CULTURA
Carlos Herrera: «El intento de levantar nuevos muros es suicida y deleznable»
Día 04/06/2015 - 12.59h
El periodista ha sido galardonado con el premio
Mariano de Cavia por su artículo
«Muros de ayer y hoy», publicado en ABC
el pasado 7 de noviembre
JUAN FLORES
Carlos Herrera (Cuevas del Almanzora, 1956) lleva más de treinta y cinco años en la trinchera del periodismo. Desde la atalaya que le proporciona la veteranía, despojado de prejuicios, se confiesa liberal y creyente en la integridad y el ser humano, por encima de todo. Con esas premisas escribió «Muros de ayer y de hoy», artículo publicado en ABCel pasado 7 de noviembre (dos días antes de que tuviese lugar la consulta soberanista de Artur Mas) y por el que ha sido galardonado con el premio Mariano de Cavia.
—Esta pregunta es recurrente, pero nunca renuncio a hacerla: ¿de dónde surgió al artículo?
—Llegó un momento en el que algunos querían distorsionar la historia del derrumbe del muro de Berlín, que yo creo que había que recolocar en su sitio. Esa era la intención del artículo: contestar a los que consideraban que era una anécdota en la historia, que el muro cayó por una inanidad de los tiempos. Fue una de las grandes barbaridades de la historia, que creó el comunismo y que todos los comunistas del resto del mundo, justificaban como podían. No es aceptable que, una vez pasados los años, algunos quieran lavarle la cara al muro.
—Menciona a De Gaulle como el único que fue «valiente» para anticipar el fracaso del comunismo. Ese tipo de personalidades escribe la Historia.
—De Gaulle fue uno de los grandes visionarios de la política europea, uno de los más grandes estadistas de los que ha disfrutado Europa. Fue el único, con voz y autoridad, en un tiempo en el que la intelectualidad miraba a los fenómenos comunistas con arrobo, que se atrevió a decir: Eso es una barbaridad y, además, acabará barrido por la historia.
—En el artículo cita las crónicas de Hermann Tertsch. Usted, que lleva años ejerciendo, ¿cómo ve la profesión?
—A excepción de nombres concretos, como el que ha citado, el periodismo español se sitúa demasiado en el postureo para estar adecuado a determinadas modas. Que haya periodistas que ejerciten el aplauso, y a veces un poco la baba lanar, con ejemplos como el de Podemos, llama la atención. Esa exigencia de compromiso con la pureza, con la limpieza, con la democracia, que algunos exhiben, luego se les desmonta cuando aparecen individuos mesiánicos, con mensajes que ya eran viejos antes de que ellos nacieran.
—La memoria de algunos es corta.
—Lo es. Y sorprende la insistencia en el error. Todos los que piensan que el individuo debe estar sometido a una planificación general por parte de una casta, que decide lo que es bueno para el pueblo y lo que debe hacerse por el bien de la generalidad, es, además de una atroz dictadura del miedo, un concepto lanar de la relación del hombre con el poder. El individuo, que voluntariamente se acoge a unas normas colectivas para el gobierno de las cosas, debe permanecer inalterablemente individual. Todos los que añoran la regulación de lo colectivo son individuos de los que tenemos que sospechar.
—Parece que no hemos aprendido la lección de la Historia, y vuelvo a ella.
—Entre otras cosas porque hacen una interpretación de la Historia torticera y consideran que hay buenas ideas desarrolladas por hombres equivocados. No: las buenas ideas siempre serán bien desarrolladas. Ese prisma, un tanto perverso, de que las ideas eran buenas, pero los hombres los hicieron mal, no sirve.
—Y, hoy en día, ¿hay ideas buenas y hombres buenos, o todo lo contrario?
—Hay de todo, como en botica. Yo soy liberal; a mí me gustaría ser socialdemócrata, porque siéndolo todo es mucho más cómodo, lo tienes todo pagado e, ideológicamente, no eres sospechoso; siendo socialdemócrata llega un día que te invitan en la barra de los bares, pero no lo soy. Y, como liberal, considero que el ejercicio de la libertad de los individuos lleva a que cada uno muestre lo que lleva dentro, y algunos lo que llevan dentro es una escombrera ideológica o un vertedero de ideas.
—En su columna recuerda la presión popular de entonces en Europa pero, ¿qué le parece el populismo de ahora?
—El populismo consiste en aspirar al poder para, después, utilizarlo en su propio beneficio. Las armas que utiliza son las ideas simples para problemas complicados, y las del rencor de todos aquellos que son desfavorecidos por épocas crueles, como la que estamos viviendo. Surge en Europa cuando una dificultad social permite que algunos aparezcan como salvadores, que argumenten barbaridades en forma de eslogan, y haya quien lo compre. Luego llega al poder y cambia las reglas de juego, impide la libertad de expresión, para perpetuarse. Es lo que tenemos que denunciar permanentemente. El populismo ha llegado a su máxima expresión con la puesta en escena de algunas políticas de la extrema izquierda española.
—¿Vio la final de la Copa del Rey?
—No, porque no tenía ningún interés en ver cómo una serie de energúmenos, perfectamente orquestados, subvencionados, faltaban el respeto a los símbolos de mi país.
—Iba a preguntarle qué sintió cuando escuchó la pitada al himno nacional.
—Me revuelve las tripas. Es un odio étnico y la sonrisa de ese personaje funesto que se llama Artur Mas era la sonrisa de satisfacción del que lleva años preparando eso, educando en las escuelas para que eso se produzca; era la sonrisa de satisfacción de un sedicioso.
