martes, 15 de octubre de 2013

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Dos dibujantes ante la violencia | Cultura | EL PAÍS

Dos dibujantes ante la violencia

Baudoin y Troubs retratan en ‘El sabor de la tierra’ el conflicto colombiano

En 2010 viajaron a Ciudad Juárez, donde intercambiaban un dibujo por un sueño


Troubs, a la izquierda, y Baudoin, en plena faena.

Entre Ciudad Juárez y el Caquetá colombiano hay todas las diferencias que puede haber entre el desierto y la selva. Baudoin y Troubs, dibujantes franceses y trotamundos empedernidos, saben ahora que esos paisajes distantes cuentan con un nexo común, construido artificialmente a fuerza de violencia en décadas que se alargan sin fin. “Estamos frente al mismo sentimiento de fatalidad y de impotencia. Es la misma guerra que no dice su nombre, la del control de la cocaína”, explica por correo electrónico Jean-Marc Troubet (Pessac, Francia, 1969), el más joven del dúo (Baudoin nació en Niza en 1942). En octubre de 2010 ambos creadores llegaron a Ciudad Juárez (México) con la intención de contar la vida de un lugar donde los asesinatos y desapariciones de mujeres son rutinarios. De su experiencia salió Viva la vida (Astiberri), un cómic en blanco y negro donde se alternan páginas de uno y otro (que se identificaban con una tortuga o una cabra) sin que la diferencia de trazo perturbe el conjunto. Ofrecían un retrato a cambio de un sueño. “Rara vez se nos daba una pesadilla como respuesta”, recuerda Troubs. Allí, donde las vidas tienen corto recorrido, la gente decía: “Quiero pintar”. “Que mi familia esté a salvo”. “Pasear sin tener miedo”. “Terminar de aceptarme como soy”. “Llegar a vieja”.


Páginas de 'El sabor de la tierra'.

A comienzos de 2013 repitieron la experiencia en Colombia, invitados por dos universitarios, Alejandra y Julián, que les acompañaron hasta el Caquetá, una región cercana al Amazonas, para que entrevistasen a campesinos. A cambio del dibujo pedían un recuerdo. Y comprobaron que mientras que soñar es una inversión optimista incluso en pleno desmoronamiento de la realidad, recordar era un acto lastrado por el pesimismo. “Hemos recibido muchos malos recuerdos y pocos buenos, pero aún así no creo que uno de los dos libros sea más alegre que el otro”, sostiene Troubs.

Cierto. Son desoladores y vitalistas por igual. Los colombianos de El sabor de la tierra, que acaba de publicar Astiberri, cargan con historias tenebrosas de propietarias obligadas a compartir su granja durante años con el ejército o de jóvenes que se rebelan contra la tradición familiar de ingresar en la guerrilla. Y peores, como la experiencia de noviembre de 2002 del profesor Alveiro, que asistió a un combate entre unos y otros, que culminó con el ametrallamiento de la escuela por un helicóptero del Ejército: “Nos obligaron a tumbarnos a la espalda, nos dieron patadas a padres, a los niños, a todos”.

Los dibujantes llegaron a entrevistar a una guerrillera de las FARC. Un encuentro que llevó a Troubs a interrogarse si se hubiera unido a ellos “si hubiera sido uno de esos jóvenes campesinos colombianos de los pueblos de los alrededores”. “Creo que sí”, responde, “pero es imposible saberlo con certeza”.

La novela gráfica, que repite el blanco y negro, mezcla el periodismo, el diario de viajes y la autobiografía. ¿Habrá nuevas entregas a lugares en conflicto? “Por supuesto, estamos dispuestos a irnos, pero no queremos convertir ese tipo de reportaje en un sistema que se pueda reproducir al infinito”.


el dispensador dice:
hay momentos en que el aire se cierra,
hay momentos en que el tiempo se torna insípido,
hay momentos en que la tierra pierde su sabor,
hay momentos en que todo se torna agrio,
cuando la violencia avanza,
todo se vuelve amargo,
perdiéndose los sentidos,
que dan forma a la gracia... que expresa cada vida...

de pronto la tierra se vuelve ausente,
aún estando,
los vacíos se hacen presentes,
dominando los miedos que residen en las mentes,
imponiendo los silencios,
que denigran a las gentes...

