viernes, 19 de julio de 2013

TOTEM ► Relicario laico - 19.07.2013 - lanacion.com  

Relicario laico - 19.07.2013 - lanacion.com  


Poesía

Relicario laico

En Elegía Joseph Cornell, María Negroni rinde un inusual homenaje poético a la vida y la obra del artista estadounidense
Por   | Para LA NACION

Toda vida está hecha de acontecimientos y dilaciones, de nimiedades y sucesos, días de diamante o días de detritus. Pero hay biografías cuyo relato, por breve que sea, es poético, pues se torna un emblema. La vida y el arte de Joseph Cornell (Nueva York, 1903-1972) fascinaron a la poeta María Negroni "con la fuerza de una idea fija". Escribió sobre él en Museo Negro (1999), tradujo el texto de Charles Simic que le dedicó (Totemismo y otros poemas, 2000) y lo incluyó en ese libro originalísimo, Pequeño mundo ilustrado (2012), que remeda el arte recolector de pasiones privadas de su maestro: el catálogo ansioso como poesía de la infancia recobrada, el fragmento como ruina atesorada del tiempo. Elegía Joseph Cornell es el definitivo homenaje, la glosa de su arte imposible y también un autorretrato sesgado, un diario de lírica intimidad -como sugirió David Oubiña- por "interpósita persona".

Joseph Cornell era un hombre un poco irreal y anacrónico e intensamente moderno: vivió siempre en Queens en una calle cuyo nombre parece inventado -Utopia Parkway-, junto con su madre y un hermano parapléjico; nunca se casó pero tuvo un vínculo amoroso y asexual con la artista Yayoi Kusama; fue amigo de Marcel Duchamp y de Susan Sontag, de Mark Rothko y de Tennessee Williams. Aquella especie de recluso, que no sabía dibujar, recorría las calles de Manhattan como un ladrón subrepticio que colecciona cosas perdidas o en desuso. Y componía con los objetos encontrados -esferas y frasquitos, mapas y plumas, cubos y ramas, copas y mariposas y estampillas- verdaderos poemas visuales, hechos de geometría y de magia, al combinarlos en el interior de pequeñas cajas de madera, a menudo cubiertas por un vidrio. Negroni llamó a esas famosas cajas "relicarios laicos", "juguetes para adultos", "hoteles líricos", "cementerios hermosos donde quedarse a vivir". El duelo de lo perdido se volvía la busca de un repentino paraíso que eterniza la circunstancia: la felicidad plena -apuntó el artista- sería "sumergirse de inmediato en un mundo en el cual cada trivialidad llegase a estar dotada de sentido". Así suele el niño vivir el tiempo en el juego.

Cornell, que tampoco sabía ni quería filmar, aplicó ese mismo método constructivo a sus cortos: reunió una colección de viejos films que fragmentaba y combinaba, o utilizó escenas que otros filmaban para él, pulverizando todo relato y creando una serie de imágenes cuyo montaje creaba a la vez un efecto hipnótico y melancólico. Entre todos los fotogramas de esos cortometrajes hubo uno, en el final de Children's Trilogy, que hizo abismar la mirada alerta de Negroni: una niña rubia y absorta, que pasa montada sobre un caballo blanco, desnuda y con el pelo que la cubre como una diminuta Lady Godiva, sobre un fondo de estrellas artificiales. La poeta compuso un texto del todo personal con ese material esquivo y ajeno: los monólogos líricos de aquella infanta Godiva cuya inocencia pervierte la mirada; los apuntes febriles de una biografía mínima de Cornell; el registro de los discos dejados al morir, de su biblioteca secreta, de sus gustos fugaces, de versos de los poetas que lo admiraron; la descripción insomne de varios films-collage. Un texto cuyo diseño no omite poemas caligramáticos, juegos con la tipografía y los blancos de la página, o la caligrafía y los dibujos ínfimos de María Negroni, como arrancados de un cuaderno escolar.

Elegía Joseph Cornell no es un libro de poemas convencional, sino algo más similar a su objeto de amor: una miniatura poética de escrupulosa exquisitez, que entiende la poesía como regreso a la vida en la fragmentada ausencia de una persona fantasmal o de una niña que se pasea por el lenguaje en su caballo blanco bajo un cielo de signos.

errores conceptuales ►
Un tótem es un objeto, ser o animal natural que en las mitologías de algunas culturas se toma como emblema de la tribu o del individuo, y puede incluir una diversidad de atributos y significados.
En el totemismo, el tótem se entiende también como el principio u origen de un determinado grupo humano (clan), que se cree descendiente de ese tótem -- animal, vegetal u objeto inanimado--. En este sentido, aunque el término proviene de la cultura Ojibwa, originaria de América del Norte, el totemismo puede observarse a lo largo de la evolución de las sociedades humanas en otros continentes y eras.


el dispensador dice:
TÓTEM,
escala espiritual,
que identifica los valores insignia,
de cada cultura,
dónde está la esencia,
que une los extremos,
entre las huellas presentes,
y las que han precedido,
dónde comienza la estirpe,
dónde el linaje ha nacido,
quién dio el primer paso,
cuál fue su sacrificio,
dónde derramó el sudor de su frente,
cómo fue aquello del primer latido,
quién fue su madre,
que lo parió dándole sentido,
revelando su amor... haciéndolo querido...
colocándole plumas,
colgantes caninos,
estandartes de cuernos,
de alces o renos perdidos...
cada quién trae su signo,
expresado en el momento de verse nacido,
si entiendes de escalas,
comprenderás lo dicho,
el Tótem te lleva... al original sentido,
revelándote el hecho,
que fue tu motivo...
¿de dónde vienes,
¿para qué has venido?,
justo y necesario,
es hallar el sentido...
el Tótem te conecta,
con lo que te ha traído...
¿de dónde vienes,
¿para qué has venido?,
¿dime quién eres,
por fuera de lo concedido?,
¿traes un unicornio,
en tu seno escondido?,
reconoce tu signo,
o te habrás perdido.
JULIO 19, 2013.-

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