego resultaron ser siete”, dice de nuevo desde su ciudad natal. No le pasó ninguna muy gorda pero sí acumuló muchas de aquellas de ‘por poco podía haber pasado que’, bagaje que piensa que le ha beneficiado a la hora de ser un autor claramente tardío. “He leído libros de gente reciente y se nota que escriben de oídas, de que se lo han contado; es lo que decía Kipling en La luz que se apaga: no puedes pintar nada si no lo has visto todo o todo lo que puedas. El mero hecho de estar solo en otro continente ya te marca. Y una voz como la de Zacarías surge y se aprende de soledades, de que te pasen cosas escalofriantes, de ver y oír gente; si escribes de lo que sabes te va a salir; la documentación del barro siempre es mejor que la del libro”.

Zacarías es Zacarías Zárate, padre de Adrián, su séptimo hijo, adolescente autista del que pretende mejorar las prestaciones de su condición genética de Lobisón, que él mismo ha desarrollado poco. La leyenda está por toda América Latina, al parecer procedente de Rusia, y también en el norte de España. Una historia de tradición más oral que escrita del folclore español, que parece que ha impactado, con otros personajes y mitologías, a otros debutantes recientes como Dolores Redondo (El guardián invisible) y David Monteagudo (Brañaganda), entre otros.

“Hablar de corrientes me parecería precipitado pero es evidente que hoy se da cierta soltura al abordar esos temas que hace 20 años hubiera sido impensable; se ha producido cierta liberación para retomar sin complejos el gusto por contar historias que las letras españolas habían perdido: interesaba más el tránsito del alma, mientras las historias se quedaban en un segundo plano; la gente joven quiere contar historias y ahí encaja sin complejos la reivindicación de nuestros mitos”. El acceso a más información (Internet) favorece, en opinión de Sánchez, ese filón, que de alguna manera “ayuda a recolocar tus historias porque cuando te pones con una al poco te das cuenta de que ya estaba escrita”


el dispensador dice:
había Luna llena,
lobos sueltos,
había almas dispersas,
los aullidos eran de los muertos...

la Luna llena dominaba los cielos,
los mares estaban vacíos,
en las orillas no había puertos,
no había esperanzas sembradas en los huertos...

nadie navegaba,
había silencios,
todo estaba en calma,
como distancias en un desierto...

la Luna llena determinaba un tiempo,
se expresaban las vanidades, orgullos inciertos,
las inocencias huían a esconder sus alientos,
las soberbias se dedicaban a cultivar desprecios...

la Luna llena iluminaba senderos,
los espíritus vacíos ganaban terrenos,
en el horizonte temblaban los cielos,
indicaban tormenta y refucilos señuelos...

se ocultó la Luna,
ya no hubo tiempo,
los lobos se han ido,
los inocentes están volviendo...
he decidido quedarme con ellos,
ya no hay Luna,
lo que vence es el tiempo.
JULIO 14, 2013.-

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