—¿Y qué se puede hacer contra eso?
—Aplicar la ley. Yo estaría absolutamente indignado si mañana silbasen al himno catalán, porque los símbolos encarnan a muchas personas que son dignas de respeto. Se puede mostrar la disconformidad de muchas maneras, entre otras con el voto, pero sustituir el lenguaje de las ideas por silbatos habla mucho de quienes lo utilizan.
—Tiene mucho que ver con el intento de «elevar hormigones de separación».
—Efectivamente, es el intento de levantar nuevos muros, que en un momento como el que estamos viviendo me parece no sólo suicida, sino deleznable.
.-.-.el dispensador dice: estamos transitando una época de "muros"... los hay de ladrillos... los hay de alambres... los hay electrificados... los hay en forma de rejas... los hay con forma de vallas... los hay de forma que los cuerpos se cercenan al intentar sortearlos... los hay para aislar a las personas... los hay para aislar a los bosques, a las praderas, a las selvas... los hay hacer represas que roban el agua a las pobrezas... los hay para separar... para excluir... pero se trate del muro que se trate, todos dan pena... vergüenza propia y ajena... porque demuestran que la miseria humana impera, domina, impone el drama como estratagema...
hay un camino que va desde la muralla china hasta el muro de Berlín... pasando por otros muchos aislamientos, líneas separatorias y otras divisorias... incluyendo la cortina de hierro y sus locuras... enseñando que dividir no sirve...
el ser humano parece no entender que la Tierra es una sola... que como legado de la creación no tiene banderas, no tiene fronteras, no tiene economías ni tampoco monedas, y que todo se trata de tribus y de sus culturas... asimismo, el ser humano parece no entender que cualquier otra cosa que no sea la Tierra, no pasa del rango de la utopía... se trate de Marte o de cualquier otra iniciativa estúpida, ya que el hombre no está preparado para transitar por el espacio llevando consigo su cuerpo y sus cada vez más limitados sentidos... al mismo tiempo, el hombre no entiende que ninguna tecnología podrá reemplazar sus sentidos y sus capacidades... porque en esencia, el propio ser humano contiene todas las capacidades necesarias para "respirar" y/o "vivir" por un lapso efímero, demasiado corto, demasiado fino, que merece ser respirado y ser vivido en tanto y cuanto lo que se siembre no sean olvidos...
hoy, hoy mismo, la Tierra es un muro sin destino... repleto de estados ausentes y de injusticias vigentes, de violencias, de atropellos, de persecuciones, de hipotecas y de obligaciones para los otros, de beneficios para escasos, tan escasos que son pocos, con bienestares gastados a cuenta de otros locos... o lo que es lo mismo, la Tierra está envuelta en una tragedia global que beneficia a los pocos en desmedro de los destinos de los muchos... algo que no le sirve a nadie... a ninguno que guarde una pizca de consciencia...
el poder, padeciendo Alzheimer global, padeciendo demencia senil, padeciendo avaricia, padeciendo angurria, padeciendo codicia... está conduciendo al planeta Tierra a una hoguera y sus consecuentes cenizas...
el mundo está atrapado en urgencias, que de tanta estúpida prisa, producen risa...
junto con ello, las personas, las gentes, han comenzado a levantar sus propios muros intentando salvaguardar la poca dignidad que les queda... se está perdiendo el sentido de la palabra y el otro de la letra... se está perdiendo el sentido de la comunicación mediante el agregado del valor social e individual... se está perdiendo la ética del vínculo y la relación que dio sentido, alguna vez, al criterio de la tribu como célula social de equilibrios y equidades... se ha desdeñado a la filosofía como núcleo atómico cultural... y junto con ello se ha despreciado la lógica como cuna del número regente y global...
la humanidad está en un punto de inflexión... o quiebra y asume el agregado de valor genuino como modelo sostenedor, o se extinguirá aislada en un muro de cinismos, hipocresías, y desprecios al por mayor... y a como vamos hoy... la extinción es casi un hecho... irreversible... porque de tanta soberbia, ya nadie distingue el huerto, la tierra como suelo, y ni siquiera el valor de la semilla que se siembra...
cuando una cultura se consume en lo que se compra y se vende... deja de existir como valor agregado, y comienza a restarse a sí misma hasta anularse... de hecho, las ciudades no son otra cosa que selvas/muros de cementos, donde el beneficio de unos pocos expulsa a las idiosincracias de los muchos para transformarlos en pobres, miserables e indigentes de un sistema económico que se alimenta de "personas", de suelos, de aires, de aguas, y todo aquello que alguna vez le dio sentido a la vida...
fin de fiesta... el muro es un exponencial de la miseria humana que se ha apropiado del imperio fomentando el medievalismo y la inquisición como sistema de retroalimentación...
el nazismo no sumó, restó y mucho...
el sionismo no sumó, restó y dividió demasiado...
el emperadorismo chino no sumó, dividió y genocidó a diestra y siniestra...
los reyes y sus imperios fracasaron ahogándose en sus propias codicias...
todo lo que no suma, resta...
todo lo que no multiplica, divide...
y así está la Tierra... convertida en una hoguera...
donde los destinos se consumen,
y las gracias se niegan...
cuidado... la humanidad está a un nano segundo de una Revolución Francesa globalizada... de la que no habrá retorno... porque cuando el perdón se elude, la consecuencia es la ceniza que el propio viento lleva, y lo que queda de fuego... consume. JUNIO 04, 2015.-
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