el dispensador dice:
hubo un rayo elíptico,
luego otro rayo circular,
cerrándose sobre sí mismos,
anunciando que los portales se abren,
arriba el cielo,
debajo el abismo con sus subsuelos...
laberinto de arrugas,
querido hijo,
nada en la vida vale un pañuelo,
debe ser asumido,
tal como sopla el viento,
pero también debe escucharse,
cuando crujen los hielos,
a veces hay sonidos raros,
anunciando los contratiempos...
llevo la mirada cierta,
a pesar de los años inciertos,
no he vivido jamás en el desconcierto,
porque me he preocupado en afinar,
cada uno de los instrumentos,
antes y después de cada concierto,
porque uno nunca sabe que pasará,
cuando el destino se torna desierto...
y he llegado hasta aquí,
alto y lejos,
tanto he andado que ya ni recuerdo,
cuando me llegó el karma en el nacimiento,
sólo sé que he encarado mi camino,
y desde entonces no he vuelto,
porque desconozco cuando no habrá mañana,
o cuando se me terminará mi tiempo...
me he dedicado a honrar la vida,
tal como me lo dijo mi maestro,
y no me he arrepentido jamás,
de las decisiones que han transportado hasta esto...
porto arrugas,
como laberinto de viejos,
pero mi rostro es claro y puro,
como fuente de sabios eternos...
nunca bebas si el espíritu te indica acorralamiento,
las almas tienen sed,
cuando la incertidumbre domina sus circunstancias,
entre confusiones y entreveros...
sigue de largo hasta la próxima fuente,
que siempre aparece un abrevadero.
ABRIL 07, 2015.-
están sucediendo cosas raras,
así me lo indica el viento,
si no me ves llegar mañana,
será porque ya estoy lejos.
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