viernes, 12 de julio de 2013

MICAS ▲ «Lo que más me gusta de mi trabajo es que no sé hacerlo» - ABC.es

«Lo que más me gusta de mi trabajo es que no sé hacerlo» - ABC.es

Libros / entrevista

«Lo que más me gusta de mi trabajo es que no sé hacerlo»

Día 11/07/2013 - 16.52h
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Paloma Bravo presenta «La piel de Mica», una novela de superación frente al paro y a un sistema de valores caduco

La primera vez que Paloma Bravotuvo un empleo que le gustaba, su jefe le preguntó: «¿A ti qué te gusta de trabajar?» Y ella respondió: «Que no sé hacerlo». Disfrutaba de «tener que pedir ayuda, preguntar, consultar, hacer», y lo sigue haciendo. Por eso se ha atrevido con «La piel de Mica», una novela sobre el crecimiento personal que en octubre se representará como monólogo en el Off-Broadway de Nueva York, con la producción de Ana Asensio.

Como Mica, con la que comparte «ese carácter un poquito demasiado peleón», Paloma Bravo es periodista, y conoce a mucha gente. Pero su deformación profesional de darles su número de móvil convierte a su «jefe, un pretendiente o el fontanero» en hipotéticos «invitados» a entrar en su casa a cualquier hora.
La solución se la da su protagonista: endurecer la piel. Lejos del tratamiento estético, la metáfora persigue el reto del siglo XXI: conciliar el trabajo con la vida personal. Un reto que exige «una autodisciplina muy difícil. Porque ningún jefe te va a enseñar a desconectar. Porque no hay cursos».

La vida, escuela de Mica, la pone a prueba con cada empleo mal pagado, cada novio y cada jefe. Sólo recurre a un máster cuando, superada la treintena, se ve con carrera e idiomas y sin trabajo. Por eso, mientras narra en forma de currículum los logros y fracasos de una juventud precipitada, acude a ese sitio perfecto cuando «se te han agotado los demás y te lo puedes pagar».

Pero el curriculum de Mica no es una carta de presentación convencional, sino «una forma de contarse a sí misma, pero contarse de verdad». Un «espejo necesario para conocerse». Porque, según Bravo, «todos somos una suma entre lo que somos y lo que queremos ser», y si no nos miramos al espejo no sabremos «salir de ciertas situaciones».
Dado que tenemos «más margen de maniobra para elegir nuestra forma de vida que nuestro trabajo», «situaciones» como el paro o la insatisfacción laboral parten, según Bravo, de la «mediocridad» y la «inercia conservadora». Dos fenómenos que cobijan el miedo al fracaso y al triunfo, este último «muy peligroso», pues refleja el temor del trabajador a recibir «un zarpazo» por cambiar «el statu quo». La respuesta pasa, según ella, por «responsabilizarse» y dejar de «depender de los jefes».

Las deformidades del poder, que según la autora «lleva demasiado tiempo mandando de la misma manera» y sin «pisar el metro», perjudican a las mujeres, que pueden «ser», pero no «estar» en casa y en el trabajo. De ahí que Bravo, para quien ser hombre es «un chollo», proteste porque la sociedad «nos traslada la maternidad con mística. Está muy bien, —dice—, pero es mucho más enriquecedor ser persona en todos los sentidos».

Las diferencias entre hombres y mujeres violentan el libro con el acoso sexual que Mica sufre de su jefe. Una situación extrema que la autora ha «visto» durante su carrera, y que justifica su última denuncia: «Hay muchísimo que avanzar en el trato a las mujeres en el trabajo. El acoso te mata, te anula». 



el dispensador dice: 
en la vida pasas por distintas etapas,
cuando joven afrontas la falta de experiencia,
donde dar un solo paso se transforma en ciencia,
pero luego de muchos golpes,
otras tantas caídas,
integraciones y expulsiones,
inclusiones y exclusiones,

alcanzas un estadio donde...
pueden hablarte,
evitando mirarte a los ojos,
para luego aseverar... 
que lo que te sobra es curriculum,
motivo por el cual,
nadie te considerará... 

la soberbia esconde los peores miedos...

cuando pequeño,
me deslumbraban las micas,
podía estar horas intentando descifrar sus capacidades,
conducción, aislamiento, conexión, bloqueo,
extrañas funciones de la alquimia creacional,
todo funciona... no siempre igual...
lo cual me permitió,
no sin dolores mediante,
ir reconociendo que los espíritus humanos,
justamente funcionan como ellas, las micas...
a veces conducen,
a veces aislan,
a veces conectan,
a veces bloquean...
sin embargo existen alguna diferencias...
las micas no mienten,
las micas no traicionan,
las micas no disimulan,
tampoco se burlan,
pero exponen a la naturaleza,
capacidades físicas y químicas,
que el hombre en sus soberbias,
aún desconoce... 

la piel de mica es algo real,
puede atraer,
puede conducir,
puede repeler,
hasta puede tornarse invisible...
propiedades que,
conjugadas con el aura,
habilitan a hacer artilugios,
bien conocidos por los alquimistas,
aquellos de los plomos, los oros,
los destilados que conducen hacia antiguos tesoros,
los cristales, los vidrios,
las sales que confieren ciertos sentidos...

con los años ganados,
y mucho más con los perdidos,
la piel de mica,
me permitió estar sin estar,
viajar sin moverme,
trasladarme permaneciendo estático,
y hasta colarme en otros sueños,
interviniendo en ciertos recuerdos,
modificando las locuras,
e instalándolas en los "cuerdos",
los que inmediatamente aseguraban,
ser autores de hechos... que jamás habían "hecho"...

podría decirse,
que la piel de mica,
neutraliza los acosos,
evapora los abusos,
y licúa los desprecios...
porque te impulsan a seguir andando,
no atenderlos,
no darles importancia,
permitiéndoles convivir consigo mismos,
esto es con sus miserias...
hoy,
puedo asegurarte,
que ello te permite,
ver cómo el propio tiempo,
termina devorando a las segundas intenciones,
que vienen disfrazadas entre palabras bellas,
gestos armónicos,
y miradas compradoras...
y uno aprende,
finalmente aprende,
que el único compromiso que "prende",
es aquel que tienes contigo mismo,
con tu ángel de la guarda,
con tu consciencia hecha voz,
con tu espíritu en el estadio denso, previo a la luz...

aprendes a estar,
mientras debes estar...
aprendes a irte,
cuando sólo pretenden herirte...
y hasta aprendes a hacerte invisible,
para poder ver aquello que no creiste,
para poder oir aquello que no atendiste,
ya que las miserias humanas,
emiten señales... que descubren quién te viste.
JULIO 12, 2013.- 

dicho sea de paso, tengo en mi jardín unas quinientas micas... que me protegen del canibalismo reinante. 
 

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