A VECES ME PREGUNTO
Ladakh.
Thuk Je Che Tibet
el dispensador dice:
a veces,
a veces me pregunto,
¿dónde queda el Sahara?,
¿dónde queda el África?,
¿dónde están los destinos pendientes de las gentes?,
¿dónde han quedado sus gracias?,
¿qué pasa con el mundo humano que anda envuelto en desgracias?,
¿dónde están los humanismos que se declaman?,
¿por qué la miseria siempre gana?,
¿por qué la pobreza envuelve mientras avanza?,
¿por qué el imperio de las ignorancias?,
¿por qué los cinismos en medio de los que palmean espaldas?,
¿para qué mentir cuando no se ama?,
¿qué valor guarda la palabra que no sale del alma?,
¿por qué tanta inconsciencia entre racionalidad pintada?.
y no encontrando respuestas,
apenas si me guardo en la gruta de mi alma...
preguntándome dónde fueron a parar las arenas,
cuando los desiertos me esperaban...
quise tener otra vida,
pero me alcanzó una puñalada temprana,
a la que siguieron otras,
disfrazadas de manos,
abrazos y más palabras,
que llegaban cada vez más profundo,
atravesando la paz anhelada,
descubriendo que hay miradas... que no valen nada...
porque se descubren en el desteñido de sus auras...
de allí que haya tanta soledad,
entre tanta gente amuchada,
que no entienden de abrazos,
ni de manos extendidas para hacerlas solidarias...
han aprendido a competir,
y no han entendido el valor de compartir...
tanto es así,
que aún teniéndolo todo,
se van quedando vacías,
sin nada...
porque siempre se levantan,
con la lanza atenta,
y con la espada desenfundada,
listas para buscar una víctima,
a quien atravesar por su espalda...
debe ser por ello,
que cada lugar que amé,
me guarda un pedacito de mi alma...
protegiéndome en la paz,
que supe sembrar sin reclamar nada...
y ya te lo dije una vez,
ahora puedo estar donde quiera,
desprendiendo el espíritu de la rutina que carga...
y ando buscando un cielo,
donde cobijar mis calmas...
y te digo que lo he hallado,
en una dimensión que aún no llega,
porque los humanos andan extraviados,
luchando entre lanzas y espadas,
sin darse cuenta que se les termina el tiempo,
que el tiempo se les acaba,
y que lo que se pierde no se repite,
porque de aquí nadie se lleva nada...
ando perdido entre las luces de mis montañas...
si me llegas a divisar,
nunca digas que has visto a un fantasma...
andar sin cuerpo,
es como andar con el alma descalza...
se siente la tierra,
se siente el aire,
se siente la humedad,
conectando la eternidad concedida,
y ésa... ésa nunca se acaba.
JUNIO 14, 2015.-
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