sábado, 12 de octubre de 2013

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Los árboles envían señales de auxilio a las aves cuando los insectos les atacan - ABC.es

Los árboles envían señales de auxilio a las aves cuando los insectos les atacan
Día 10/10/2013 - 23.24h

Una investigación de la Estación Experimental de Zonas Áridas ha demostrado por primera vez que un ave, el carbonero común, huele cuándo un árbol está infestado por orugas

Investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) y del Centro de Ecología Terrestre (NIOO) de los Paises Bajos han descubierto que las aves que se alimentan de insectos se sienten atraídas por los árboles infectados por orugas de mariposa (lepidópteras) y el mecanismo responsable de este comportamiento.
 
«Ante el ataque de las orugas, las plantas desarrollan una respuesta de defensa que incluye la liberación de compuestos volátiles que las aves depredadoras usan para encontrar a sus presas», declara a SINC Luisa Amo de Paz, autora principal del estudio e investigadora de la EEZA-CSIC.
 
«Este fenómeno se había estudiado en artrópodos depredadores, pero apenas en aves insectívoras, a pesar de que son uno de los depredadores más importantes de insectos», continúa.
 
Para conocer este mecanismo, los científicos hicieron diversos experimentos con carboneros comunes, Parus major. Dejaron elegir a las aves entre un árbol infectado por orugas lepidópteras y otro no infectado. Asimismo, en los experimentos quitaron cualquier resto químico de las orugas para poder concluir que las aves están atraídas por las señales químicas que emite el árbol, y no por ninguna señal que dejen los gusanos.
 

«Nuestros resultados mostraron que los carboneros comunes son capaces de discriminar entre árboles infectados por orugas y árboles no infectados, ya que observamos que las aves visitaron por primera vez el árbol infectado y además realizaron un mayor número de visitas al árbol que tenía orugas que al árbol no infectado», apunta la investigadora.
 
Las aves se sintieron atraídas por los árboles infectados incluso cuando, justo antes del experimento, les retiramos las orugas y las hojas dañadas por ellas, lo que demuestra que las aves reciben una señal del árbol infectado para reconocerlo.
 
Los árboles infectados y no infectados difirieron tanto en la emisión de compuestos volátiles, como en la coloración de las hojas. Tanto la vista como el olfato podrían estar implicados en la discriminación de las aves.
 
«Sin embargo, realizamos un segundo experimento para conocer qué tipo de señal usaban las aves. En este experimento ofrecimos a los carboneros ambas señales aisladas y observamos que la atracción por los árboles infectados se mantuvo cuando las aves pudieron únicamente oler los árboles, pero no cuando solo podían verlos», señala Amo de Paz.
 
Este hecho implica que las aves pueden oler qué árbol está infectado gracias a las diferencias en los compuestos químicos emitidos por las plantas.

Un beneficio mutuo para aves y plantas

Según la investigadora, esto supone un beneficio para la planta, ya que las aves insectívoras son grandes depredadores y les ayuda a librarse de los insectos.
 
Desde el punto de vista del ave, usar las señales químicas de las plantas infectadas también es beneficioso, ya que le proporcionan información acerca de la presencia de su alimento. Esto es especialmente determinante en periodos de cría donde las aves no solo deben encontrar comida para ellas, sino también para sus polluelos.
 
«Esta evidencia de la habilidad de las aves insectívoras para utilizar las señales químicas de las plantas es muy importante, teniendo en cuenta que las tasas de depredación de estos animales son mucho más altas que las de artrópodos depredadores. Además, pone de manifiesto la necesidad de considerar a las aves insectívoras en el control biológico de plagas», concluye Amo de Paz.



el dispensador dice:
en la naturaleza todo está conectado,
hablan las plantas aunque el humano no las escuche,
hablan los animales aunque el humano no los entienda,
se expresan las aguas aunque el humano no las comprenda,
se expresan los suelos aunque el humano no los atienda,
se expresan las piedras aunque el humano no lo sepa,
se expresan los aires aunque el humano los respire en sus inconsciencias,
hablan los fuegos aunque el humano intente sofocarlos...

los lenguajes son bien distintos,
apelando a geometrías que apelan a singulares silencios,
que no son tales,
sino que traducen carencias en los sentidos humanos,
a los que trascienden mediante superiores ciencias,
que no acumulan soberbias,
que tampoco son ciegas por conveniencias,
alentando a que la creación vibre,
mientras el tiempo la atraviesa,
dando vida a todo lo que existe,
mientras el humano sueña...

hablan los árboles,
hablan las aves,
hablan las ranas,
hablan las mariposas,
hablan los gusanos,
y todo está comunicado,
a pesar del hombre y su ser empecinado,
a pesar de sus razones y sus vacíos atados con candados,
y todo se va revelando,
mientras se quiebran los pasados,
inquisiones que mintieron hasta negar lo concedido,
que burlaron el origen de lo pronunciado,
por un Verbo que nunca fue escuchado,
a pesar de que aún sigue vibrando,
en la esencia de los enviados...

cuando andes por allí,
caminando, corriendo,
viviendo, simplemente respirando,
ten en cuenta que todo lo que existe,
guarda un motivo para estar conectado,
según un momento dado,
según el destino diseñado,
según el tiempo que debe ser cursado,
para venir desde allá,
e intentar alcanzar algún sentido... en otro lado.
OCTUBRE 12, 2013.-
 

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