América Latina, desde México hasta Tierra del Fuego, ha sido invadida por el lado oscuro... ello no es una casualidad, sino una causalidad que responde a peores intereses que antes cambiaban democracias por dictaduras, introduciendo terrorismos que licuaban la sensatez y el sentido común, cambiando espacios por recursos, pero que al evolucionar en sus propiedades, necesitan instalar la degradación humana como eje de la convivencia en subsistencia, sustentándose en los miedos inducidos en las personas, esto es inseguridad que somete, una forma de atropellar y conducir a las sociedades hacia su auto destrucción, ahogándolas en alcohol, o drogas que resulten en una dominación permanente, coincidentes con una marginación inducida por y desde la ausencia de los estados. Dicha visión, ha ido creciendo de manera progresiva desde los años noventa para aquí, imponiéndose en todos los paisajes de las américas, haciendo de las infamias un "acto de justicia", hecho que descalifica a las víctimas en favor de victimarios y oportunistas. Tal vez, sólo tal vez, el peor de los ejemplos instalados en América Latina es el que se expresa en Colombia y México... pero indudablemente, el modelo está instalado en toda el ámbito de las américas, apelando a variables que se ajustan a los intereses y sus demandas. Mientras esta realidad avanza, estados ausentes mediante, la violencia se está transformando en un mecanismo de dominación, que se extiende desde las familias hasta las organizaciones de cualquier índole y factor, licuando los hechos culturales genuinos que son reemplazados por mediatismos que responden a aquellas dichas conveniencias que se vinculan con la degradación sistemática de los valores humanos. Donde no hay valores, no hay cultura... y donde no hay cultura, se facilita el acceso de los mediocres y el imperio de las miserias humanas que conllevan... algo que degrada de manera letal a sociedades humanas nutridas por las simplezas de la tierra.

Los pueblos generan sus propios anticuerpos culturales... uno de ellos se traduce en la literatura del cómic, un estilo no menor, de alto contenido residual, nutritivo indeleble y de alto impacto social, que va acumulando hechos que testimonian los dolores y los daños ocasionados a las personas que carecen de voz ante el poder ausente... otro de ellos se traduce en los graffitis y el arte urbano... así como también nutren pentagramas donde la denuncia se hace letra y nota... generando un sentimiento de resistencia que crece como una ecuación que invierte el factorial inducido por las concepciones del lado oscuro, siempre deficientes a partir de sus propias urgencias y miserias consecuentes. América Latina sabe mucho de esto, porque viene generando anticuerpos desde los tiempos del mentido descubrimiento y de la peor conquista colonial... lo cual habilita a pensar que toda recuperación es posible.

La estrategia de dividir para reinar ha dado siempre resultados de corto plazo... y la estrategia de degradar culturalmente para dominar a los pueblos humildes, siempre resulta en una afirmación de las convicciones culturales que toman entidad a medida que transcurren las generaciones que acuden a sus fuentes... para sostener vivas sus respectivas memorias...

La tierra, el suelo... habla mediante sus sabores... y ellos cruzan placentas y barreras hemato-encefálicas, asegurando que todo aquello que fue... permanezca ante el mañana necesario.

La política divide a las gentes... la política necesita de los miedos para imponer sus antojos y sus desidias... los amigos del poder necesitan derruir la cultura social para alcanzar sus perversos objetivos afines a la dominación y el sometimiento, sea mediante la ignorancia, sea mediante las violencias... dicha sociedad entre estados ausentes, políticos cínicos y amigos del poder perversos, establece una conjunción que devora a las sociedades humanas, consumiéndolas lentamente, induciéndoles un permanente estado de confusión, que alienta ya no sólo las divisiones sino las reacciones que quiebran el sentido común y el respeto por el prójimo... luego de ello, no queda nada más que conflictos y enfrentamientos que se hacen rutinarios, aceptados por el conjunto como algo habitual, cuando en verdad está carcomiendo a las personas, a las familias, a los grupos, a los equipos, a la tribu como eje social, hasta no dejar nada en pié... detrás, la cultura se transforma en una excusa política, y en recuerdo social que produce nostalgias, pero no más que eso.

Por ello:
- contribuye en mantener en alto el sabor de la tierra.
- contribuye en mantener en alto el valor de la tierra, los aires, las aguas y los fuegos, como un derecho humano inalienable.
- contribuye en mantener vivas las fragancias de la selva y las praderas, tanto al amanecer como al atardecer.
- contribuye a sostener en el alto el honrar la vida, para lo cual deberás honrar a tu prójimo.
- no permitas que te invadan los miedos.
- no permitas que te cerquen las dudas.
- no permitas que los conflictos dominen a tu comunidad, mucho menos a tu alma.
- no permitas que los débiles de espíritu y carentes de convicciones se encaramen por sobre la altura de los altares.
- mantén viva la cultura... porque ella se encargará de mantener a salvo al espíritu de tu comunidad, de tu tribu, de tus hijos.
OCTUBRE 16, 2013.-

este mundo está dominado por demonios con forma humana... pero este mundo no les pertenece... por ende no puedes salvarte si les entregas tu alma... resiste, sostiene en alto tus convicciones, y honra la gracia de tu vida. Dale sabor a los insípidos.

 

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