AGUA - Limam Boisha
“Hay tierras que están llenas de agua
para el bienestar del cuerpo
y tierras llenas de arena
para el bienestar del alma”. Anónimo.
Aunque no tenemos la vegetación ni los manantiales de los oasis,
esa ausencia no desenterró el verdor de nuestros ojos,
no nos amarró con las cadenas del desaliento,
ni taló por el pie la sombra que conjuga la semilla,
los tallos, las espinas,
el rocío, el agua que nos alimenta.
No tenemos oasis,
pero para el aprendizaje de la supervivencia
tenemos la pizarra del tiempo.
Tenemos sobrados silencio y paciencia
para imantar las resonancias líquidas
que alguna vez existieron
(que aún existen )
Bajo nuestros pies.
Tenemos ojos para escrutar la nube fértil
que hunde sus invisibles raíces en el aire
y germina en el abdomen del mundo.
Tenemos los pozos.
Y el pozo en el Sahara es más que una hondura,
más que un latido, mucho más
que una vena de agua en el corazón de la tierra.
Tenemos los pozos.
Y el pozo
para el habitante de la badía
es siempre una marca en el mapa de su mente.
Es el punto donde encontrar a menudo
el camello perdido.
Y es el lugar de descanso y mercado
y territorio donde se cosechan las noticias,
y es lecho y remiendo para atenuar los sufrimientos del nómada.
No, no tenemos oasis
y durante largas estaciones
puede no henchirse en el cielo nube alguna,
pero siempre habrá una esperanza
líquida y benigna
cuando se adivine a lo lejos un pozo.
Del libro: Bajo el mismo cielo. SON.
el dispensador dice:
en algunos lugares de la Tierra,
extraños fenómenos se observan,
sea en los desiertos,
sea en las alturas inciertas,
allí donde hay un espejo de agua,
se reflejan las estrellas,
y hasta figuras fantasmales que se manifiestan,
algunas como bolas de fuegos,
otras como simples esferas,
que emanando una luz cegadora,
suelen acercarse lo suficiente,
como para hacer contacto con el forastero,
imponiéndole confianza,
o imponiéndole miedo,
según el espíritu y la calidad del viajero...
hay un universo reflejándose en el agua,
pero hay otro espejado mirándose las entrañas,
cuando el extraño se acerca,
no hay sombra cercana,
las huellas se han borrado,
y el tiempo se torna escala,
para luego hacerse luz,
mientras todo permanece quieto,
mientras la soledad avanza,
lo suficiente hasta que abraza...
se produce entonces un tubo,
vacíos de siderales ríos,
donde fluyen los destinos,
que buscan ser queridos,
así como los otros,
que toman distancia al haber sido heridos...
como sea,
no hay quejidos,
no hay gemidos,
no hay sonidos,
porque reina el silencio,
propio del vacío...
acercas el rostro al agua,
y comprendes que no eres nada,
que no hay rostro que se refleje,
y que el agua es demasiado salada...
te incorporas confundido,
la sorpresa alcanza lo incomprendido,
y crees que ése lugar...
no es más que una excursión de turismos...
sucede que en ése lugar,
el mismo,
llega un espíritu distinto,
envuelto en un manto de fino lino,
se agacha hasta colocar su frente sobre el líquido elemento,
y agradeciendo al cielo,
él termina bebiendo,
saciando la sed que viene trayendo...
la diferencia está en el espacio,
que hay entre el cielo y el infierno...
lo que para uno es luz... y también agradecimiento...
para el otro es sólo un salario... y un potencial infierno.
ABRIL 10, 2015.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario