Ciencia
La Voyager 1 se adentra en la última frontera
Día 27/06/2013 - 20.15h
Tres investigaciones distintas confirman en Science que la nave, el artefacto humano que ha llegado más lejos, atraviesa una región desconocida en el borde del Sistema Solar
La nave espacial Voyager 1, lanzada al espacio por la NASA hace más de 35 años, se ha adentrado en una región desconocida del Sistema Solar, en el límite del espacio interestelar, según confirman tres investigaciones independientes publicadas esta semana en la revista Science. Esta región inesperada de la heliosfera, la burbuja de partículas cargadas que emite el Sol en todas direcciones y envuelve nuestro sistema planetario, puede ser la última frontera que le quede a la sonda por cruzar para volar por fin hacia las estrellas.
La Voyager 1, el artefacto humano que ha llegado más lejos, se movió hacia una región turbulenta de la heliosfera, conocida como heliofunda, en 2004. Desde entonces, los astrónomos esperaban ansiosamente la ocasión en que entrara en el espacio abierto, un hito que, cuando se produzca, será señalado en los libros de historia. Pero no ha ocurrido así, de momento. La Voyager 1 parece haberse desviado a través de una frontera previamente no identificada de esa gran burbuja protectora, en una sección que los investigadores han bautizado como «región de agotamiento de la heliofunda». Por allí la sonda se ha paseado hasta en cinco ocasiones distintas en el último año.
Los investigadores han llegado a esta conclusión tras realizar varias lecturas y mediciones tomadas por la nave. El equipo de Leonard Burlaga, del centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, comprobó que cada vez que la Voyager 1 entraba en ese territorio inexplorado, la fuerza del campo magnético de la heliosfera aumentaba abruptamente, mientras que el número de partículas cargadas caía con fuerza.
Otro equipo de investigación, dirigido por Stamatios Krimigis, del laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, informa de la existencia de un aumento repentino de los rayos cósmicos que vienen del espacio abierto junto con una notable disminución de las partículas del Sol. El tercer grupo, encabezado por Edward Stone, del Instituto Tecnológico de California, también observó que los iones de baja energía de la heliosfera se desvanecían repentinamente y eran reemplazados por una entrada de rayos cósmicos cuando la Voyager 1 se aventuraba en la nueva zona, aunque precisan que las lecturas del campo magnético de la nave indicaban que esta ha permanecido en todo momento dentro de la burbuja invisible del Sistema Solar. Tomados en su conjunto, estos hallazgos sugieren que esta nueva región desconocida podría ser parte de una zona de contacto más grande entre la heliosfera y el resto del espacio cósmico.
Hasta 2025
La Voyager 1 fue lanzada en septiembre de 1977 pocos días después de que lo hiciera su gemela, la Voyager 2, ambas con la misión de explorar el Sistema Solar. La primera se desplaza a 17 km por segundo y sus datos tardan más de 16 horas en llegar a la Tierra. La segunda se encuentra ahora a más de 15.000 millones de km del Sol. Entre las dos han «visitado» Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, y 48 de sus satélites. Sus baterías de plutonio están diseñadas para funcionar hasta 2025, momento en que dejarán de enviar datos a nuestro planeta. Ambas llevan una grabación en un disco de cobre con sonidos e imágenes de la vida y la cultura terrestres seleccionados por un comité de expertos presidido por el científico Carl Sagan.
