PAMPA DESIERTA

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Monsalvo

Pillahuincó


Saldungaray

San Agustin

el dispensador dice:
miradas equinas al pasar,
¿por qué ha de caminar?,
por aquí... ningún tren ha vuelto a pasar...
el tiempo parece ganar,
a los que pretenden viajar,
buscando un mañana mejor,
u otro que pueda empeorar,
no se ha visto a nadie despedir,
mucho menos se ha visto a alguien llorar,
no hay pañuelos para agitar,
aquello que amanece siempre en soledad...

el abandono parece guiar,
a los fantasmas que vagan las pampas...
que alguien decidió cerrar,
despreciando las historias,
que nadie pudo contar...
no se puede escribir,
cuando la desidia obliga a omitir,
aquello que el poder necesita negar,
para luego imponer... que el ayer se tenga que olvidar...

los caballos hablan entre sí,
nadie los viene a montar,
ya no hay gauchos que se lleguen,
al desierto que los pretende atrapar...

siempre hay sueños pendientes,
y pesadillas que hacen gritar,
de tanto espanto reunido,
cercando la realidad...
sólo se escucha el viento,
y de los pájaros algún cantar,
los humanos han desaparecido,
de donde solían estar...

la pampa está desierta...
dominada por la negligencia,
del eterno reclamo,
de la eterna queja,
de creer que el futuro se dibuja en escritorios,
y que el esfuerzo es una pintura sin tela...
si no se antepone la voluntad,
termina ganando la inercia...
y cuando ello sucede,
hasta el oasis se seca.
ABRIL 22, 2015.-