el dispensador dice: está lejos el Voyager de cruzar la última frontera de algo, porque la última frontera es aquella que contiene a las esencias del espíritu... así como cada alma tiene la propia. El hombre desconoce dónde está la frontera del sistema Solar... estima que está en los confines del espacio cercano, pero su estimación es tan imprudente como su aseveración... ya que su pretensión es llegar a dicha frontera con la razón, con sus sentidos, algo que se estrella contra la propia creación, y hasta con su propia alma. El hombre va corriendo sus propias murallas según creer avanzar o interpretar los conocimientos, adaptando los resultados a razones que no existen en el espacio sideral. El hecho de que un artefacto fabricado por el hombre viaje por el espacio no significa en sí mismo un avance, tampoco un adelanto, quizás sí una intromisión, porque el mismo hombre desconoce a quien molesta o puede molestar con sus conductas aventureras, ya que por su soberbia parte de la premisa que "si no se ve, no existe". Dicho error forma parte del inconsciente colectivo de esta civilización utilitaria, que quiere sacar jugo a cualquier cosa que se le cruce en el camino... el hombre debe saber que más allá de su razón, hay otra distinta tan válida como la que esgrime... con semejantes derechos y superiores conocimientos, que sustentan en los equilibrios, en los valores y en las éticas, algo que el hombre comenzó a quebrar según sus conveniencias, sus intereses, y sus apuros. La creación ha provisto al hombre de suficientes capacidades como para viajar por el espacio a lo largo de su tránsito por los tiempos respirables, sin otra necesidad que la de desprenderse de su cuerpo, integrarse a la luz que lo trae como alma y lo deposita en un gen único, sumatoria de aportes de madre y padre... para luego ir donde desee... sin embargo, por su soberbia, insiste en gastar miles de millones de dólares en construir herramientas esencialmente pobres, con la misma finalidad... poniendo en tela de juicio los equilibrios químicos de su propia casa, de su propio suelo, de su propia Tierra... golpeando una frontera que, de romperse, convertirá el futuro humano en una entelequia. JULIO 01, 2013.-
La TIERRA no tiene fronteras,
ellas están en el alma del hombre...
El espacio no tiene fronteras,
ellas permanecen en los sentidos del hombre...
El universo,
fue creado sin fronteras,
sin banderas,
como un acto de libertad,
ejercido al pronunciarse el VERBO,
por ello,
durante su vigencia eterna,
nadie efímero es propietario de nada,
ni siquiera de su tiempo...
el dispensador dice: está lejos el Voyager de cruzar la última frontera de algo, porque la última frontera es aquella que contiene a las esencias del espíritu... así como cada alma tiene la propia. El hombre desconoce dónde está la frontera del sistema Solar... estima que está en los confines del espacio cercano, pero su estimación es tan imprudente como su aseveración... ya que su pretensión es llegar a dicha frontera con la razón, con sus sentidos, algo que se estrella contra la propia creación, y hasta con su propia alma. El hombre va corriendo sus propias murallas según creer avanzar o interpretar los conocimientos, adaptando los resultados a razones que no existen en el espacio sideral. El hecho de que un artefacto fabricado por el hombre viaje por el espacio no significa en sí mismo un avance, tampoco un adelanto, quizás sí una intromisión, porque el mismo hombre desconoce a quien molesta o puede molestar con sus conductas aventureras, ya que por su soberbia parte de la premisa que "si no se ve, no existe". Dicho error forma parte del inconsciente colectivo de esta civilización utilitaria, que quiere sacar jugo a cualquier cosa que se le cruce en el camino... el hombre debe saber que más allá de su razón, hay otra distinta tan válida como la que esgrime... con semejantes derechos y superiores conocimientos, que sustentan en los equilibrios, en los valores y en las éticas, algo que el hombre comenzó a quebrar según sus conveniencias, sus intereses, y sus apuros. La creación ha provisto al hombre de suficientes capacidades como para viajar por el espacio a lo largo de su tránsito por los tiempos respirables, sin otra necesidad que la de desprenderse de su cuerpo, integrarse a la luz que lo trae como alma y lo deposita en un gen único, sumatoria de aportes de madre y padre... para luego ir donde desee... sin embargo, por su soberbia, insiste en gastar miles de millones de dólares en construir herramientas esencialmente pobres, con la misma finalidad... poniendo en tela de juicio los equilibrios químicos de su propia casa, de su propio suelo, de su propia Tierra... golpeando una frontera que, de romperse, convertirá el futuro humano en una entelequia. JULIO 01, 2013.-
La TIERRA no tiene fronteras,
ellas están en el alma del hombre...
El espacio no tiene fronteras,
ellas permanecen en los sentidos del hombre...
El universo,
fue creado sin fronteras,
sin banderas,
como un acto de libertad,
ejercido al pronunciarse el VERBO,
por ello,
durante su vigencia eterna,
nadie efímero es propietario de nada,
ni siquiera de su tiempo...
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